Sander. — ¡Sander! Qué bueno que te encontré. Ay, ¡Por Dios! Quiero gritar de la frustración, justo cuando iba a rozar los labios de mi bonita como he deseado desde no sé cuándo, debe aparecer, de nuevo, la molesta de Melina, suspiro sonoramente, estoy molesto, abro mis ojos viendo que, bonita está más alejada de mí y tiene la cabeza agachada, imagino con certeza que ha de tener las mejillas sonrojadas, hasta siento ternura. Eso es uno de los tantos sentimientos que aparentemente la chica logra hacerte sentir, humanito. No tienes idea, Sean. — ¡Sander! Chilla de nuevo esa molestosa voz,_¡maldición! Giro a verla, ya sé que no me dejará tranquilo hasta que tenga “mi atención”. — ¿Qué quieres? Respondo con seriedad, su mirada asombrada me da a entender que no esperaba que le hablar