Mientras me arreglaba para ir al colegio, lo más deprisa que podía, tomé mi mochila y bajé corriendo por las escaleras. —¡Damián! tengo mucha hambre… —Y al ver a Elinor otra vez cocinando me incomodó. —Buenos días. —Dijeron papá y ella, mientras Damian masticaba y me hacía seña para que me sentara. Gire un poco mi cara tratando de decirle a Damian que me sorprende que no sea el quien cocine y él me miró resignado. —Pensé que estaba Damian cocinando… —Añadí.— Buenos días. Que incomodo tener que convivir con una extraña en tu casa y que quiera hacer el papel de madre y esposa correcta. —Emma, cuando salgas del colegio te llevaré a conocer mi SPA, y así tomas una cita para ti y nos conocemos más, ¿te parece? Pensé en que no, no quería salir con esa mujer, que fastidio sería... Pero, m