↢ SARA ↣
Suena mi canción favorita Happy de Pharrell Williams y sé que será un excelente día. Me desperezo un poco y me pongo de pie haciendo estiramientos con los brazos, piernas, cuello y cintura.
—¡Al agua! —digo caminando al baño, subo el volumen a mi móvil y bailo mientras el agua cae por mi cuerpo. “Because i’m happyyyyyyy” canto a todo pulmón.
Salgo de la ducha, me pongo una toalla en el cabello, mientras me siento en la cama y abro mi aplicación con el horóscopo diario.
ஜ LEO
Aprovecha esta semana que hay Luna Nueva el sábado para así poner en marcha todo lo que has estado planeando últimamente. Ahora es el momento perfecto.
Sabes que hay muchas ideas en tu cabeza, muchos planes de futuro, muchas cosas que quieres hacer así que aprovecha con la energía de la Luna Nueva.
Si es en temas de trabajo o de relaciones, esta semana expón todo lo que tengas en mente.
Cuidádo con los traspiés de la vida. Tómalo todo como enseñanza.
ஜ
—¡Hoy es un día para brillar! —pienso y me acerco al closet para elegir la ropa para hoy.
Un vestido azul marino con flores amarillas, unas sandalias cómodas, ya que debo caminar para la reunión de la tarde y una chaqueta de mezclilla, porque las mañanas están frescas.
Me tomo el cabello de forma desordenada, como me gusta con algunas mechas sueltas y me pongo unos aretes de perla.
—¡Bella! —digo y giro para verme en el espejo— ¡Vamos con todo el fuaaa! —exclamo y salgo de la habitación para tomar desayuno.
↢☆゜・.・゜❤ ゜・.・゜★ ↣
Entro a la oficina y saludo a cada uno alegremente como todos los días.
—¡Hola Sandrita, buenos días! —saludo a la secretaria de mi área.
—¡Buen día Sara! —saludo cordial y veo a Benjamín caminar hacia mí a paso apresurado.
—¡Hola Benji! ¡Lindo día! —saludo y este me toma la mano y me hace girar.
—¡Divina! —hace un ademan con su mano— Como siempre, estupenda Sari. —dice y me toma del brazo para que caminemos a mi oficina.
—¿Qué tal tu finde? —pregunto y se cubre la cara como avergonzado.
—¡Ni te digo! —dice abanicandose con la mano.
—¿Quiero saber? —pregunto entre risas y niega— Ok… espero que haya sido bueno. —espeto.
—Demasiado… un metro ochenta… ojos verdes… ¡ufff! —dice y le hago un stop con la mano.
—Mejor dime cual es mi agenda para hoy. —digo entre risas.
—Tienes reunión de pauta con Christian a las 09:00, un almuerzo con los de Motorola y debes dejar armada la nota en la wiki para el departamento de diseño, que está presionando desde el viernes. —finaliza y asiento.
—Gracias, haré lo de la nota ahora. —digo y Benjamín sale meneando sus caderas.
Me pongo a trabajar en la nota, la redacto, corrijo los errores y la subo a la wiki «¡check!» pienso y comienzo mi rutina revisando mails. Miro la hora y ordeno las carpetas para la reunión con Christian.
Suena el teléfono.
«¿Sandrita?» pregunto
«Dice Christian que vayas a su oficina»
«Gracias, voy» contesto y corto la llamada.
Tomo las carpetas y las llevo conmigo, así mato dos pajaros de un tiro. Camino hacia la oficina de Christian, que como siempre está con la puerta abierta.
Golpeo suavemente el cristal de la puerta y Christian levanta la vista.
—¡Mi periodista estrella! —dice y sonrío.
—Buen día Christian, ¿me mandaste llamar? —pregunto y asiente.
—Como debes saber, en un mes más se realizará un nuevo COMIC CON. —dice y asiento— Quiero que este año lo cubras tú, porque necesito que sea la nota principal de la revista del próximo mes. —explica y tomo nota en mi agenda.
—No te preocupes, haré una nota de la que te sentirás orgulloso. —digo segura.
