Me duele la cabeza, no pude dormir en lo que quedo de noche imaginando que el demonio que ese hombre tiene en el cuerpo saliera a desatar el infierno en esta casa ¿Por qué de todos los hombres que existen a esta loca se le ocurre meterse con dos hermanos?
- Buen día – miro a Yudia – no dormiste nada, no te culpo yo tampoco dormí bien.
- Yudia ¿Qué vamos a hacer? Si nuestros padres se enteran lo que hizo está loca, se desatará el caos y no porque se haya acostado con sabrá dios cuanto, si no con quien.
- Conozco a Demetry por la sociedad que tienen nuestras familias y se que cuando se enoja no es nada agradable según mi padre y Leandro es peor, y eso si lo pudimos ver. Juro que creí que la mataría.
- Sonara horrible, pero desde que regreso Kira mi vida es un sube y baja de emociones que no me hacen bien, ojalá Demetry y ella se vayan de viaje y no vengan en mucho tiempo.
- Ya viste lo que yo soporte por seis años, no sé cómo mis padres tienen una venda en los ojos.
- Yo la aguante durante dieciocho años, aunque los primeros seis no recuerde nada; y me hago la misma pregunta.
- Me temo que cuando se abra las puertas de este infierno seremos nosotras la que pagaremos el precio.
- ¿Nosotras? ¿Por qué? ella fue quien cometió semejante estupidez y mintió, nosotras nada tenemos que ver.
- Yo nunca dije las cosas que ella hacia y tu sabes lo que hizo, las dos hemos ocultado la verdad y conociendo a nuestros padres ¿crees que van a tener piedad de nosotras? mi papá es más liberal que mi tío, pero apenas y me deja respirar sin el guarda sombras que me puso – me rio.
- Igual que el mío.
- ¿Ya has visto a los hermanos Koller? Dime la verdad Liah, no te dije nada ayer porque acabamos de llegar y aun no podía creer que se casaba Kira, pero papá me dijo que eras tu la novia no Kira ¿Qué sucedió? – otra vez ese tema.
- Ellos se enamoraron, se comprometieron y yo quede de lado, eso es todo.
- Pero ¿te enamoraste de él?
- No, sí. No lo sé, cuando lo vi me pareció el hombre más guapo que haya visto con esa sonrisa que enamora, y su carisma, pero después de lo que paso con Kira cambie mi manera de pensar de él, sigo pensando que es guapo, pero hay hombres mucho más guapos, seductores que con mirada que te desnudan por muy insoportable que sea.
- ¿Hablamos de alguien en particular?
- No ¿Cuándo crees que regresemos a casa?
- No lo sé, el señor Nelio invito a mis padres a quedarse por unos días después de tanto tiempo sin venir.
- Yo no me quiero quedar aquí, siento que medara un infarto con tantas emociones, sustos y problemas.
- No quiero estar en tus zapatos, pero igual me afecta.
- Daré un paseo a ver si mis nervios se apaciguan y si se desata el infierno antes que regrese, no me busques, prefiero no ver.
- Claro lo vivo yo sola. – buen punto
- Corre – se ríe.
Empiezo a dar un paseo por los alrededores, no se porque, pero se me están familiar y no es porque estado aquí antes, quisiera recordar. Llego al árbol de violetas, debe tener una hermosa vista desde arriba, me siento entre sus raíces a respirar el aire fresco y olvidarme de las ultimas veinticuatro horas.
- ¿Qué haces aquí solita? – me asustó al escuchar esa voz – si tienes sueño sabes que hay un lugar más cómodo que un árbol.
- No te esperaba, me gusta respirar aire fresco y este árbol.
- ¿Puedo sentarme a tu lado? – ¿Qué? ¿Por qué? igual ya te sentaste.
- Claro, pensé que habías ido a dar un paseo con Kira - asoma una ligera sonrisa - ¿sucede algo? No pareces el mismo de ayer.
- Seré honesto contigo – afirmo – cree que tenían razón y debí esperar antes de casarme.
- ¿Qué te hizo cambiar de opinión en unas cuantas horas?
- Me di cuenta de que Kira me mintió en ciertas cosas que son muy importantes, se que es tu hermana y no debería decirte esto – rayos lo sabe, pero si lo supiera la estaría asesinando ¿no? – no sé qué hacer – me mira – un consejo sabio de esa mente brillante – me rio.
- No se de que hablamos para darte un consejo.
