Capítulo 12.6

1638 Words
- Sigue hablando, Kenji, quiero llegar a la verdad –quien respondió fue Takeshi, dejando a su esposa sin posibilidad de hacerlo al mirarla con ira. - Onur descubrió que ese médico es conocido por no dudar en prestarse a mentir sobre el diagnóstico de sus pacientes cuando estos lo requieren a cambio de una cuantiosa suma de dinero. Coincidentemente, hay un movimiento de tu cuenta bancaria a la del médico por la suma de cinco mil dólares americanos –Kenji entregó el documento que probaba lo que acababa de revelar a Takeshi, quien ya no necesitaba que le presentaran más pruebas para saber lo que Harumi había hecho-. Como mi amigo Onur le gusta que la gente confiese las mentiras que dice, confrontó al médico y obtuvo esta grabación –el Director Sato envió al número de Takeshi el vídeo en donde se ve al médico confesando haber recibido dinero de Harumi por mentir sobre su diagnóstico a su familia, y que las supuestas pastillas que tomaba solo son vitaminas. - ¡Cómo pudiste! –alzó la voz Takeshi tras terminas de ver el vídeo-. ¡¿Por qué, Harumi?! - Ryusei no hubiera regresado conmigo a casa si no le mentía sobre mi salud. La única manera de que él accediera a dejar a la estadounidense esa era diciéndole que debía cuidar de su madre enferma –justificó Harumi su mal comportamiento sin demostrar verdadero arrepentimiento. - ¡¿Hasta dónde iba a llegar tu mentira?! –preguntó Takeshi sin poder reconocer en ella a la mujer que amaba. - Hasta que Ryusei termine la relación con esa mujer. ¡Ella no es digna de mi hijo! –Harumi alzó la voz, no iba a permitir que la hagan sentir culpable. - ¿Y tú sí eres una madre digna de Ryusei? ¿Te mereces el amor sincero que te da tu hijo? –preguntó Kenji con ese tono de voz y expresión facial neutra. - Mira Kenji, me importa muy poco lo que tú pienses. Todo lo que has averiguado te lo guardarás y seguiremos como hasta ahora hemos estado. Ryusei no regresará a los Estados Unidos, aunque eso signifique que su carrera de actor se acabe –ninguno de ellos podía entender cómo Harumi no era capaz de darse cuenta que con esa actitud solo estaba haciéndole más daño a su hijo. - Natsuki –dijo Kenji llamando la atención de su esposa, a quien le estaba ofreciendo su mano para que esta la tome. Takeshi y Harumi sabían el motivo del pedido del Director Sato, y el actor de renombre suplicó porque su esposa no sufriera tanto la reprimenda que estaba a punto de caerle encima. Kenji no podía expresar sus emociones y sentimientos por medio de una comunicación no verbal, o sea, por gestos y reacciones físicas, como el sudor o los temblores, pero cuando Natsuki estaba cerca de él, haciendo contacto físico, era como si el amor de su esposa le entregara aquello con que no nació, y en su rostro, así como en su voz, se podía ver la emoción o sentimiento que en ese momento estaba experimentando. Natsuki miraba con pena a Harumi, a quien la quería muchísimo porque era una buena hermana mayor, pero al cometer esa terrible equivocación, no le quedaba más que apoyar a su esposo en su labor de salvar a Ryusei de las mentiras de su madre. Ella tomó la mano de Kenji, y como si estuviera recibiendo una mágica energía, el Director Sato cambió su expresión facial de la completa serenidad a una notoria cólera. - ¡¿Quién te crees que eres para decirme que debo tapar tu mentira?! –la voz de Kenji ahora era dura, pesada, con notoria ira-. No te confundas, Harumi. Si he aprovechado que nuestros padres no están en la mansión y he inventado una situación para hacer que Ryusei se retire no es porque quiera mantener en secreto lo que has hecho, es porque quise darte la oportunidad de arrepentirte de la estafa que has cometido, por lo que te daría el beneficio de que tus padres e hijos no se enteren de lo ocurrido, pero tú no eres capaz de darte cuenta de la infamia que has planeado, del daño que quieres hacerle a tu hijo –la mirada de su hermano menor la hizo temblar de miedo. Kenji podía ser muy enérgico cuando algo no le parecía correcto y perjudicaba a otros que eran inocentes. No era de mano suave cuando se había que castigas, y Harumi no sería la excepción. - Kenji kun –se escuchó la voz de Natsuki, quien con su otra mano trataba de cubrir su rostro al sentirse muy triste por lo que estaba ocurriendo. Al mirar a su esposa, la expresión de Kenji cambió por completo, dedicándole una enorme sonrisa y una tierna mirada. - Todo esto