Al día siguiente al despertar vi que Luka no estaba en la habitación y que su ropa ya no estaba, así que sin mucha rapidez tomé una ducha y luego bajé y ahí estaba él llegando en el vehículo arreglado. —Vaya Luka madrugaste hoy— Le dije mientras subía al vehículo. —Si, era necesario hacerlo para que podamos retomar nuestro camino— Respondió Luka mientras que sin esperarlo se acercó y me dio un tierno beso en los labios. —Estos si que son unos maravillosos buenos días!!— Después de unas horas llegamos a la Hacienda por fin, a pesar de la buena noche que pasamos ambos nos sentíamos cansados por el viaje y deseábamos ya estar en casa. —-Buenas tardes padre— Dije mientras lo abrazaba. —Buenos días, al fin ya están aquí! Imagino que tienen hambre?— Dijo Regina. —Pues la verdad que si!—