Arenoso Durante la sesión de besos y caricias volvimos a fundir nuestros cuerpos para volvernos uno. Después de las palabras que le dije al amor de mi vida y de sentirlo tan duro dentro de mí no pude evitar moverme, es como estar encima de él me llena de paz, cada fibra de mi cuerpo vibra, se calienta, se entrega al placer absoluto y ya no soy yo, es una mujer adicta a todo lo que ambos nos damos. Me muerde, los chupa y los aprieta, no hago más que caer por el placer y el dolor y me encanta, otra vez estaría gimiendo ahora solo quiero más. Me gusta el control y el ritmo que estoy marcando, pero él quiere participar, toma mis caderas y levanta su pelvis dándole aún más profundidad a la suya y sonríe, es tan hermoso que no me aburro de contemplarlo. Se acabó el sexo dulce, ahora viene lo m