Las horas en el trabajo habían pasado volando, Cleo solo se levantaba de su asiento para buscar una nueva r**a de café. Lo cual Vigga supuso que no había dormido en toda la noche o que se levantó en plena madrugada, el sonido de un teléfono interrumpe el silencio de la oficina haciendo que la rubia se sobresaltara, Cleo no le prestaba atención porque se había colocado unos audífonos para escuchar música mientras resumía y subrayaba algunas cosas del informe que tenía que entregar mañana a su jefe. «“— Oficina Ragnhild, ¿En qué lo podemos ayudar? ― Señorita Vigga, hemos tenido un percance en una de las fábricas de la empresa. Los choferes que tenían que salir al muelle lo han detenido la policía por no llevar todo el permiso completo, nos dijeron que faltaba el permiso de embarcación… —