- Digamos que creía algo que resulto no ser, aunque tuve una explicación no creo ni una palabra de ello; pero hay mucho en juego.
- Creo que tomaste una decisión y ahora tienes los resultados de ello, si no te agradan tienes que aceptar con madurez la situación y buscarle solución.
- ¿Y si la solución afecta a terceros?
- No se en que te mintió Kira, pero pregúntate si lo que hizo cambia lo que sientes por ella.
- Cambia lo que pienso de ella, me hace cuestionarme sobre todo lo que me ha dicho.
- Creo que debes aprender a conocer a tu esposa, algo que no hiciste antes y ahora no puedes cambiar, pero tal vez puedas remediar con razonamiento y no con impulsividad. – lo veo pensativo.
- Duras palabras, pero certeras. Muy lista caperucita - ¿caperucita? Ve el árbol – ¿subimos? Me dicen que se puede ver la hacienda desde allá arriba y es una linda vista.
- ¿Nunca subiste?
- Nunca lo intente y luego mi abuelo nos prohibió subir después que murieron nuestros padres, es más si no me equivoco creo que lo mando a cortar, pero Leandro hizo huelga de hambre, decía que su esposa le gustaba este árbol.
- ¿Su esposa? ¿Es que está casado?
- Éramos niños, me imagino que era una noviecita que tenía ¿Quién sabe? Después que murió mi madre nunca más hablo de este lugar lo odia. Entonces ¿subimos? Vamos a ver si es verdad.
- Me encantaría, pero si papá se entera que subí a un árbol se infarta.
- No le diremos. – nos reímos.
- Es que, cuando era niña me caí de un árbol y no quede muy bien, por eso no le gusta ni que me acerque a uno.
- No sabía sobre eso, pero esta vez yo te cuido y no te caerás. Lo prometo.
Flashback
- Sube no seas miedoso.
- Yo no soy miedoso, pesada, solo que está muy alto.
- No te caerás, te lo prometo yo te cuido.
- No necesito que una niña me cuide.
- Hombres, entonces sube.
Flashback
- Liah ¿estas bien?
- ¿Qué? – me duele la cabeza.
- Te ves pálida.
- Es que me desperté con un fuerte dolor de cabeza y creo que no se me ha quitado.
- Entonces ¿nos subiremos a ese árbol? Ven vamos. Sube.
- ¡Jamás! – escucho esa voz fuerte y dominante.
- Leandro, Aaron ¿Qué hacen por aquí?
- La pregunta es ¿qué haces tu por aquí? Deberías estar con tu mujercita no con tu cuñada – pero este gruñón amargado ¿no puede llevar la fiesta en paz?
- Liah y yo estábamos teniendo una conversación agradable.
- No es el lugar y mucho menos pedirle que suba un árbol, es arriesgado.
- Leandro no todos les tienen miedo a las alturas - ¿les tiene miedo a las alturas? Eso si es nuevo.
- Deja de decir bobadas, llego Don Juan, esta preguntando por ti y hay algunos asuntos de la empresa que debes atender antes de que te vayas de luna de miel.
- Aplace el viaje - ¡no, no, no! por mi paz mental debías irte – hay mucho que hacer en la hacienda y el abuelo no puede, aunque quiera.
- Yo me encargo de eso - ¿Qué? Demetry y Aaron se ríe.
- Leandro odias este pueblo y la hacienda.
- Por el abuelo puedo hacer una excepción – ¿Por qué me mira tanto? Desde que llego no me quita la mirada de encima, que incomodo – mejor ve, además hay invitados que debes despedir y ocuparte de tu esposita.
- Dios ni porque soy casado me dejas de mandar.
- Mejor vamos hombre así me presentas como se debe a la nueva señora Koller.
Demetry me ve y sonríe – me llevan y el deber llama – me guiña un ojo – gracias por el consejo caperucita.
- Cuando quieras.
- Ya, mucha habladuría, ve. – le dice Leandro de forma nada agradable. Aaron lo sigue.
- Eres muy grosero con él, ¿le dijo algo sobre lo que paso entre Kira y usted? Se ve afligido y dijo que Kira le mintió.
- ¿A ti que te importa que pasa entre esos dos? están casados ahora que se aguante y si no le gusta la… mujer que escogió pues que vea como le hace.
- Eres un insensible, Demetry está mal por lo que sea que le haya hecho Kira y tu eres un mal educado, gruñón que lo trata como un niño.
