Regresamos al castillo. No podía dejar de pensar que no lo vería. Nigromante era un verdadero hechicero tan excelente y asombroso que todo estaba reparado como si nada hubiera pasado en el castillo, al ingresar a la barbacana, Nigromante llegó a nuestro encuentro. —Jon, debes ir con Alejandro. —Sí, en seguida voy— Contestó a Nigromante volviéndose a mí. Nigromante asintió distanciándose un poco. Ambos ya estábamos desmontados de Bruno. —Princesa, la dejo a salvo—Susurró Jon. Se alejó a grandes pasos, tan solo abracé el cuello de Bruno con cierto pesar. Nigromante estaba a mi lado. Me tocó los hombros. Me volví a él desconcertada. — Jon se irá, ¿verdad? —Alexia, como quisiera decirte que no, pero todas las decisiones que tomamos tienen un efecto. Jon no pondrá en riesgo tu matrimon