Joven , linda, atractiva y muy deseada. Asi es Helen Stewart o como ella se hace llamar al realizar su labor Ashley Cooper. A sus 25 años llevaba una doble vida, vivía lo bastante lejos de su ciudad natal, se creía que estaba estudiando en el extranjero.
Había crecido en una familia de pocos recursos, pero de padres muy trabajadores y honrados, gracias a eso a pesar de no contar con ninguna fortuna, a Helen durante su infancia no le faltó de nada, los mimos sobraban, hija única. Contaba con una belleza y unos rasgos físicos que destacaban entre toda su familia, en el pequeño pueblo donde creció ella era un sol, no pasaba desapercibida ante los ojos de nadie, pero esa belleza solo la ayudó a aspirar a cosas que no podía alcanzar, aunque a esa edad no se daba cuenta de eso. Su mundo cambió cuando se dio cuenta de que sus padres le daban todo lo que ella quería pero dentro de sus posibilidades. Cuando llegó el día de ingresar a la universidad, elegir una carrera y al fin salir de aquellas cuatros esquinas de su pueblo llamado East South, en ese momento no le importaba que la universidad fuera pública o de poco prestigios, su máximo interés era que no estuviera cerca, salir de allí.
Sus padres habian ahorrado mucho para poder darle esos estudios , llevaba dos años estudiando la carrera que había elegido y la que siempre le gustó. Trabajos de medio tiempo, piso compartido y un sin números de cosas para poder continuar sus estudio y se sentía orgullosa de poder hacerlo, pero las deudas se acumulaban, cada cuatrimestre llegaba más rápido que el anterior y pronto Helen se vio envuelta en un sin número de deudas por pagar. Justo en ese momento conoció a una amiga, Kate, cuando todo iba peor; que hacía ese trabajo. Al poco tiempo de empezar dejó la universidad, aunque fingía que continuaba asistiendo, por lo menos eso era lo que creían sus padres.
Nunca imagino que ser una dama de compañía se le daría tan bien.
- Este es uno muy especial, he estado con él pero ahora quiere algo nuevo. - vivía en un apartamento no muy costoso, ahorraba todo lo posible para cuando se retirara, Kate su amiga vivia en uno mucho mas lujoso. Su nivel de vida había subido mucho desde sus inicios, pero no todo era color de rosa y Helen solía ser muy precavida, prefería vivir en una casa menos lujosa y ahorrarse ese dinero para su retiro, aunque llevaba un año diciendo que ya era momento de retirarse, pero creía no contar con el dinero suficiente para hacerlo. Otra cosa que siempre decía era que volvería a la universidad, pero ese paso nunca lo daba. Aunque deseaba volver a retornar su carrera, tal vez para sentirse un poco conectada con su antigua yo. Lo anhelaba.
-Dame detalles.
-Es joven , apuesto, con mucho dinero y educado. Es todo lo que necesitas saber. Requisitos cumplidos.
-¿Qué tan joven? - antes de salir con sus clientes le gustaba conocer detalles de ellos para saber como ir vestida, que forma adoptar y esas cosas que al final resultaban ser importantes. - Espero que no sea un niño. Sabes que no me van los infantiles, los detesto. Suelen querer cosas raras y odio a los inexpertos.
-Es de tu edad, pero no te preocupes, ya te dije que es educado. Su nombre es Lucas, Lucas Matthew.- Kate sacó el teléfono de su bolso y buscó en su galería una foto para mostrársela a Helen.. -¿Te suena de algo?
-Espera ¿Matthew, Matthew? ¿Los Matthew petroleros?- No podía ocultar su cara de asombro. Tomó el teléfono para ver la foto mejor. - Es cierto, es guapo y joven, lo he visto en alguna revista o periódico.
-Exactamente querida, con esa paga será mas que suficiente para tus gastos de todo el mes. Incluyendo caprichos.
- ¡¡Graciaaaas, gracias !! - Sabía que si era esa persona tan adinerada, su amiga se lo estaba dejando para ayudarla. - Lo acepto.
-Querida, vayámonos de compras, tienes que estar grandiosa.
-¿Cuándo es la cita? Kate ¡¡Esto es grandioso!!
-Mañana, desde las diez de la mañana, te pasará a recoger aquí, ya le di tu dirección. Espero que no te pongas nerviosa, no puedes dejarte intimidar por su presencia. Solo se tu misma, ya me lo agradecerás.
-Que rápida.
-Ya me conoces, ahora vámonos.
Salieron las dos de compras.
