No tenía salida, pero tampoco tenía miedo, de hecho la sensación que él provocaba en mi cuerpo era más que agradable, me fascinaba.
Inesperadamente me hizo girar, tomo mi cintura y me obligo a colocarme contra el cristal, sus besos continuaron, esta vez el deseo, la lujuria y la necesidad eran evidentes, me deseaba y en cierto punto yo también a él. Era la primera vez que alguien o más bien un hombre me deseaba e intentaba poseerme como él lo estaba haciendo.
Su mano izquierda tomo el control de mis manos, entrelazo mis dedos con los suyos y me aprisiono contra el vidrio, mientras que su mano derecha se introdujo por debajo de mi blusa. Cuando toco mi piel, esta se estremeció con su tacto, jadee al sentir la calidez y la dedicación con la que rozaba mi piel desnuda, subió lentamente hast
