La mañana fue una locura, como era de esperarse, todo mundo estaba demasiado tranquilo debido a la ausencia de la señorita Makis, por lo que se dedicó a hablar y supervisar a cada jefe de área y las actividades de cada departamento. Dejando pasar así la primera mitad del día, hablando con todos los empleados y exigiéndoles pro actividad. Nadie se salvó del llamado de atención correspondiente, y eso incluía a Carlos, quien parecía olvidar que ella ya no debía rendir cuentas ante él. -Tienen trabajo retrasado de más de una semana. Estuve revisando los permisos que has dado. -¿Y? Preguntó con aires de superioridad. -Sabes perfectamente cuál es la regla primordial al momento de extender la autorización hacia uno de los trabajadores, QUE NO SE ACUMULE EL TRABAJO, eso y que Collin…, que el