En una montaña desolada llena de nuevo y una pequeña cabaña escondida por algunos pinos en el bosque que se escondía en esta, vive una mujer mayor, solitaria con un gran Lobo Blanco que nunca la deja sola, es su fiel compañero.
- Aquiles, mi dulce Aquiles, eres mi única compañía- le hablo triste aquella mujer al gigantesco lobo.
El lobo solo le respondió restregando se contra sus pies.
La mujer llevaba viviendo en aquella montaña desde que a la única hija que tuvo la despreciará y la echara de la casa que había construido con su esfuerzo y el de su esposo, quien había fallecido unos años después de que aquella bella niña naciera.
Se encargo de criarla y darle de lo mejor, no había cosa que la pequeña quería que su madre no le diera.
La pequeña creció y sintió que su madre era un estorbo en su vida y se deshizo de ella llevándola a aquella cabaña y dejándola sola.
Creía que solo con mandarle la comida necesaria cada mes sin preguntar por como estaba, o como se sentía solo mandaba con algún sirviente sin importar si tenía ganas de algo en especial, sin saber sobre su salud.
Después de algunos años, caminado por el bosque, encontró un pequeño lobo blanco con una gran herida en su costado y una pata rota.
Lo llevo a su casa y curo sus heridas, no sabía cómo alimentarlo, pensó que podría comer como si fuera un perrito cachorro, así que no dudo en compartir su comida con su nuevo amigo.
Fueron pasando los años y aquel pequeño lobito se convirtió en uno gigantesco, se volvió su fiel amigo y confidente, su dulce y única compañía.
habían pasado ya 10 Años sin ver a aquella niña que tanto amaba, cuando vio a lo lejos un helicóptero, sabía que la única visita que recibía era la del sirviente que llevaba comida, pero aún no era tiempo de recibirla, tenía menos de 2 semanas que se la habían llevado.
Espero pacientemente a que aterrizará el helicóptero y al ver quien descendió de este se emociono tanto que pensó que su niña al fin la había perdonado por cualquier cosa que haya echo.
Llegó a su lado y sin saludar se fue dentro de la cabaña, ella la siguió y entro detrás de ella.
-Shira- le dijo su hija
- Hola mi niña, por qué no habías venido? no sabes cuánto...-no la dejo terminar y hablo
- No tengo tiempo para esto, Shira, solo vine a traerte a mi hijo, cuídalo por qué yo no tengo tiempo para hacerlo.
- Mi niña, cómo puedes decir eso, es tu hijo.
- No me llames así, te lo he dicho siempre, soy Kate, entiendo.
Shira asintió agachando la cabeza, entendido que no era lo q estaba pensando, su hija no la había ido a visitar, solo quería deshacerse de ese pequeñito que traía su sirvienta, ni siquiera era capaz de sostenerlo en sus brazos.
- Esta bien Kate, disculpa mi atrevimiento, no volverá a repetirse.
- Samantha, dale el niño a Shira, y Stanley, trae la maleta que está en el helicóptero, son las cosas del niño para dejarlas con Shira.
Samantha hizo lo que le pidió su jefa y Shira quedó fascinada con aquel pequeño, sentía que iva a ser alguien importante, alguien fuerte, independiente, y que no se dejaría vencer tan fácilmente.
- Shira, se quedará contigo, y dos veces al mes mandare lo necesario para el niño, si necesitas algo más le dices a Stanley para que te traiga lo necesario.
- Si, Kate así lo hare.
Kate salió de la cabaña rumbo al avión mientras Stanley le pregunta a Shira dónde dejar las cosas del bebé.
- Al final del pasillo está una habitación vacía, ahí puedes dejar todo lo del bebé.
Así lo hizo en chico, le dejaron una cuna para el bebé, ropa, pañales, leche y algún medicamento por si hacía falta ya que al estar en la cima de la montaña, sin vehículo y sin compañía era imposible bajar a conseguir algo.
El helicóptero se fue y se quedó ella con aquel bebé, era muy pequeño, ni siquiera parecía tener una semana de nacido, lo único bueno era que Kate le había llevado suficiente ropa calientita, cobertores y leche pare el pequeño niño.
- Mira Aquiles, tenemos un nuevo integrante de nuestra pequeña familia- le hablo a aquel lobo- ahora también tienes que cuidar de el, tenemos que hacer que sea fuerte pero sobretodo feliz.
Paso el día pensando en como llamar a el pequeño niño, pensaba en Eros, pero no le veía cara de Eros, después pensó en Saúl, pero tampoco la convenció hasta que recordó al hombre mas importante de su vida.
JARET
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Ella se encargo del pequeño JARET, lo alimentaba, lo cuidaba y le daba todo ese amor que tenía guardado, lo amaba más que a nada en el mundo estubo para el todo el tiempo, le enseño todo lo que pudo y lo que sabía.
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Hasta aquí este pequeño capitulo, con un poco de la explicación de como llego JARET con Shira, comenté me todas sus dudas y trataré de contestarles a todos, gracias por espérame por casi un año, pronto les traeré un nuevo capítulo.