LUCAS Estaba cabreado... Ni siquiera, estaba jodidamente lívido. Sebastián entró aquí con una puta sonrisa en la cara con mi chica del brazo. Esperaba que Mateo hiciera algo tan bajo, pero de todos, Sebastián. —¿Papi?— Oí la suave voz de Esme llamándome. —¿Sí, calabaza?— Respondí sintiendo que mis tensos músculos se relajaban cuando la diminuta mano de Esme tocó mi brazo. —¿Por qué miras así a Addy y al tío Sebastián?—. Enarcó una de sus tenues cejas y miró entre Addyson, Sebastián y yo. —Oh, lo siento, calabaza. Solo estaba pensando—. Le dije cogiéndole la mano y besando sus diminutos dedos, haciéndola soltar una risita. —Ah—, dijo Selena con voz de advertencia hacia Esme. —Nada de jugar en la mesa. Puse los ojos en blanco y volví a Esme hacia mí. —Ignora a tu madre, es una idio