No sabía lo que pasaba, esperaba con desespero la llamada de Alejandro, todo había terminado y ella no sabía nada de él, era casi la una de la madrugada y Ariel estaba sobre la cama, con la mirada fija en la pantalla del celular mientras escuchaba sonar su caja de música, en espera de su esposo o de una llamada que explicara todo. Daba vueltas en la cama, lo que había sido un día magnífico, ahora se había convertido en incertidumbre, en espera de saber qué pasaba, porque algo pasaba. Lo había llamado, pero sonaba apagado. No sabía qué otra cosa hacer. Escuchó un coche que aparcaba frente a la puerta y Ariel se tiró de la cama, chocando con la puerta al salir y golpeándose en la rodilla, pero eso no la detuvo, era el sonido del coche de su esposo, era él, había llegado al fin. Abrió