—Deseo estar solo para desquitar mi ira conmigo mismo, lamento haberte hablado como lo hice, pero de verdad no estoy de humor y me alejé para no seguir tratando mal a las personas. —Suspire cansado. —Pues desquita todo tu enojo conmigo, me lo merezco, no me iré a ningún lado hasta saber que estás bien. —Cierra sus ojos y alza su cabeza indispuesta, de una manera u otra eso me hizo sentir bien, como si me encantara que le importe. —Yo desquitó mi enojo con sexo, ¿me lo darás? —Ella me mira rápidamente y se sonroja. —Tal vez… —dice algo nerviosa y se siente raro tener el control en este juego de seducción con ella. —Es broma Dahiana. —La avergüenzo un poco—. Mis amigos vendrán en unos minutos con culos nuevos, realmente no te necesitaré. —¡Oh, entiendo! —Finge lamentación—. Es una pena,