- Es un niño, ¡y deja de defenderlo! Se entero que su mujer no la santa y pura que le hizo creer y ahora se lamenta lo que hizo ¿se puede saber por qué demonios ibas a subir al árbol con él? – este cretino ¿quién se cree para hablarme así?
- No me hables de esa manera – le pego en el hombro.
- Yo hablo como quiero.
- Pero no a mí, así que cuida tu tono. Para que lo sepa yo subo al árbol y defiendo a quien quiera.
- Defiendes a quien no debes. Quiérete un poco, te dejo por tu hermana, pensó que eras poca cosa para él y aquí estas llorando y recogiendo las migajas. Valórate un poco – eso me dolió el muy… imbécil, si no lo mato es porque no me ensuciare las manos. Mejor me voy - ¿A dónde vas?
- ¡¿Qué te importa?! No te me acerques, eres un amargado e imbécil
- ¡Cuida tus palabras! ¡No te vayas que te estoy hablando! – cree que me quedare a escucharlo - ¡pelirroja tenías que ser!
Llego a la cascada que tienen en el otro jardín a ver si me refresco un poco del coraje de este amargado y de las locuras de Kira.
- ¡Aquí estas! ¿Dónde estabas?
- Buen día papá
- ¿Te sientes bien? Te ves pálida y extraña.
- Me duele un poco la cabeza, sali a dar un paseo, pero no funciono.
- Liah te he dicho que no me gustas que estes sola por esta hacienda, hazme caso.
- Creo que exageras, pero no estaba sola, estaba con Demetry y luego con Leandro.
- No tienes nada que estar haciendo con ellos dos, uno es el esposo de tu hermana y el otro es un problemático, mantente lejos de él
- ¿Te escuchas papá? ¿Qué les pasa a todos hoy que le encanta darme ordenes? Que fastidio como si yo no pudiera tomar mis decisiones.
- ¿Te diste cuenta de cómo me hablaste? ¿qué pasa contigo últimamente?
- Papá, me duele la cabeza, tengo nauseas y la luz me irrita lo último que quiero es discutir por estupideces contigo ¿de acuerdo?
- Aquí están mis amores – nos interrumpe mi madre - ¿esas caras?
- Tu hija que es una desobediente, no sé qué le pasa.
- Me pasa que tu esposo va a acabar con mi paciencia, no puedo hacer nada sin que el se queje, ¡me tiene cansada!
- Liah.
- ¡No mamá! Ya estoy cansada de escuchar “Liah no puedes ir. Liah no lo puedes hacer. Liah no puedes hablar. Liah no, Liah no, Liah no” ¡ya basta! En vez de estar acosándome a mi debiste poner atención en los problemas que se mete tu hija predilecta.
Los dejo en medio de la fuente y me voy, la entrar a mi habitación encuentro otro problema, lo que me falta para completar mi mala mañana.
- ¿Convenciste a Elías que no le dijera nada a Demetry? –
- ¿Por qué lo haría? Es tu asunto y según se odia que me meta en ellos.
- Liah no seas pesada.
- Y tú no seas descarada, resuelve tus asuntos y a mi déjame tranquila – intento irme a mi habitación y me detiene.
- Se que sientes algo por Demetry, a mí no me engañas ¿quieres que Elías lo mate o lo que es peor ¿que nuestra familia se entere?
- Si se entera tu eres quien debe dar cuentas y si lo matas tu eres la culpable y la viuda ¿dime a mí que me afecta?
- Bajen la voz que se escuchan sus voces desde el pasillo – escuchamos a Yudia – mejor cálmense.
- Dile a ella, que se le ha dado por contestar y ser una antipática.
- Kira juro que si no te quito cada hebra de cabello de tu cuero cabelludo es porque perdería tiempo valioso que necesito y aun así no creo que consiga nada.
- ¿Se pueden saber donde se meten ustedes tres? – interrumpe mi tía - ¿Qué ha sucedido? ¿ese hombre se fue? ¿Demetry sabe algo? Esta mañana lo vi muy raro.
- Eso es porque se enteró que Kira le mintió y sabrá en que.
- ¿Tu como sabes eso? estas metiéndole cosas en la cabeza para que me odie.
- No necesito hacer ni decir nada, no seas payasa; tu misma eres la causante que los tres hombres que te han querido te desprecien en este momento.
- ¿Tres? ¿Cómo que tres? Niña – le pega mi tía Miriam a Kira.
- Ya te dije que mienten tía.
