Capítulo IV La señora Flintwinch tiene un sueño La señora Flintwinch, a diferencia del hijo de su vieja señora, cuando soñaba lo hacía con los ojos cerrados. Aquella noche tuvo un sueño curiosamente nítido, varias horas después de dejar al hijo de su vieja señora. Fue tan real en todos los sentidos que no pareció un sueño. Sucedió lo siguiente: La habitación que ocupaban el señor y la señora Flintwinch distaba pocos pasos de la de la señora Clennam, en la que llevaba tanto tiempo confinada. No estaba en el mismo piso sino en un lado de la casa al que se accedía por un tramo empinado de apenas unos escalones que salían de la escalera principal, situada casi enfrente de la puerta de la señora Clennam. No se podía decir que quedara al alcance de una llamada, ya que la vieja casa estaba rep