Adara. Cierro la puerta detrás de mí al llegar a casa, toco mis mejillas, todavía no me creo que lo que acaba de suceder en el parque haya sido cierto, Sander dijo que le gusto, que conquistará mi corazón… ay, mi Dios, esto es una locura, resoplo. Avanzo por la sala y llego a la cocina, Sami no está, seguro está en la habitación, me encojo de hombros, subo a la habitación y decido darme una ducha porque estoy toda sudada, además… me duelen un poco las piernas, seguro por la caminata, si Alex estuviera aquí…. — Hasta que al fin sales de ese baño. Lanzo un grito llevando mi mano al pecho, fulmino con la mirada a la culpable de mi susto, ella solo sonríe inocentemente sentada encima de la cama. — ¿No pudiste anunciar tu llegada? — Lo hice, pero, no me escuchaste. — Lo dudo. Camino