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Apoyándose en su codo, Hannah miró fijamente a su pez dorado realizando su milésima ronda en su cuenco. Molesta por el clima lluvioso que persistía afuera, Hannah suspiró y decidió volver al trabajo muy rápido para pasar el tiempo.
- ¿Señorita Stewart?
Hannah dio un salto levemente, se subió las gafas redondas por las ramas y miró a su jefe.
Eso es todo, este tipo de aturdimiento que tenía todo el tiempo en presencia de su jefe se manifestaba.
Se odiaba a sí misma por reaccionar así. Con su físico de joven regordeta, gafas redondas y coleta, no tenía nada que comparar con las criaturas que cruzaban este pasillo con la alfombra de terciopelo.
Gabe Sander fue el don Juan más sexy de este año. Rubia, dibujada en marrón claro, ojos verdes ..
A pesar de su metro setenta y cinco, supo imponerse con su temperamento arrogante e impetuoso.
- Sí ?
Su mirada la atravesó de repente. Hannah permaneció impasible durante varios minutos antes de agarrar el archivo que seguramente estaba esperando.
- ¡Su archivo está .. aquí!
Hannah lo levantó para que él lo agarrara.
Sin embargo, él permaneció quieto, mirándola con furia.
A pesar de esa mirada que solía acusar sin inmutarse, Hannah frunció el ceño antes de que lo tomara para consultarlo.
- ¿Cuánto tiempo ha trabajado aquí señorita Stewart? Preguntó de repente.
Sorprendida, agitó las pestañas mientras nerviosamente se subía las gafas.
- ¿Dos años por qué?
- ¿Quieres que te aumente?
- yo ? Hannah graznó, señalándose a sí misma.
- Sí tú...
En estado de shock, Hannah se quedó sin hablar. En dos años aquí, era la primera vez que escuchaba salir de su boca una propuesta así.
¿Le habían golpeado en la cabeza?
“Ves Hannah”, comenzó a apoyarse contra el borde de su escritorio, casi golpeando a Roxy su pez dorado, “Te voy a necesitar tantas veces como te necesite durante este mes.
- Ver .. ¿de verdad? Tartamudeó, casi ahogándose con su propia saliva.
"Sí", dijo con su mirada extrañamente misteriosa.
Hannah se sonrojó y luego se rio nerviosamente.
- Felicita está mucho más entrenada para este tipo de desafío, Sr. Sander.
《¡Y mucho más para preparar! 》 Ella no pudo agregar.
Se encogió de hombros con indiferencia.
- Pero eres más rápido escribiendo.
- ¡Esta no es razón suficiente para pedirme lo imposible! ¡Seriamente! Me ves acompañándote a ..
Hannah tropezó con la última palabra y se tocó la cola de caballo apretada.
- ¿Cena de negocios? Concluye en su lugar.
En un sofoco, Hannah miró su pila de archivos.
Gabe Sander tenía fama de separarse de sus secretarias cada seis meses. Solo él lo había guardado.
¡No es necesario entender por qué!
Por los sonidos de los pasillos, todos habían terminado en su cama.
Excepto ella.
Tenía la desagradable sensación de ser utilizada. Pero, ¿Cómo puede resistir la tentación de aceptar su pedido?
Ser criada sería una oportunidad increíble para finalmente poder poner fin a la deuda que había arrastrado durante años.
- ¿En qué consistirá mi trabajo?
Se puso de pie con una sonrisa de satisfacción.
- Para acompañarme cuando lo necesite. Explicó, mirando su blusa abotonada.
Hannah frunció el labio cuando el momento parecía haber terminado.
- Muy bien, Sr. Sander.
- Mañana a las nueve en punto. Indicó mirando su reloj. Intenta ponerte .. algo más aceptable.
Este comentario no dejó de herir a Hannah.
- ¿Quizás quieres que venga en minifalda? Ella espetó con una sonrisa tensa.
Con las manos en los bolsillos, Gabe Sander sonrió de forma devastadora y giró sobre sus talones.
Mano agarrando su bolígrafo Hannah estaba ansiosa por arrojar su bolígrafo en su cara.
¡Qué arrogante! Pensó mientras recogía sus cosas.
- Aquí Roxy, debes tener hambre. Ella susurró dándole unos copos.
Dejó la compañía de automóviles y cruzó la calle para llegar a su automóvil. Ya eran las siete y la noche comenzaba a caer en una neblina ominosa.
