Narra Flora —Buenos días cariño. La cara sonriente de mi padre es el comienzo perfecto para una mañana de sábado. Pensé que todavía estaría en la cama porque anoche estuvo jugando al póquer hasta muy tarde, pero no. Está aquí, en la cocina, preparando un abundante desayuno. —Buenos días, papá —lo saludo con un abrazo y me siento en la isla de la cocina— ¿Cómo estuvo el póquer anoche? Estuviste fuera hasta bastante tarde. –Sí, Marlon y algunos otros chicos estaban allí. Nos dejamos llevar un poco y los partidos se alargaron más de lo esperado. Pero lo pasamos genial. Hacía tiempo que no salía por una noche así. Escucho sus divagaciones mientras navego por las r************* . No hay nada realmente interesante en mi muro de noticias esta mañana, excepto Marlon. Se ha estado reuniendo c