Al día siguiente visito a mi familia en la casa de seguridad, es sábado y, ya que deben estar resguardadas, nadie puede salir a menos que sea una emergencia, por lo que le llevo a mis hijas un nuevo video juego de princesas que me recomendaron en la tienda donde lo adquirí y varias bolsas de comida chatarra. Son niñas, así que una vez al año no hace daño sobrepasarse con el azúcar, además supongo que lo necesitan.
Sigo el mismo protocolo de seguridad que el primer día, incluso uno de los oficiales aprovecha para darme el correo que ha llegado a la casa de Julie y, ya que yo no he cambiado mi dirección, observo que algunas cartas y paquetes están dirigidos a mí, aunque la mayoría son postales de viejos amigos. Cuando entro a la casa, le entrego a Julie su correo y, ya que ella está haciend