es necesario, Natsuki chan –y con su otra mano, Kenji acarició una de las mejillas de su esposa. - Harumi, lo que has hecho no tiene perdón, mucho menos porque no te muestras arrepentida del error que has cometido. Estás juzgando a la mujer que tu hijo ama como si fuera aquella otra detestable que quiso arruinar su vida. Ann Houston no es Reina Ayase, ¡date cuenta de una vez! –Takeshi habló fuerte a su esposa, y está empezó a llorar al recordar el pasado, uno que no había superado. - ¡No menciones el nombre de esa horrible mujer! –gritó Harumi notoriamente consternada. - Debes entender que Ann chan ama a Ryusei de verdad, no como esa otra mujer, hermana mayor –se escuchó la voz de Natsuki con una marcada congoja, ya que empezaba a llorar al ver a Harumi destruida. - ¿Por qué te obsesionas con traer el pasado al presente? Eres la única de los involucrados en ese asunto que no puede olvidar lo ocurrido. ¿Cuándo te vas a dar cuenta que viviendo así le permites a esa mujer ganar porque no has podido superar lo sucedido? –preguntó Kenji tratando de contener la ira. - Porque me vi reflejada en mi hijo cuando lloraba por culpa de esa mujer –el llanto desgarrador de Harumi era sincero, por lo que terminó sensibilizando a los tres que estaban en la biblioteca de la Mansión Sato junto a ella-. Él se sentía usado, sucio, que no valía nada más que para dañar a su padre y a su madre, cuando en realidad él solo era un inocente que no tenía la culpa de que Takeshi se enamorara de mí y yo correspondiera a su amor. Desde ahí me juré que nadie volvería a tan solo intentar aprovecharse de mi hijo, herirlo de tal manera que deseara morir, como alguna vez intentó hacerlo. No quiero que Ryusei sufra, no quiero. - Harumi, amor, pero él está sufriendo al mantenerse lejos de Ann Houston. ¿Acaso no te das cuenta que la sonrisa que Ryusei nos ofrece está apagada y que sus ojos ya no brillan de alegría? Él no está bien, y solo lo estará cuando te des una oportunidad de conocer a Ann Houston, a la mujer que él ama –Takeshi se abrazó a su esposa para consolarla. Entendía su tristeza y el miedo que sentía al pensar que alguien nuevamente estaba aprovechándose de su hijo. La sobreprotección en la que quedó atrapado Ryusei estaba pasando una muy cuantiosa factura, la cual incluía cobrarse con la honorabilidad de Harumi y la felicidad del joven actor. - Harumi, por última vez te preguntaré, ¿te arrepientes de lo que has hecho para engañar a tu hijo? –la madre Miura miró a su hermano menor con mucha consternación. Su rojiza mirada por el llanto exagerado al sentirse sucia por haber caído a un nivel al que nunca pensó llegar la martirizaba. Moviendo la cabeza para responder afirmativamente la pregunta que le hiciera fue el inicio de su respuesta. - Sí. Como madre no fui capaz de ver que él ya es un hombre. Para mí sigue siendo un jovencito encantador al que… -el dolor de recordar lo pasado hizo que no pudiera seguir hablando. - Entonces, te voy a ayudar a no romper el corazón de nuestros padres y el de tu hijo. Vamos a hacer que pases por diferentes pruebas médicas y asegurar que el diagnóstico que te dieron en los Estados Unidos estuvo errado, que solo te desmayaste porque el impacto de la escena con la que te encontraste alteró tu sistema nervioso central. Esto que te digo ya lo he conversado con unos médicos amigos, ya que confiaba en ti, en que ibas a recapacitar y darte cuenta del error que cometiste –Harumi dejó su silla y el abrazo de su amado Takeshi para caer en los brazos de su hermano menor, a quien amaba como si se tratara de su propio hijo. - Gracias, Kenji, por no dejar que me convierta en un monstruo porque no he podido deshacerme del dolor de ver a mi hijo sufrir hace muchos años atrás –el Director Sato soltó la mano de su esposa para sostener mejor a su hermana, quien por primera vez estaba demostrando el miedo que había guardado por más de catorce años, emoción que la estaba dañando profundamente. - Ahora que sabemos lo que te ocurre, te ayudaremos a sanar. Y el primer paso es aceptar conocer a Ann Houston y aprobar la relación que sostiene Ryusei con ella. Volver a ver a tu hijo completamente lleno de alegría te va a ayudar a que te sientas mejor –las palabras de Kenji reconfortaban el corazón de Harumi, quien lo único que quería era olvidar el pasado que estuvo a punto de destruir a su familia.

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