Valeria
Estaba muy ansiosa y no podía dormir teniendo a Elías en la casa. No podía dormir. Salí del cuarto de Samantha y me dirigí a la cocina, silenciosamente. Estaba tomando un poco de leche caliente, trataba de relajarme. De repente la luz se enciende, me voltee inmediatamente para cubrir mi rostro
— Apaga la luz – dije lo más fuerte que pude no quería levantar a nadie
— Lo siento mucho – dijo Elías, escuchar su voz, puso a mi corazón a latir muy rápido — no puedo dormir, y no tengo buena señal en la habitación, quiero comprar un boleto para irme, no tengo nada que hacer aquí
— No tienes que irte – dije sin pensarlo – quiero decir, si tienes que irte, puedes hacerlo, pero te puedes quedar aquí el tiempo que necesites
— ¡Por Dios! , tu voz es igual a la de mi esposa – se fue acer