- Me duele la cabeza para discutir por bobadas, resuelvan ustedes.
- Me tienes que ayudar, eres mi hermana.
- ¿Tengo que? Lo que tengo que escuchar, semejante hipocresía de tu parte ¿no te parece?
Las saco de la habitación, me recuesto un rato y veo mis mensajes, la mayoría son de Emma.
“¿Cómo esta todo?” “estoy preocupada, ¿tu hermana sigue viva?” “¿Leandro ya sabe quiénes somos?” – se me había olvidado ese detalle, más problemas.
“Tranquila, todo bajo control por ahora, pero en cualquier momento explota la bomba”
“No me has dicho cual es la bomba, pero si Kira esta de por medio nada bueno debe ser, menos si el cuñado quiere matarla”
“Cuando llegue te cuento”
Dejo de lado el celular. Recuerdo las palabras que me dijo Demetry y luego Leandro, es un idiota ve que decirme que no me valoro, si supiera todo lo que he tenido que aguatar para llegar hacer quien soy.
-*-
“Tía ¿Qué sucede?”
“No lo sé, princesa” – escuchamos un ruido y me carga.
“¿Dónde están mis papás?”
“Salieron con los vecinos” – volvemos a escuchar otro ruido – “Liah, escúchame con atención. Ve a esconderte y no salgas por nada del mundo”
“No tía, no te dejare sola” – me sonríe como siempre.
“Tan valiente mi pelirroja favorita”
“¡Cecilia! ¡Aquí estas! ¿Por qué te escondes?” – mi tía se pone delante de mi
“No me escondo ¿se puede saber porque entras de esa manera?”
“Me has quitado lo que amo. Les han mentido a todos y eso es la prueba. Es idéntica a ti”
“Tía…”
“Sal de aquí ahora”
- Sal… ¡Tía! – rayos mi cabeza me va a explotar
- Liah ¿estas bien? ¿un mal sueño? – escucho a Yudia.
- Si, no lo sé. Fue extraño, soñé con la tía.
- ¿Mi mamá o mi tía Miriam? Seguro estaba comiendo y mi mamá peleando por que está comiendo – reímos.
- Era tía Cecilia, esta vez si pude verla. Era muy hermosa.
- Papá no habla mucho de ella, pero a veces la contempla por la foto. Dice que se parecía mucho a nosotras; pelirroja y altiva – sonreímos – solo recuerdo cuando nos cuidaba y decía “no dejen nunca un hombre las maneje, somos seres pensantes y hacemos las cosas mejores que ellos”
- No se equivocaba ¿Por qué no hablaran de ella?
- No lo sé ¿Qué soñaste?
- Era confuso, había mucho ruido como si rompieran cosas y luego esa voz, la buscaba, dijo que saliera; no sé si se refería a mí o a quien estaba ahí.
- Liah ¿y si no fue un sueño si no un recuerdo? - ¿será?
- Igual fue muy confuso, mejor no digamos nada, papá se altera cuando cree que pude recordar algo.
- Papá también se altera cuando trato de recordar ese día, pero yo solo sé que estábamos en la hacienda de los Koller y buscaban a Leandro.
- Hablando de ese ser, ¿aun no ha dicho nada?
- Hasta ahora no he escuchado nada, al parecer salió a dar una vuelta con todos los caballeros.
- Me preocupa que en un arranque le diga todo a Demetry y a los demás, se ve que es muy impulsivo.
- Ya no podemos hacer nada ¿Qué crees que hará Demetry si se entera?
- Los Koller son impredecibles, pero me dijo que descubrió que Kira le mintió.
- Ya se casó, te cambio por ella ahora que se aguante.
- ¡Niñas almorzar!
Llegamos, pero los caballeros aún no habían llegado, Yudia recibe una llamada del trabajo y aprovecho de salir al jardín, mi madrina lo tiene muy bonito.
- Una rosa entre el jardín se hace destacar – me volteo y es Nio - ¿Qué hace solita por aquí?
- Esperando a los caballeros para almorzar.
- La hemos hecho pasar hambre, no me lo perdono; le invito a tomar un café en la tarde para pedirle disculpas.
- Eso es aprovechar las circunstancias para que salga con usted – se ríe culpable.
- El mundo es de los astutos y de quien aprovecha las oportunidades siempre y cuando no lastimen. – horrible jaqueca - ¿se siente bien?
- Me duele un poco la cabeza, y cuando ocurre me cuesta mucho que se quite.
