-¡¿Collin, estas... borracho?! -alzó la voz al oírlo soltar profundos ronquidos desde su cómodo sofá -No grites, estoy enfermo -susurró con los ojos cerrados. -¿Por qué has venido? No te pueden ver en estas condiciones, vaya ejemplo les darás a tus empleados –lo reprende mientras se acerca a él. -Te pusiste esa sensual falda de tubo -sonrío mientras le daba una lenta repasada con un ojo abierto. -No quería interrumpir tu siesta, pero necesito que firmes los documentos del nuevo proyecto inmobiliario. -¿Justo ahora? estoy realmente cómodo. -Si queremos que la campaña inicie de una vez, sí, tiene que ser justo ahora. -No quiero. -Levántate, por favor Soltando un infantil gruñido, se levantó, con demasiada lentitud para la paciencia de Caroline, pero una vez que lo tuvo en frente, pu