Exactamente si no me equivocaba habían pasado 2 años sin mis hijas, la añoranza de volver a abrazarlas se instaló en mi pecho y no pude dejar escapar una sonrisa al imaginar sus preciosas caritas, su sonrisa y sus abrazos en mi. Nos adentrabamos a un lugar con muchos árboles, mi corazón latía con fuerza, lo sabía... estábamos cerca de mis niñas y lo mejor de todo era que lo recordaba, su comportamiento, rabietas, e incluso jamás sospeché que Sabrina no fuera mi hija de verdad, sólo lo supe cuando lo recordé. Igual ella era mía y la amaba tanto como a Megan, entre pensamientos llegamos a una pequeña casa cerca de un lago, un bonito lugar, casi me lancé del auto y el tiempo se detuvo, la imagen que tenía en mi cabeza de ellas se borró, ellas estaban grandes, hermosas, corrieron tan rápi