—Claro, claro, y eres la mejor de las hermanas. Si alguna vez te parezco un poco irritante, seguro que tendrás en cuenta lo que significa ocupar mi posición siendo consciente de que estoy muy por encima de ella. No me importaría si los demás no fueran tan vulgares —dijo la hija del Padre de Marshalsea—. Ninguno de ellos ha venido al mundo en una familia como la nuestra, pertenecen a otro nivel: son vulgares. La pequeña Dorrit miraba a su interlocutora de reojo, pero no la interrumpió. Fanny sacó el pañuelo y se secó los ojos con gesto de enfado. —Yo no nací en el mismo sitio que tú, ya lo sabes, Amy, y quizá eso me haga algo distinta. Querida Amy, cuando nos libremos de tío Frederick te contaré más cosas. Lo dejaremos en el sitio donde va a comer. Anduvieron con él hasta que llegaron a