Varios años de relación hacía que Abigail, no solo conociera a Alejandro casi a la perfección, sino que también sabía su rutina. Cuando Alejandro llegó a Gibraltar, Abigail Clinton ya estaba hospedada en el mismo hotel que él y lo que es más, había persuadido a uno de los encargados de que le diera una de las llaves de la habitación del señor Fendi, él acostumbraba a ir con ella, la mayor parte de las veces, y eso facilitó todo. Según ella a los empleados, le daría una sorpresa a su prometido, y vaya sorpresa que se llevaría Alejandro. La mañana pasó con calma y seguido él tuvo su almuerzo de negocios, tomó un par de tragos y decidió ir caminando hacia el hotel, quedaba cerca, había un viento fresco, la vista era agradable y más que nada, se había pasado un poco con los tragos. El dí