Capítulo XXXIV Una colonia de lapas Henry Gowan y el perro se convirtieron en visitantes regulares de la casa de campo y se fijó el día de la boda. Convocaron a todos los Barnacle para la ocasión con intención de que aquella familia tan distinguida y numerosa diera lustre a la celebración del matrimonio en la medida en que un acontecimiento tan deslucido podía ser lustroso. Habría sido totalmente imposible reunir a toda la familia Barnacle por dos motivos: en primer lugar, porque no había edificio capaz de albergar a todos los miembros y conocidos de casa tan ilustre. En segundo lugar, porque ahí donde había una pequeña superficie británica bajo el sol o la luna con un cargo público, tenía un Barnacle adherido. Ningún navegante intrépido podía plantar una bandera en un rincón de la tier