Aturdida por la proposición inverosímil de su jefe, Hannah murmuró en su coche y subió a su edificio de apartamentos.
Al entrar en su apartamento, Hannah se enfrentó a su mejor amiga todavía vestida con su traje de abogada.
Ella levantó la cabeza de su archivo y lo afligió con una mirada de disgusto.
- A este paso, acabará manteniéndote incluso por la noche. Comentó ella bruscamente.
Hannah puso los ojos en blanco y puso sus cosas sobre el tocador.
- Gracias por este comentario Loanes pero me quedé por mi propia voluntad.
- Eso es lo que me preocupa, replicó este último, quitándose el vestido n***o.
Hannah prefirió no pelear con su amiga que incluso con su hermosa piel mestiza resultó enrojecida de ira.
- ¡Es explotación, Hannah! Este hombre no merece que hagas todo lo posible por él.
- Me habló hoy, ¡imagínate!
Loanes arqueó una ceja sorprendida.
- ¡Maldita sea, por eso está lloviendo! Ella exclamó falsamente seria.
Hannah negó con la cabeza.
- Quiere aumentarme. Dijo con una pequeña sonrisa de satisfacción.
- Ah en serio ? ¿Y cuál es la contraparte?
Por supuesto, Hannah iba a tener que decirle la verdad. ¿No estaba ella frente a un joven y brillante abogado que ya había ganado su primer caso?
- Que yo sea su secretario general.
- En otras palabras, ¿eres su títere? Loanes concluye poniéndole los ojos grandes.
- ¡Por favor, Loanes! Lloró mientras se dirigía a su habitación, ¡Gabe Sander podría ser un mujeriego pero no un criminal!
- Quizás, pero quiero que te cuides Hannah, no me gusta este tipo.
Molesta, se quitó el sobrio traje y se puso una camiseta holgada.
Loanes se cruzó de brazos y se apoyó contra el marco de la puerta con una sonrisa.
- Te abandonas en beneficio de los demás Hannah cuando eres una joven muy hermosa.
Hannah murmuró algo inaudible y se volvió hacia él.
- Loanes, por favor, deja de hablar, no quiero escucharte dándome cumplidos, ¿sabes por qué?
- No.
- ¡Porque eres el único en Nueva York que me dice esas cosas!9
Loanes caminó hacia adelante hasta que puso las manos en los brazos de la silla.1
- ¿Necesitas esto? Preguntó, tratando de quitarse las gafas.
- ¡Por supuesto que lo necesito!
- Falso ! ¡Encuentra excusas para mezclarte con la multitud como un fantasma!
Enfadada con su amiga, Hannah apretó los dientes.
- Llevas dos años trabajando para esta empresa y te haces a un lado y no quiero que nadie se burle de ti. Su amiga agregó más gentilmente.
- Sé lo que estoy haciendo Loanes, no estoy en el azúcar. Ella respondió con seriedad.
Sin estar convencida, Loanes abdicó de todos modos con un suspiro.
- Y luego, si alguna vez tengo un problema, la llamaré, señora abogada. Hannah añadió con una sonrisa.
Loanes se quebró rápidamente y encontraron su complicidad en un estallido de risa alegre.
Pero en el fondo, Hannah no pudo evitar sentir una pizca de nerviosismo invadiéndola.
¿Hizo bien en aceptar la propuesta de Gabe Sander?
Suena el timbre de la puerta del apartamento, interrumpiendo sus inquietantes sueños.
- Yo voy ! Dijo Loanes saliendo de su habitación.
Hannah permaneció sentada en la silla, frunciendo el labio nerviosamente.
- Un paquete para la señorita Stewart.
Atónita, saltó de su silla y corrió hacia el pasillo que conducía a la puerta principal.
- ¿Un paquete en este momento? Loanes comentó, firmando en su lugar.
- Nunca es tarde para entregar en nuestra empresa. El mensajero respondió, inclinando la cabeza.
Cuando Loanes cerró la puerta, se miraron con incredulidad.
- ¿Un paquete para mí? Respiró, quitándose las gafas.
- ¡Al parecer!
Hannah tocó la caja con los dedos y tiró de la cinta roja.
Su corazón se aceleró cuando descubrió una rosa roja en la caja.
- No hay mapa, señaló Loanes, mirando por todas partes.+
- Pero … ¿Quién me pudo haber enviado una rosa?