—No me cabe duda, bella Sara. —dice poniendose de pie mostrandome su excelente estado físico— Le diré a Romina que te acompañe para tomar las mejores fotografías. —termina de decir y asiento.
—¡Amo trabajar con Romina! Tiene muy buen ángulo para sus fotografías. —digo entusiasmada.
—Necesito que consigas una entrevista con el invitado “misterioso” de este año y además hagas los mejores cosplayers del lugar. —espeta, mientras se pasea pensando.
—Podría hacer un ranking. —propongo y sonríe.
—¿Ya ves por qué eres mi periodista estrella? —pregunta y me sonrojo— No me equivoque contigo querida Sara. —dice acercandose a mi— Conmigo vas a llegar muy lejos. —dice nuevamente, poniéndose detrás de mí, tomandome los hombros suavemente. Sonrío nerviosa y me pongo de pie.
—Gracias jefecito. —digo nerviosa y tomo las carpetas— Iré a la sala de reuniones a dejar las cosas listas para la reunión de pauta. —espeto y salgo a paso rápido.
Christian me pone muy nerviosa. Con su porte, lo guapo que es, además lo admiro demasiado, es como estar con tu artista favorito todos los días trabajando.
Había escuchado sobre él antes de conocerlo en persona, y a penas lo ví en esa charla TED en mi universidad, hice todo lo que pude para escucharlo, ya que su visión del periodismo y el marketing son dignas de replicar. Fue un honor para mí cuando me citó en su oficina, y más aún cuando me dijo que quería que trabajara con él. Por ahora, todo lo que soy, se lo debo practicamente a él.
Termina la reunión y salgo hacia mi oficina para preparar las preguntas y datos que tengo con los de Motorola.
Se abre la puerta de golpe y salto de la silla por la impresión, es Benjamín que me mira con tremendos ojos.
—¡Acaba de llegar el nuevo de TI y es muy lindo! —dice exaltado.
—¿De qué? ¿Qué es TI? —pregunto confundida.
—Ay guapa, los del departamento de tecnología de la información. —bufa como si fuera obvio, y no tenía idea que existía ese departamento en la revista, por lo que alzo una ceja con cara de pregunta y Benji revolea sus ojos— ¿Los cerebritos que arreglan el computador cuando falla? —rebate y asiento.
—¡Ahhh!… Qué bien... —digo con cero emoción— ¿Alguna otra novedad? —inquiero y entra a mi oficina cerrando la puerta con cara de que me va acontar un chisme, como siempre.
—Acaba de pasar Samanta a la oficina de Christian. —susurra generando intriga.
—¿Y qué tiene de raro? Es su ex esposa. —espeto y levanto los hombros sin importancia.
—Pff… ya sabes que siempre termina en un escandalo cuando viene a la oficina. —chismosea y me río.
—Anda a trabajar será mejor, ya que necesito que re acomodes mi agenda, porque Christian me pidió que hiciera un reportaje de esa convención de comic que hay el próximo mes, y necesito que recopiles información. —pido y él asiente con un puchero en la cara— Sabes que te quiero. —digo guiñándole el ojo.
—Lo sé… nadie se resiste a mis encantos. —dice y sale coqueto hacia su puesto de trabajo, por lo que sonrío y sigo armando la pauta para mi reunión.
Pido un uber para llegar al restorant donde me juntaré con la gente de Motorola. Cinco minutos más tarde ya voy en camino, dejo lista la grabadora, vuelvo a revisar las preguntas y cuando estoy guardando las cosas en mi bolsa el chofer me dice que ya llegamos.
—Gracias, que tenga un lindo día. —digo entregándole el p**o.
—Igualmente. —contesta amable.
Me arreglo el vestido, me miro en el reflejo del enorme ventanal del restorant —Perfecta. —digo en voz baja.
—Buenas tardes señorita, me espera el señor Feng. —digo cordial.
—Buenas tardes. Sí, pase por favor. —dice y me hace una señal para que la siga.
Me acerco a la mesa y saludo cordialmente a los dos hombres de Motorola.