A la mañana siguiente, una Helen inquieta y nerviosa caminaba de un lado a otro de la casa mientras mordisqueaba una uña. Era muy temprano pero llevaba más de una hora lista. Nunca se había sentido tan impaciente cuando se trataba de un cliente.
Sonó su celular.
Ring ring.
- Hola.
-Buenos días. Habla Lucas ¿Estas lista?
- Si, lo estoy.
-Ábreme, estoy en la puerta.- Su corazón pegó un vuelco cuando escuchó aquellas palabras. Realmente estaba muy nerviosa.
Colgó el teléfono, no esperaba menos de él.
Tomó su bolso y se condujo a la puerta pero después retrocedió, no podía parecer desesperada ni tampoco que lo estaba esperando. Se quedó de pie un minuto y luego le abrió la puerta
-¿Puedo pasar? - preguntó Lucas.
-Sería grosero no hacerlo.
Lo invitó a sentarse. Iba vestido de forma casual pero sin dejar de ser elegante. Su rostro no mostraba excesivo interés pero su miraba tenía un cierto brillo al verla.
-Entonces... - estaban sentados de frente mirándose uno al otro. -¿A donde vamos? - Preguntó un poco intimidada con semejante hombre al lado.-¿Que te apetece hacer? Este día soy toda tuya.- intentaba ser coqueta, pero los nervios se lo impedían.
- Pues ya tengo todo planeado para hoy, iremos a desayudar, ¿Tu desayunaste? Porque yo no, después iremos a comprarte un bikini.
-Disculpa, - lo interrumpió- no, aun no desayuno y estamos en mi casa, puedo tomar un bikini.
La miró enarcando su ceja derecha , sabía que estaban en su casa aún pero el quería comprarle un bikini.
-Debemos irnos. - se puso de pie sin darle una respuesta.-Ya es hora.
Ashley lo siguió conforme, nunca se debía contradecir a un cliente a menos que fuera necesario, y hacerlo por un bikini no era nada necesario. Uno mas para la colección.
Le abrió caballerosamente la puerta del copiloto. A lo que ella sí estaba acostumbrada era a los carros lujosos. Por lo general no hablaba de nada personal con sus clientes, solo con aquellos que les contaban sus problema pero si ellos empezaban primero, no sería nada agradable que una dama de compañía tuviera datos personales de ti.
Tenía tantas reglas y normas antes de salir con un cliente, todas por su seguridad y siempre las llevaba a cabo al pie de la letra, un error podría ser fatal.
De salida se detuvieron a desayunar.
Ella pidió un croissant junto con un batido de fresa , el sólo pidió un café.
Era muy raro verse con sus clientes en lugares públicos, por lo regular ellos mismos exigían privacidad, ya sea por sus parejas o por guardar apariencias. Pero Lucas había elegido una cafetería con bastantes personas a su alrededor, aunque era muy temprano. Tal vez la cafetería era algo famosa.
Al terminar se dirigieron al centro comercial mas cercano.
-Buenos dias, sean bienvenidos. - los recibió una agradable joven al entrar a la tienda de trajes de baños.
-Hola, quiero un traje de baño para ella, que sea color azul, palabra de honor y que el panti sea directo, es decir que no sea de atar ¿Cree que tenga algo asi?
-Por supuesto señor ¿En que talla?
Los dos miraron a Ashley.
El tiempo era algo que Ashley tenia muy pendiente cuando se iba con un cliente y con Lucas parecía ir muy lento.
-¿Te has subido antes en un helicóptero? Te lo pregunto para que no te vayas a marear- atento, considerado, nada parecido a los de su clase. - Sé que solo tengo un día contigo y como quiero aprovecharlo debemos irnos en helicóptero para llegar mas rápido, en auto se tarda cuatro horas. Me pareció un buen plan.
-Lo siento, pero me pongo fatal por los helicópteros, suelo marearme y quedarme mal por horas.- mintió, mientras menos tiempo tuvieran que estar juntos era mucho mejor para ella pero había que disimular. - podemos ir a un lugar mas cerca. Si quieres puedo recomendarte algo dependiendo de lo que te guste.
- No queda de otra, vayamos en coche. - Lucas se aparcó y tomó su celular. - Hola Lucas, no lo usaremos hoy, gracias- colgó el teléfono y puso el carro en marcha otra vez. - Es una pena. Ya había avisado al piloto, se llama Lucas también.
- ¿Y a donde vamos? ¿Estás seguro de que quieres ir en coche? Podrías cambiar de planes.
- Es un lugar hermoso que queda en las afueras de la ciudad, no sé si te va a encantar pero a mí me parece genial. - la miró por un segundo y luego puso la mirada al frente. -¿Quieres hablarme un poco de ti?