- Yo sufro de esos males, pero tengo un remedio a veces funciona otras no; si me permite le ayudo aliviar el dolor - lo miro intrigada, pero si va aliviarme el dolor.
- Ya que, pero no se pase de listo.
- ¿Con usted? Jamás ya conozco su malgenio y no me arriesgo a él – me siento y pone sus dedos a cada lado de mi cabeza y empieza a frotar con pequeña presión – cierra los ojos y concéntrate en el aire y la tranquilidad, deja lo que te agobia.
- Funciona, aunque sea un poco.
- A mi me ayuda, esos dolores no son agradables. – sigue presionando – debo decirle algo – afirmo para que continue – Guille hizo alguno que otro comentario de Emma y Aaron ya la vio, así que sabe quién es ella y aunque no saben de usted me parece que Leandro ya está atando cabos.
- ¡¿Qué?! – me levanto de golpe y siento que la cabeza volvió a su dolor.
- No te alteres porque arruinas mi trabajo – se ríe.
- ¿Cómo me dices eso? si sabe quien soy se lo dirá a mis padres y a todos, mi carreará terminaría y la de ella.
- No es cierto, creo que si se enteran te quitaras un gran peso de encima y podrás hacer lo que siempre haces sin miedo a que te descubran – me pide que me siente y continua su masaje, luego pasa a mi cuello – se siente bien.
- Quita tus manos en este instante si no quieres quedar sin ellas – escuchamos a Leandro y parece que va a explotar de rabia.
- ¿Cómo dices? - le reclama Nio.
- Si te ve su padre, mi abuelo o el mismo Don Juan te estarían cortando las manos en este instante. Aquí tocar una dama de esa manera significa que eres su prometido – válgame dios.
- A mi no me molesta siempre y cuando ella acepte – le sonrió.
- Mantén tus manos lejos de ella.
- Con permiso, nos esperan en la mesa.
- Yudia te presento a Nio, un gran amigo. Nio ella es mi prima Yudia.
- Mucho gusto. Su nombre me es familiar – nos miramos los tres y me concentro en Leandro, su expresión no me dice nada excepto que está molesto ¿Cuándo no? si ese es su estado natural.
- Entonces vayamos a la mesa.
Empezamos a caminar hasta que Leandro se me cruza en el camino.
- ¿Qué pretendes? Ya mi hermano termino enredado con una Meser no quiero que pase lo mismo con mi amigo.
- Creo que su amigo es grande para decidir que amigas tener.
- No me quieres ver enojado, así que no te vuelva a tocar – este hombre le encanta irritarme.
- Ya te he visto enojado, no es gran cosa. ¿Le vas a decir a Demetry de Kira?
- Estoy buscando el momento, aunque me este llevando el diablo tampoco quiero humillarlo, tu hermana supo enredarlo bien, la muy…
- ¿Por qué no hablan a solas? y si decide decirle la verdad sea delicado, no desate una desgracia.
- La desgracia la desato la… hermana que se gasta – sonrió porque cada vez que quiere usar un adjetivo desagradable para Kira cambia. – yo se como tratar a mi hermano, no se preocupe que la integridad de su amado esta resguardada.
- Que pesado eres – intento pasar y se vuelve a interponer.
- Espera – respira profundo y me mira directamente a los ojos - Quiero disculparme por la forma que te hable esta mañana, estaba molesto y no fue la mejor manera de manejar la situación. – eso sí me sorprende – no quise decir esas cosas – lo observo sin creerle – tal vez sí, pero no era la forma.
- Esas disculpas son muy raras, pero por lo menos lo intento ¿no esta acostumbrado a pedir disculpas?
- En la vida lo he hecho, corrección lo he hecho solo con una persona. – me sonríe - ¿me disculpa?
- Eso es mejor que nada – me vuelve a cortar el paso - ¿Por qué esas confianzas con Nio? Sabes cómo son aquí y lo puedes meter en problemas.
- Gracias por el consejo, lo tendré en cuenta, pero nadie mejor que yo se manejar los chismes de este pueblo; ahora vamos a la mesa.
- El gran almuerzo, vamos a ver el espectáculo, tu cuñado me va ha presentar a mi cuñadita. - ¿ahora? No. – quita esa expresión de tu rostro, tarde o temprano iba a pasar, y ya vamos como muy retrasados ¿no te parece?
- Demonios ya me duele la cabeza otra vez, tanta presión va a hacer que me dé una isquemia.
