Narra Katherine. Cuando regrese a casa, mí madre se paró en seco al verme. Nuestras ojos se encontraron. Me di cuenta de inmediato que ella no era fanática de mi nuevo peinado. —¿Te teñiste el cabello?—dijo perpleja. Su mirada recorrió mi cabello, casi como si no pudiera creer lo que estaba viendo. —Si—respondí—. Quería un cambio—agregue. Ella suavizó su rostro. —¿Estas segura de eso o se trata de Liam?—interrogó, imaginándose que lo había hecho por él. —No se trata de él—mentí haciendo una pausa—. Se que está enamorado de ella todavía, no creo que le importe mí color de cabello—añadí. Mí madre negó con la cabeza y resopló. —Quizás se enamoró de ella por la aparecía que reflejaba, por la imagen exterior perfecta que ella representaba, no de su verdadero yo. Lo único que está her