-Señorita Makis, son las 12:40pm el señor Dermoth, dijo que a la 1 de la tarde era su almuerzo Saltó de su silla a penas se dio cuenta que había pasado más de 40 minutos divagando, mirando al vacío sin poder concentrarse. -Sí, gracias, Lidia. -Con mucho gusto. Distraída, tomó sus cosas y bajó al estacionamiento, no sabía muy bien que pretendía Collin, aunque sí podía imaginarlo, y le entusiasmaba la idea de olvidarse de hablar y disfrutar de la privacidad. En el apartamento, Collin, la recibió con los brazos abiertos, la besó lentamente, disfrutando su cercanía, luego de pasar toda una mañana contenido las ganas de hacerlo. -Hola... –susurró, Caroline sin aliento. -Creí que no vendrías –sonríe aliviado. -Bueno, aquí estoy –se encoge de hombros algo incómoda con la familiaridad. -¡