-Hasta aquí escucho como le das vueltas al asunto. Vuelve a la cama.
Protestó con la voz ronca, dando un par de golpecitos al lugar vacío junto a él.
-¿Hace cuánto estás despierto?
-Desde que sonó tu celular, ahora ven.
Pidió, volteándose, para poder verla, seguía en el mismo lugar, sin moverse.
-Es que…--
-¡Ven ahora!
Gruñó una vez más.
Aturdida por no saber qué hacer, cosa que rara vez sucede, decidió hacerle caso a Collin, y regresó a la cama, en donde la esperaba con los brazos abiertos, listo para reconfortarla.
Acurrucada contra su pecho desnudo, dejó que le acariciara la larga y sedosa melena. A Collin, le encantaba acariciarlo, enredar los dedos y deslizarlos hasta el final, a ambos los relajaba.
-¿Qué hacemos?
Suspiró resignada.
-Vamos a pedirle a John, que vaya por el
