Amor Entre Mundos Oscuros

Capitulo 2

—No es mi niña, es la tuya. Se buen demonio y cámbiale el pañal. Ya vuelvo, capté el aroma del padre.

—Soy el puto rey del infierno y aquí estoy Moly, a punto de cambiarte el pañal, el primer pañal de mi vida.

La pequeña seguía durmiendo cómoda en el sillón, caletita y con las mejillas rosadas.

—¿Dónde estarán tus cosas? ¿Y que es un pañal? —Dije en voz alta… — Si mis hermanos me vieran, estoy seguro que sería el hazme reír del infierno.

—¡Prometo no decirle nada a los otros!

Otro de mis hermanos. ¿Enserio?

—Asmodeo… ¿Ahora tú?

El sonrió…

—Tenía curiosidad. Déjame explicarte, fui al anillo de Amón y no lo encontré en su trono como acostumbra. En cambio un humano encadenado, que extrañamente aún estaba vivo me conto una increíble historia sobre un robo que termino en asesinato y lo envió al infierno. El único que hace sufrir a un humano en el infierno eres tú y si Amón no estaba en su reino intuí que estaría contigo. ¿Por qué no me invitaste a la fiesta?

—¡Por que no es ninguna fiesta! Ese hombre mato a la madre de esta pequeña y Amón está rastreando a su padre para poder llevársela.

—Hummm… ¿Por qué te tomas tantas molestias con ella si es solo una pequeña…

—Humana. —Termine por él. — No lo sé, algo dentro de mí me impulso a cuidar de ella, tengo que protegerla. No podía solo dejarla en el frio y volver a casa como si nada, ella simplemente necesitaba que alguien la cuide hasta que su padre aparezca.

Amón volvió y se encontró con Asmodeo y conmigo justo cuando le explicaba a nuestro hermano que era lo que pasaba y por qué estoy haciendo todo lo que estoy haciendo por la pequeña Moly.

—No te entiendo, pero hagamos la buena acción del milenio. —Mira a la bebita— Tiene unos cuatro meses de vida y eta sucia, su pañal está lleno de pipi.

Se dirigió hacia la escalera y subió sin decir nada y al instante bajo con un montón de codas en las manos.

—¿Qué son todas esas cosas?

Fue Amón quien respondió por mí hermano.

—Son las cosas que te había mencionado antes. Cuidado de la piel e higiene. Pañales, oleo calcáreo, toallitas húmedas perfumado y talco.

—Asmodeo, no sé cómo usar todas esas cosas. ¿Puedes hacerlo tú? —El asintió y mire Amón.

—El motivo por el que el padre de la niña es porque es un auténtico carbón. Lo encontré, es un imbécil millonario que vive en un pent-house en new york. Estaba en una orgia, borracho y drogado hasta el culo. Menos mal que me enviaste a mí y no a nuestro hermanito, sino no sabríamos de el en una semana.

—¡Oye! Mi pecado es ser lujurioso pero tengo sentido de la responsabilidad, volvería al otro día. —Dijo ofendido.

—Necesitamos al padre de la niña con urgencia, no al otro día. Tarado….

—Listo. Estas limpita pequeña… ¿Cómo se llama? —Preguntó Asmodeo.

—Moly, Moly Morgan. —Respondí.

—Es un bonito nombre—Dijeron al unísono y sonrieron.

—¿Por qué no trajiste al padre de la niña para que se la lleve?

—Porque prefiero lidiar con el rey del infierno y su pequeña buena acción, que lidiar con un pendejo que no puede decir ni caca.

— Bien, ¿pueden ayudarme con la madre de la pequeña?

—¿Qué quieres que hagamos con eso? Los humanos tienen un protocolo para eso. Llamemos a la policía y que ellos se ocupen.

Lo pensé, no está bien dejar a la pequeña en servicios sociales. Yo la cuidare hasta que ese idiota este en sus cinco sentidos.

—Está bien, lo haremos y luego iremos a la casa del padre de la pequeña.

Asmodeo sonrió feliz… Libertino asqueroso.

—Me gusta esa idea, puedo entretenerme mientras tanto. —Dijo y Amón tomo un color rojo en su rostro, claramente se estaba enojando con nuestro hermano.

—¡A caso eres tonto! La pequeña Moly no puede estar en un ambiente tan desagradable, ten un poco de respeto por la criatura…. Sucio. —Gruño con cada palabra nuestro hermano, su pecado es la ira, su temperamento pasa de 0 a prisión en segundos.

—Bien, no hay necesidad de ser agresivo. Ya entendí, cálmate.

—Tomamos las cosas de la niña, lo necesario en realidad. Si el padre de Moly vive en un pent-house, obvio tiene mucho dinero y puede comprarle todo lo que ella necesite. Llamen a la policía y vayámonos de aquí.

Después de la llamada anónima saltamos a un lujoso apartamento. Había olor a Alcohol, a marihuana y a sexo.

Personas seguían en su mundo sin percatarse de nuestra presencia. La pequeña Moly sigue durmiendo en mis brazos y no puedo evitar pensar en lo hermosa que es y en lo preciosa que será cuando crezca, quien sea que la tenga será muy afortunado de tener con él una mujer como ella.

—¿Dónde está el padre? —Le pregunte a Amón. (Asmodeo al ver el panorama de seguro quería llorar, es todo lo que el ama)

—Es el pendejo de cabello largo, el que esta con la rubia. —Señaló con el dedo índice.

—Bien. —Chasquee mi dedo y desmaye a todos excepto al progenitor de la pequeña y limpie el aire de olores desagradables que pueda hacerle daño.

Le tomo un momento darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. La música se había ido, la mujer encima de él estaba dormida y al alzar la vista vio a tres imponentes “Hombres” y una bebita.

—¿Quiénes son ustedes y que hacen en mi casa? —Pregunto con la voz arrastrada.

—Amón, límpialo.

—Sera un placer, he querido hacer esto desde que lo vi por primera vez. —Pobre, le va a doler.

—Se suave, no queremos que el único que cuide de ella quede estúpido de por vida.

—No te prometo nada, ser suave no está en mi naturaleza y lo sabes.

Caminó hasta donde el pelilargo se encontraba y le dio una cachetada que estoy seguro de que si fuera un dispositivo lo reiniciaba de fábrica.

Lo tomo del cabello y lo hizo mirarlo.

—¿Tengo tu atención o quieres otro golpe?

—¿Quién eres, que hacen en mi apartamento?

Su estado de embriaguez había desaparecido del todo y ahora se ve asustado, confundido y adolorido, pues frota la mejilla que ha sido fuerte mente azotada por la mano de mi hermano Amón.

—Vístete y prepárate para lo que tenemos que decirte u otro golpe de mi hermano es lo menos que te espera.

Se quitó de encima a la mujer y mira su entorno.

—Mi padre va a matarme, lo hice otra vez. —Dijo en voz baja a nadie en especial.

—Si no te mata tu padre lo hare yo. —Dije serio. Hasta que por fin noto a la pequeña.