Sin previo aviso siento una punzada sobre la mejilla izquierda luego de que Julie me da una bofetada. Me quedo en silencio y me trago la frustración porque sé que la merezco y es mi culpa que ahora tanto ella como mis hijas estén en riesgo.
—¿Por qué siempre arruinas nuestras vidas?—me reclama y me dirige una mirada mordaz—¿Qué vas a hacer para solucionar esto, Mark? ¡Dímelo!
—No puedo hacer nada Julie— le informo y por mucho que me duela en mi propio orgullo, esta vez no sé qué hacer, no sé quiénes son esos mal nacidos que me amenazan, que quieren desquitarse conmigo por haber frustrado sus terribles planes.
—¿Vas a quedarte ahí parado mientras la vida de nuestra hijas se estanca? ¿Acaso tengo que estar atada de por vida a tus estupideces?—me reclama y entonces ese comentario me saca u
