Cuesta arriba y valle abajo, caminamos y pude ver por qué Berhtred tenía muslos tan musculosos, por lo que sus piernas devoraban las millas. ¡Ay de nosotros si aflojábamos el paso! Eso significaba un pinchazo alrededor de la oreja que la hacía sonar y escocer. Una vez era más que suficiente para mantener a un hombre alerta. Entonces, llegamos a Hexham a tiempo. Los olores de la ocupación humana fueron sofocados por una curtiduría en las afueras de la ciudad. Los demás hacían muecas y arrugaban la nariz, pero en mi oficio estaba acostumbrado al hedor de esos lugares. —Por Thunor, ¿qué es esa asquerosidad? —Edwy hizo una mueca. Me reí y le mostré mis conocimientos. —Las pieles crudas se han convertido en pieles curadas. Mira, las están volcando en cubas de estiércol de perro y de gallina