- Tomate un analgésico porque la que le va a dar una isquemia es a tu hermana.
- ¿No hay manera de evitar este momento?
- No. – sube sus ojos como si le divirtiera esta situación mientras que a mí me va a dar un infarto.
Entramos al comedor y ya estaban todos, excepto Aaron y Guille.
- Ya estás aquí – se levanta Demetry, Kira ve a Leandro y a mí, no sé si esta asustada, preocupada o molesta – Kira quiero presentarte oficialmente a mi hermano Leandro Koller – ve a Leandro y luego a Demetry, si vieran su cara es digna de un premio a mejor drama, en este momento debe estar dándose cuenta de su estupidez.
- Tu hermano…Él es tú... - está tan pálida y tartamudea, no la culpo, pero cosechas lo que siembras.
- Si, el mismo. Leandro aquí está mi esposa – Leandro me sonríe con burla y luego la ve, mientras mi tía y Yudia deben estar como yo, con los nervios a punto de estallar.
- ¿Le sorprende? No todo en la vida es lo que parece cuñada, por desgracia llegue tarde a la boda, todo hubiera terminado muy diferente, pero ni modo.
- Niña, pero saluda a tu cuñado como se debe – interrumpe mi madrina – estas como estatua, ni que vieras un fantasma.
- Tal vez lo sea, el infierno viene de muchas maneras – ay, mi madre, que se habrá la tierra. Demetry se ríe – muchos suelen tener esa misma expresión al conocerme – me mira y sonríe – o no todas.
Kira empieza a reaccionar después de que Demetry le dice algo, sonríe viéndolo, se acerca para saludarlo y Leandro se voltea antes de que se le acerque y saluda a mi madre. Este cretino, no puede ser más atorrante.
- Señora Meser tan bella como la recuerdo.
- Gracias Leandro, tiempo sin verte; me alegra que hayas vuelto.
- No a muchos le gusta mi regreso – dice mirando a mi padre.
- Pasemos a comer que tu abuelo no puede mal pasarse. – dice mi madrina mientras nos vamos sentando. Leandro me abre la silla y me siento mientas que él se sienta al frente de mí.
- Necesito... - escuchamos a Kira y no se ve bien - debo ir... - cae al piso otra vez.
- ¡Kira! - Demetry la sostiene y mis padres de preocupan.
- Deberían llamar al médico, debe estar enferma si se desmaya cada vez que conoce a alguien - ¿no abra manera de callar a este hombre?
Demetry se la lleva a su habitación junto a mi madre.
- Tengo curiosidad - interrumpe Leandro una vez sentados todos en la mesa - ¿Cómo empezó su historia? Digo porque Demetry ni espero un mes para comprometerse y de que mi familia y ustedes emparentaron.
- El amor es así Leandro ¿por qué prohibir un gran amor? deben estar juntos - menciona mi papá
- Es una gran respuesta señor Meser, espero que la recuerde cuando le toque el turno a Liah – me mira y lo golpeo por debajo de la mesa. En eso aparece Demetry con Kira.
- Hemos vuelto, no hemos dormido bien - opina Demetry.
- Es lo que se espera de recién casados - dice mi madrina.
- ¿De que hablan? – dice Demetry mientras Kira se mantiene en silencio, eso es sorpresivo, conociéndola.
- Que esperamos que el señor Meser sea con Liah cómo fue con ustedes cuando consiga a alguien - responde Leandro.
- Si es un buen hombre y tiene lo que mi hija necesita para hacer feliz, así será.
- Y que ella esté de acuerdo ¿no? lo digo porque sé que en este pueblo aún se acostumbra que los hombres decidan sobre el futuro de las mujeres de su casa, y me parece que es muy feo obligar a alguien a casarse.
- Por supuesto, a Kira nadie la obligo a casarse – Leandro la mira y sonríe con burla- con Liah no será diferentes, ellas son libres para decidir.
- No del todo – digo en voz alta y me doy cuenta cuando mi tía me pellizca.
- Lo importante es que ahora estamos todos en la mesa compartiendo este momento – interrumpe Kira, le regreso la voz.
- Si, como una gran familia. – Leandro toma su copa – por ti hermano, porque mereces ser feliz, eres un gran hombre y la mujer que este contigo debe estar a la altura de tus estándares.
- Gracias, hermano, lo mismo para ti.
Me mira y no descifro su mirada ¿a que juega ahora?