No obstante, le preguntó al mayordomo: ¿Ha bajado ya Lady Charis? −Sí, Señoría. Desayunó hace una media hora y creo que ahora se encuentra en las caballerizas. Lord Kiniston arqueó las cejas, sorprendido. En tal caso, iré a buscarla. Y salió de nuevo para dirigirse a las caballerizas, que se encontraban a un lado de la casa, mientras pensaba en lo poco habitual que era que una joven de sociedad se levantara tan temprano y le interesaran los caballos. Desde luego, las hermanas Caton montaban bien porque habían aprendido a hacerlo desde muy pequeñas, pero no mostraban un marcado interés por los caballos. En cuanto a Lillian, lo único que deseaba era un animal que la hiciera lucir sus atractivos y provocara la envidia de los demás. Al llegar a las caballerizas vio a Alicia en el establ