Nunca decía que no, pero toda la información que proporcionaba de ella era tan falsa como su nombre, ella mismo había reconocido que era una experta mintiendo. Sobre todo en ese tipo de situaciones llamadas clientes.
-¿Que quieres saber? No hay mucho que contar.
-Lo que puedas decir, tu nombre, edad y cosas como esas, nada fuera de lo normal, solo quiero romper un poco el hielo, el camino es bastante largo.
- Mi nombre es Ashley, tengo veinticinco años, me gusta comer helado y me apasiona ver películas asiáticas, también las novelas ¿Y tú?
-Tengo veintiséis, bueno hoy veintisiete.
-¿Es en serio? No te creo.
-En serio, hoy es mi cumpleaños.
-Wao, en ese caso ¡Felicidades!
-Gracias.
Pasaron dos horas de camino y ellos iban solo escuchando música, no habían hablado nada mas.
A Ashley le sorprendía que en el día de su cumpleaños el hubiera decidido salir con una dama de compañía considerando que teniendo esa posición también tendría montones de amigos dispuesto a hacer de su cumpleaños el mejor de todos. La idea le parecía de lo más extraña.
-Necesito ir al baño.
Ashley no tenía que ver la posición del cliente, su aspecto o cualquier cosa influyente, siempre buscaba la manera de gastar el tiempo. Eso era un método que no se podía dejar de usar, sin importar la paga, el aspecto del cliente o cualquier otra circunstancia.
-A diez minutos hay una parada. ¿Puedes aguantar?
Ni si quiera considerando que era su cumpleaños.
-Si, eso creo.- cruzó las piernas para parecer más apresurada.
Aumentó la velocidad para llegar mas rápido, en seis minutos ya estaban en la parada.
Se bajó de prisa del vehículo para abrirle la puerta a la chica, preguntaron donde quedaba el baño y el la llevó hasta allí. Una vez dentro tomó el celular y llamó a Kate, después de una corta conversación confirmando que estaba bien, colgó y le envió un mensaje con su ubicación.
-Lista - dijo al salir.
Cabe decir que tardó casi diez minutos en salir del baño.
Se fueron de allí y tomaron carretera otra vez y después de una hora habían llegado ya por fin al lugar.
- Aquí es - Dijo Lucas al abrirle la puerta del coche. Le mostró toda la casa y era una mansión enorme, con un salón tan grande como la casa completa donde vivía ella. Ashley estaba sin habla. - Me la regaló mi padre en mi cumpleaños pasado, no suelo venir mucho aqui.
-Es... enorme, wao.
Ya el sol había caído , solo les quedaba la noche, Ashley fue a tomar baño mientras Lucas preparaba la cena.
Había planeado algo muy diferente a aquello pero dadas las circunstancias por su miedo a helicópteros los planes habían cambiado drásticamente, habían cambiado mucho, ya ni si quiera el sabía que seguía, lo normal sería cenar, tomar unos tragos y luego ir a dormir.
Preparó algo sencillo para no malgastar mas tiempo, no le quedaba mucho , debia aprovechar. Colocó la cena en la mesa y se sentó a esperar sirviéndose una copa de vino.
- Perdona la tardanza- se disculpó Ashley haciendo su aparición. -¡Mmm! Huele muy rico- Se sentó a la mesa para empezar a cenar.
-Gracias ¿una copa de vino ?
-Si, por favor.
Luego de una cena deliciosa fueron a la terraza.
-Voy a tomar baño, estas en tu casa - Lucas subió a la habitación.
“Esto es un poco raro”- pensó Ashley, tomó un trago de su copa - “Es casi incómodo , no sé que hacer.”
Caminó en círculos por toda la casa.
Tenía que hacer su trabajo.
Subió a la habitación con una idea muy clara en su cabeza.
Entró despacio para no ser oída pero con el agua de la ducha no sería posible, se cambió su atuendo por una mas original y se ubicó en el lugar exacto. Una buena jugada.
Cuando Lucas entró a la habitación, ella estaba tendida sobre la cama, su cuerpo desnudo era el adorno perfecta en aquella elegante habitación.
-Feliz cumpleaños, Lucas.
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Había llenado todas sus expectativas, estaba mas que complacido. Ese sería el escándalo que colmaria a su familia. La decisión estaba tomada.
- Ya te deposité en tu cuenta , confío en que esto no salga de nosotros.
-Claro Lucas, puedes confiar en mí. - dijo una voz al teléfono.
-Gracias ¿Cuando te vas ?
