Adara. — Hola, bonita, esto sí que es una sorpresa… Me le quedo mirando como boba, de a poco su sonrisa se ensancha más, se acerca y trago saliva, ¿por qué me cuesta tanto responderle? — Estás hermosa. Dice a centímetros de mi rostro, me veo obligada a elevar un poco la cabeza por su cercanía y altura, su manzana de Adán se mueve conforme traga saliva, también, siento algo cálido en mi mejilla es como algo moviéndose, ¿moviéndose? — ¿Qué haces? Digo con rapidez alejándome de su mano, pues en no sé qué momento él me estaba tocando la mejilla, sin embargo, no pierde su leve sonrisa, nuevamente se acerca y me besa las mejillas, quedándose unos segundos demás en la última donde deja un beso, cierro los ojos, eso se sintió… intenso. — Vamos junto a los demás, no quiero que nos molest