El almuerzo resultó muy provechoso, además la comida era deliciosa. Contestaron a todas mis preguntas y me dejaron invitada al lanzamiento de un nuevo producto, así que sé que Christian estará feliz.
Salgo del restorant mientras voy distraída caminando por la calle mirando las vitrinas de las tiendas, cuando siento que pisé algo blandito —¡Mierda! —digo asqueada, por lo literal que es mi frase.
Había pisado mierda de perro y al andar con sandalias bajas, hizo que se me llenaran los pies con porquería.
—¡Iiiuuuhhh! —digo en voz alta, caminando a penas hasta una banca. «¡Qué asco!» pienso mientras evaluo la situación… Busco mi móvil en la cartera y no lo encuentro, por lo que revoleo los ojos por la frustración y me tapo la cara con ambas manos «Maldito horóscopo… ahora debo verle el lado positivo a todo esto» pienso y me quedo sentada en el lugar, el olor es horrible.
—¿Disculpa? —escucho una voz masculina a mi lado.
—Si, ¿hola? —saludo y veo un chico con una botella de agua en su mano.
—Ehm hola… pues vi lo que te ocurrió, y ehm… te traje esto para que te limpies. —dice tendiéndome la botella y unos pañuelos desechables, conteniendo la risa.
—¡Ay! ¡Qué vergüenza! —digo riéndome de mi tragedia, mientras el chico se rie también.
—Me llamo Samir. —dice entre risas.
—Sara, la mierda Sara. —digo mientras me rio de la situación.
—¿Necesitas que te ayude? —pregunta y no sé qué contestarle, ya que no sé qué hacer realmente.
—La verdad, no tengo idea de qué hacer. Se me quedó el móvil en el restorant que está unas cuadras más atrás y luego esto… —digo riendo frustrada.
—¿Te sirve si voy a buscar tu móvil al restorant? —ofrece y creo que mi cara debe ser un poema.
—¿Verdad? —digo emocionada y él asiente— Te doy mi número para que lo hagas sonar al llegar al restorant y te lo entreguen. —digo y vuelve a asentir.
—¡Genia, no se me hubiese ocurrido! —dice alegre— Voy. Espérame aquí. —dice y le hago un gesto de que no podría moverme del lugar.
—Aquí estaré. Gracias Samir. —digo mientras él se aleja dando zancadas hacia el restorant— Gracias a mis astros por enviarme a Samir. —digo en voz bajita.
Intento limpiarme con el agua que me trajo Samir, y algo mejora el panorama, pero iuhhhg…
Pasan unos minutos y veo a Samir que viene trotando en mi dirección.
—Aquí tienes. —dice jadeando.
—¡Eres lo más! ¡Mil gracias! —digo mientras tomo el móvil y le envio un mensaje a Benjamín.
Sara: Benji, tuve un accidente de mierda.
Benjamín: ¿¡Qué!? ¿Qué paso?
Sara: Lo que lees… un accidente de mierda.
Benjamín: No nos estamos entendiendo querida…
Sara: ¡Que pisé mierda!
Sara: [ o¬] (envio una foto de mi pie)
Benjamín: Wuajajaajja… Iuuuhhhg
Sara: No te rías de mi desgracia, estoy a una cuadra del restorant donde tuve la reunión con el señor Feng. ¡Ayudame!
Benjamín: Está bien.Voy.
—Gracias nuevamente Samir. Te debo una. —digo amable y él asiente en mi dirección.
—Con que me acompañes por unas cervezas o un café, quedo feliz. —dice dándome una bonita sonrisa.
—Claro, es lo mínimo que puedo hacer. —digo mientras vuelvo a tomar mi móvil revisando las llamadas perdidas— ¿Este es tu número? —pregunto enseñandole la pantalla y asiente.
—Lo guardaré y con eso nos ponemos de acuerdo. —rebato.
—Te llamo entonces. —dice emocionado.
—¡Claro! Mil gracias nuevamente Samir. Eres un sol. —digo agradecida.
—De nada Sara. Un gusto conocerte. —dice y se va.
A los diez minutos llega Benjamín muerto de la risa, con unas bolsas, un bidón de agua y un par de sandalias que siempre mantengo en mi oficina.