-Esta tarde, luego de verla.
-La noticia sale mañana. Adiós.
La mejor de las jugadas.
Los planes de Lucas solamente lo beneficiaban a él, era el plan perfecto con la chica perfecta, de igual manera podría ganar dos trofeos, la empresa y la chica, aunque por ahora no estaba en sus planes, lo principal era complacer a su padre de la manera mas vulgar e iba a funcionar a la perfección, de eso estaba más que seguro
No había sido tonto, ya tenía todos los datos de ella, sus verdaderos datos. Nombre, lugar de nacimiento, edad, padres, ciudad natal, lista de novios, pero lo que no pudo conseguir fue su lista de clientes, era la chica perfecta para su plan maestro. Estaba un poco sorprendido de lo bien que estaba resultando todo.
Se asomó a la ventana de su oficina para ver a la escandalosa ciudad, nunca le agradó, siempre fue mas amante del campo y las praderas. El tráfico, la gente, el bullicio y la apresurada vida de la ciudad lo estresaban
-Desde hoy todo cambiará, terminaré con todo esto y con el farsante de mi hermano.
———
Había tenido la delicadeza de llevarla a su casa. Para ella la noche había sido perfecta. No se imaginó que Lucas sería tan gentil y caballeroso con ella porque los de su clase solo la veían como un trozo de carne, haciéndola sentir como si siempre pudieran tomar un trozo de ella.
Salió de la ducha y se vistió, su amiga venía en camino. Necesitaba contarle la maravillosa noche que había tenido junto a Lucas.
-Holaaaa ¡Cuéntame todo! No te dejes detalles.
-Yaa, no fue nada especial. Ya has salido con él, sabes como es, nada especial. Fue un poco aburrido.
Salió a la cocina para tomar un poco de agua.
- He salido con el pero no ha sido algo sexual.- La voz de Kate se cortó un poco, aclaró su garganta y continuó hablando. - Me voy de viajes, con un cliente.
-¡Qué! ¿Porque? No deberías.- la noticia la había tomado por sorpresa, no se lo esperaba. Nunca se relacionaban con clientes más allá de lo laboral, era una de sus reglas más fuerte. - ¿Por cuanto tiempo? Kate esto podría ser un error, no es normal en ti.
-No lo sé, creo... creo que nos hemos enamorado.
-Noooo, no es posible, ni si quiera se su nombre. ¿Estas ocultando algo? Nunca lo has mencionado antes.
-¿Qué dices? - tomó una manzana y se sentó en el sofá - Ven aquí pequeña. Se que estás confundida, pero también se que quieres lo mejor para mi. Entiendo si te enojas, pero ya es momento de que nuestros caminos se separen. -Fue al lado de su amiga y la abrazó, ya tenían mucho tiempo juntas, se había ido pero solo por días, ahora Helen sentía que había algo diferente.
-No te vayas - Le rogó- ¿Qué haré sin ti? No podré seguir. Tal vez pueda ir contigo.
-No te pongas así, tienes que continuar hasta lograr tu meta. Falta poco. Además seguiremos en comunicación, estaremos en contacto. Mañana temprano salimos, no tienes que acompañarme.
-¿Por cuánto tiempo?
-N O L O S É. No tenemos fecha de volver, apenas nos vamos , ya tranquilizate.
-Y... ¿A donde van?
-Es una sorpresa.
-Ya entiendo. No se diga mas, no me quieres decir que tiempo durarán, a donde van o con quién te vas, podías haber sido mas directa. - se alejó de su lado sentándose al otro extremo.
-Solo estas asustada, cálmate . No seas infantil. Yo estoy muy segura de que estarás bien sin mi, no me iría de no estarlo .
-¡Ja!
-Bueno , sólo vine a despedirme, tengo muchas cosas que hacer el día de hoy. Quiero decirte que me agradó mucho conocerte y que para lo que sea, llámame. Seguimos siendo amigas.
-Gracias, me has ayudado mucho.
Y así de simple fue la despedida de aquellas dos amigas que habían vagado juntas por la vida durante unos cuantos años. Sus caminos se habían cruzado de una forma no muy común, pero desde ese entonces Kate y Helen formaron lazos muy fuertes. El apego emocional que tenía hacía Kate era muy fuerte, jamás tuvo una amiga igual y con ella a su lado siempre sintió que era la hermana mayor que nunca había tenido.
Kate se marchó mientras Helen permaneció sentada en el sillón llorando, la extrañaría tanto que ya sentía que no podía hacer nada sin ella, solo habían pasado unos minutos de su partida.