Encantado de verla tan tranquila y risueña, se abalanzo sobre ella, y cargándola sobre su hombro la llevó hasta la habitación, dejándola caer sobre la cama, ignorando el nuevo llamado del timbre, volvió a besarla, esta vez le quitó la camiseta que traía y se la puso él. Dejándola solo con su ropa interior, se levantó por un par de pantalones y fue a abrir.
En la puerta se encontró con Deker, algo aburrido de esperar.
-Vaya recibimiento –bromeó Deker al ver su ceño fruncido.
-¿Qué haces aquí?
Ignorando su desconcierto y su pregunta, no esperó que lo invitara a pasar, simplemente lo hizo.
-Ya tengo todo lo que me pediste, me costó un poco conseguirlo, pero creo que es exactamente lo que quieres –le extendió una carpeta llena de documentos.
-¿Todo? –susurró sorprendido, mientras aceptab
