—Está todo bien, ya no te preocupes. —¿Estás segura? —digo nerviosa escuchando la voz de Kate a través del teléfono. —Que si Sofie —repite cansada. —¿Durmió bien esta noche? ¿Comió tranquilo? —Sofie...—suspira. —¡Oh por Dios! ¿Algo le pasó? —me exalto. Nada le puede pasar a ese niño, es mi vida. Mi padre se fatiga cuidándolo y más ahora que está en plenos tratamientos y entrenamientos con su kinesiologo del ejército. Estoy replanteándome la idea de dejarlo al cuidado de Kate. —Leando está bien, Sofie y nada le pasará —susurra Andrew a mi espalda, posando una mano en mi cintura. Me retiro sutilmente de su toque y camino hacia el ventanal que lleva a la terraza, observo la gran vista a la playa, siendo consciente de que sigue mis pasos. Cuando estaba por hablarle a Kate me doy cuenta