6. ¿Qué Estás Buscando?

1053 Words
[ANAHÍ] No entiendo que esta haciendo aquí. Él cierra la puerta del baño con llave y se acerca a mi haciendo que yo deba dar dos pasos hacia atrás. Sus ojos grises me miran con intensidad mientras que yo ya no encuentro sitio donde refugiarme, no quiero volver a caer en esta espiral sin fin que lleva su nombre desde hace años… doy un paso más y mi espalda choca con la pared dejándome saber que ya no hay más salida —¿Me dirás porque me esquivas todo el tiempo? ¿Por qué has dejado de hablarme hace dos años? Te juro que he tratado de entenderlo, pero no puedo… tú y yo éramos cómplices, amigos… — Me cuestiona y al ver mis intenciones de escaparme, él coloca sus manos sobre la pared a cada lado de mi cuerpo acorralándome.  —Amadeo… ya no somos esos chicos… tu prometida esta allí fuera— Intento decir. —Y tu novio también, pero no estamos hablando de ellos dos, estoy preguntándole a An, mi mejor amiga porque ahora esta actuando como una completa desconocida— Presiona sin apartar su mirada de la mía. —Los amigos no hablan así, tampoco acorralan a sus amigas contra una pared de esta manera— Murmuro nerviosa y se sonríe. —Las amigas no les roban besos a los amigos en una discoteca y no me quejo— Rebate y debo hacer un gran esfuerzo para no reírme de sus palabras a causa de lo nerviosa que estoy.  —Touché— Susurro. —¿Me responderás? No tenemos mucho tiempo— Insiste. —Giulio— Me limito a responderle. Su expresión cambia inmediatamente ante mi respuesta —¿Posesivo? — Indaga.  —No. — Respondo firme, aunque puede que haya algo de eso. —¿Entonces? — Insiste. —Un poco celoso, nada más— Me atrevo a responderle y una estúpida media sonrisa que definitivamente es mucho más provocativa que cuando tenía 18 años se dibuja en su rostro.  —¿Tu novio celoso de mi? — Cuestiona en un tono burlón que estaría detestando en estos momentos.  —No se que te causa risa— Me quejo.  —Me pregunto porque…— Murmura y en estos momentos tengo rabia contra él, tanta que llevo mis manos hacia su pecho para empujarlo y hacer que se separe de mi y así poder salir de este lugar, pero él me sujeta de las muñecas haciendo que en un movimiento en falso, caigamos al suelo. Él es quien se lleva la peor parte de la caída ya que cae de espaldas y en cambio yo caigo encima suyo.  —¿Estas bien? — Le pregunto un poco preocupada y sonríe. —Muy bien— Responde y me intento levantar, pero sus brazos me rodean para impedirlo —Ya no eres aquella adolescente de 14 años que me robo un beso en nuestra ultima salida juntos— Me dice sin apartar su mirada de la mía. —Y tú no eres aquel chico simpático de 18 años que me cuidaba de todos, ahora eres insoportablemente egocéntrico, creído, manipulador… Harvard te ha cambiado demasiado— Me quejo y sus manos sujetan mi rostro. —¿Todo eso crees que soy? — Inquiere. —¡Si! — Respondo sin dudarlo. —¿Segura? — Presiona. —Si— Afirmo y no se que rayos esta ocurriendo aquí, pero él atrae mi rostro al suyo y sin darme tiempo a reaccionar me besa como si no hubiera un mañana entre nosotros dos, se siente tan bien y tan mal al mismo tiempo, que tiemblo con el simple hecho de sentir la huella de sus labios quemando los míos con toda esa experiencia que evidentemente yo no tengo —Deo…— Susurro en una tregua entre nuestras bocas. Sus ojos aun están cerrados, puedo sentir su respiración agitada al igual que la mía y cuando finalmente el gris de su mirada se encuentras con la obscuridad de la mía, lo miro con dudas —An…— Dice y en esa manera de llamarme hay un pasado que amenaza con convertirse en un presente. —¿A esto has venido? ¿A ser el chico que siempre tenía a todas a sus pies? ¿Quieres que sea una más? ¿Acaso no te es suficiente con tu prometida? — Le reclamo con una mezcla de rabia y decepción que me obliga a alejarme de él. No puedo creer que me este haciendo esto… mucho menos con su prometida allí fuera. —An, espera— Me pide cuando él se levanta también. Acomodo mi vestido sin querer cruzar mi mirada con la suya y es que no lo podría resistir… —¿Qué? ¿Así era tu vida en Estados Unidos? ¿Andabas con una y otra a la vez o que? ¿Acaso te divierte ir besando a otras por allí? — Le reclamo. —No lo pude resistir, lo siento…— Me dice acercándose a mi. —Te recuerdo que fuiste tu quien me rechazo primero— Le recuerdo y lo miro.  —Tenia miedo…— Confiesa y lo miro con dudas, quisiera preguntarle de que miedos esta hablando, pero no hay tiempo, escuchamos unos pasos provenientes del pasillo y nos miramos intentando armar algún plan para salir de aquí, pero ambos estamos sin saber que hacer. —Anahí, soy yo, ábreme— Escucho la voz de Gianna y es él quien de inmediato va a la puerta y abre.  —Hermanita, eres genial— Le dice abrazándola cuando ella le entrega el sonajero. —Aha… ve antes de que tu noviecita vaya a buscarte por toda la casa— Le responde seria y me mira. —Tú quédate aquí conmigo, fingirás sentirte mal porque si no tu noviecito me volverá loca de tantas preguntas— Dice y la miro un tanto sorprendida 《¿Acaso se ha prestado para esto?》  —¿Tu? — Intento preguntar, pero niega y me hace una seña como diciéndome que esperemos a que Amadeo termine de salir del baño.  《Genial, los hermanos Mancini complotados en mi contra, si es que esto no se puede poner mejor》 Pienso e intento tranquilizarme. 
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