Capítulo 7

952 Words
Narra Marlon Flora me espera en la entrada a las siete en punto. Está vestida de manera profesional, como si acabara de salir de una oficina. Incluso con el abrigo y los pantalones de vestir que lleva puestos, sigue siendo provocativamente sexy. —Hola —sonrío mientras le abro la puerta para que entre. —Hola —me devuelve la sonrisa mientras camina delante de mí—. Veo que ponerme en un aprieto es una de tus manías. —Sí, bueno, soy un hombre muy espontáneo—Helen me espera en una mesa alejada de la multitud. Siempre ha sido el tipo de mujer a la que le gusta estar fuera del foco de atención. Es elegante y con clase en todos los sentidos. Especialmente en los negocios. Espero que no se dé cuenta de mi afición por Flora esta noche porque no quiero arruinar mis posibilidades de acercarme finalmente a los camellos de su padre. Pero no cuento con ello. Parece que no puedo mantener la compostura demasiado bien a su alrededor —.Helen —digo, colocando una mano en la espalda de Flora—. Ella es mi especialista en marketing, Flora Delgado. Espero que no te importe que se una a nosotros esta noche. Ella es mucho mejor que yo para desarrollar ideas. Ella le lanza a Flora una mirada atrevida, casi como si fuera un perro de caza que se aprovechó del sexo que tuvimos hoy. Me han dicho que...Las mujeres son muy buenas para detectar a otras mujeres, pero nunca lo he visto en persona. —Por supuesto—dice ella, sin demasiado entusiasmo—.Cuantos más, mejor. Todo empieza de forma perfecta. Helen ofrece una lista detallada de lo que le interesa y de todas las formas en las que quiere hacer suya la empresa de su padre. Quiere algo que pueda ser aprovechado por las generaciones más jóvenes, pero también quiere atraer a los clientes que tiene su padre ahora. Para mi sorpresa, Flora toma las riendas de la conversación y arrastra a Helen hacia su establo como un toro domado por su amo. Helen está pendiente de cada una de sus palabras, de cada una de sus ideas, y yo también. —Hoy en día, los anuncios publicitarios son muy populares— afirma—. Vemos anuncios de ventas de concesionarios a diario, pero rara vez vemos alguno de concesionarios de autos de lujo. Autos de la vieja escuela, claro. Pero, ¿dónde están los anuncios de Ferrari? ¿Los de Bentley y Benz? Si los vemos, siempre son muy diluidos y unidimensionales. Creo que incluso sería de ayuda que aparecieras en el anuncio. Eres una mujer hermosa que estoy segura de que recibe mucha atención de los hombres. Ahora bien, no apruebo mezclar negocios con placer a menudo, pero el sexo vende. Y sería increíble que fueras la cara de tu propia empresa. Quiero decir, ¿cuántas mujeres vemos ocupando un puesto tan lujoso como el tuyo? El fuego en los ojos de Helen mientras escucha a Flora darle vida a este comercial antes de que haya siquiera un guion gráfico es muy revelador. Ella está hambrienta de esto. No quiere nada más que posar frente a la cámara por razones que no sean vender autos. Finalmente se ve a sí misma como la reina del lujo que es y está lista para salir de su caparazón. —Wow—dijo Helen y le dio un aplauso a Flora —. Tienes una joya, Marlon. Es muy persuasiva y parece...—Sabemos cómo atraer a una multitud. Me encanta la idea, pero ¿cómo la ejecutamos? —Eso es algo que tú y yo podemos discutir más a fondo una vez que tengamos un contrato firmado —me tomo la molestia de hacerle saber a Helen que no estamos regalando ideas—.Si realmente quieres seguir adelante con esto, podemos discutir los términos y condiciones en mi oficina cuando tengas un minuto. Su sonrisa burlona me indica que tiene la impresión de que nuestra relación anterior debería haberme obligado a tomar un atajo con ella. Pero, por mucho que me gustaría hacerle un favor, los negocios son los negocios. —Está bien —asiente—. Pronto programaré algo contigo. Hasta entonces, disfruten el resto de la velada. Tengo que volver a mi avión. Tengo otros asuntos que requieren mi atención. Helen sale del restaurante y yo no podría estar más feliz de estar a solas con Flora. Hizo un trabajo increíble controlando la narrativa, me excita aún más verla. Me encantaría escabullirme y volver a llenar su interior con mi erección, pero tengo que controlarme. —Excelente trabajo—le digo—.Realmente captaste su atención como nunca había visto a nadie hacerlo. —¿En serio?— pregunta—¿Crees que realmente se cree lo que le estoy vendiendo? Quiero decir, puedo cumplir, seguro, pero ella parece una mujer muy difícil de complacer. —Estoy seguro—me río entre dientes—.Me encargaré de todo y me aseguraré de que ella esté de acuerdo. Hasta entonces, ¿qué te parecería ser mi directora oficial de marketing? Ya hay una oficina disponible, como viste antes, solo está esperando a que la cubran. Ella sonríe con una sonrisa hermosa que no puedo apartar de mis ojos. La forma en que su cabello descansa sobre uno de sus hombros para exponer su cuello, hace que esa sonrisa sea aún más deslumbrante. Parece que está reflexionando sobre mi pregunta a pesar de que ya sabe la respuesta.Respondo, y no puedo evitar sentir la sangre subir a la cabeza de mi eje. —Me encantaría—dice—.Gracias por tenerme en cuenta.
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