Está mujer la voy a ahorcar ¿cómo se atreve a fastidiarme de esta manera? Una razón para que Líah me moleste.
- Hola, no te esperaba aquí, me hubieras dicho que venías y te recibía mejor.
- Erika ¿de dónde sacaste el diseño que me diste?
- ¿Qué diseño?
- Sabes cuál, no me hagas recordarte porque no estoy de humor.
- Ah ya; ¿lo utilizaste?
- No, pero quiero saber de dónde lo sacaste, sé que no lo hiciste tú.
- A mí no me gusta ni tomar un lápiz.
- ¿Le robaste un dibujo a Emma? ¿Cómo hiciste eso y me lo diste? ¿Estás loca, me querías meter en problemas?
- Deja el drama, tampoco es gran cosa y no te va a hacer nada.
- ¿Por qué hiciste eso?
- Porque la vi muy concentrada en dibujar eso, le tomé una foto y te lo envíe. Dijiste que necesitabas una idea y eso hice - la mato.
- ¿Qué hacía Emma dibujando un logo de café?
- Yo que voy a saber, la conoces, es una pesada va dibujando por todos lados. Un dibujo más o un dibujo menos.
- Me provoca ahorrarte, y quería que lo usará ¿Que iba a pasar si ella sabe que le robaste ese diseño y que yo lo usé? - la golpeó con el bolso suavemente.
- Ya deja el escándalo, me estás volviendo loca. Lo máximo que podía hacer es decirte que era de ella.
Eso es verdad, ¿cuál es el escándalo de estás dos por un simple dibujo?
- Supe que pasaron el fin de semana en la hacienda de los Koller. No perdieron tiempo, tú hermanita acaparó al nieto de los Koller.
- No lo atrapó, ustedes andan con ese cuento de que ellos están saliendo solo porque los vieron juntos caminando por el parque. Son más chismosos y curiosos, por cualquier cosa van armando un cuento.
- ¿Me vas a decir que el nieto de los Koller no está interesado en tú hermana? - odio los chismes de este pueblo - no me mires así, lo que está a la vista se ve fácilmente.
- ¿No tienen nada interesante que hacer en este pueblo que estar pendiente de lo que hacen los demás?
- No, aquí nada es interesante como la ciudad - se sienta a mi lado y me mira - se sincera, conociste muchos países y vivías en la ciudad. Conociste a muchos hombres ¿Te enamoraste de uno? ¿Saliste con alguien? Nos contábamos todo, yo sé tus secretos.
- Eres una interesada y aprovechada, siempre ha sido así. No te voy a contar nada.
- No seas mala, ve que yo siempre te cubría cuando te escapabas de la escuela o te ibas a ver con el chico de la tienda.
- ¿Te acuerdas de eso? Yo lo había olvidado.
- Decías que era un niño muy lindo, divertido y que comía de tu mano.
- Tú aprovechabas para conseguir dulces a través de mí.
- Era una amistad dónde todos ganaban.
- ¿Cuál es la vida de ese pobre, guapo e iluso muchacho?
- Trabaja con tu hermana en la tienda, si lo vieras es muy guapo, se viste súper bien, y creo que está estudiando o estudio algo. Vive con su hermana.
- ¿Cuál era su nombre? ya se me olvidó.
- Carlos Velz.
- Mm veo que no ha perdido la costumbre de ser un simple ayudante y repartidor.
- Eso parece, pero Don Juan lo aprecia mucho; se la pasa con su hija para arriba y para abajo.
- No ha dejado de ser un simple repartidor, los hombres de este pueblo parece que no tienen inspiración y los que tienen se van.
- Creciste en este pueblo y volviste.
- Pero no será por mucho tiempo, vine a cumplir con mi obligación y la tradición después volveré a la ciudad.
- Los hombres de este pueblo no son como los de la ciudad, aquí no son liberales; sabes muy bien cómo son de machistas.
- Hay excepciones
- Según tú nadie estaba a tu altura en este pueblo.
- Uno cambia de opinión, es válido.
- Si tú lo dices, pero no me has respondido lo que te pregunté.
- ¿Cómo se te ocurre que dejaré un novio o estaré con un hombre? Tengo principios, y claro que fui a fiestas, conocí mucha gente, pero hasta ahí.
- Mm, conociéndote pensé que serías más libre.
- Tuve libertad, pero no por eso seré una regalada y sin valores; compórtate. Mejor me voy porque haces cada pregunta que provoca es golpearte, y no me vuelvas hacer lo de Emma y el diseño.
- Sigo pensando que es un drama innecesario por darte una idea.
- No sé cuál es tu problema con ella, pero no me metas en tus asuntos.
Me voy de esa casa, ahora tengo que ver cómo resolveré lo del diseño y que Líah mantenga su boca callada, sigo caminando hasta veo la dichosa tienda que dirige mi tía. Es linda, por lo menos por fuera, entró y veo a una joven, es corriente, con ojos azules, cabello castaño, delgada
- Tú debes ser Myla - alza su mirada.
- Buenas tardes, señorita Kira.
- Qué bueno que sepas quién soy ¿Mi tía y mi hermana?
- Están en la oficina - voy a pasar y me detiene.
- ¿Qué crees que haces?
- No puedo dejarla pasar sin ser informada.
- ¿Bromeas? Yo no necesito ser informada, ¿estás loca o eres una idiota?
- Ni lo uno, ni lo otro; pero no va a pasar sin autorización.
- ¿Qué escándalo es esté Myla? - veo salir a mi tía.
- Está mujercita no me quiere dejar pasar tía, es una grosera, deberían enseñarle a respetar.
- Ya deja el escándalo Kira, Myla sigue en tus labores.
Me lleva a un lado y observo el lugar. Es lindo, acogedor, pero en la ciudad hay mejores.
- ¿Qué haces aquí Kira?
- Vine a ver dónde trabaja mi hermanita y mi tía ¿Está mal?
- ¿Desde cuándo te interesas por lo que hacemos?
- Curiosidad, es muy lindo – digo observando todo, hay diseños que valen la pena, aunque no son de marca.
- Hoy a todos les ha dado por curiosear - ¿Que intento decir?
- Kira - escucho a Emma, la que me faltaba por ver - ¿Qué haces aquí?
- Vine a visitar a mi tía y a Liah ¿No puedo?
- En esta tienda se omite la entrada a los ladrones. - dice con arrogancia.
- ¿Insinúas que soy una ladrona?
- Tú lo has dicho no yo - la quiero golpear y mi tía se interpone.
- Basta las dos, son adultas y existen maneras de arreglar las cosas educadamente.
Emma me mira - no perderé mi tiempo con gente que no vale la pena - y se retira a la oficina.
- Viste que ella empieza, estoy tranquila y vienen a molestar, pasa para la oficina como si fuera suya.
- Ya deja de pelear.
- Yo no estoy peleando, ella es una atrevida.
- Ella trabaja aquí, a ver muñequita de porcelana ¿Por qué te dijo que eras una ladrona?
- Porque está loca, tía ¿Qué puede tener ella que yo le pueda robar? ¿Dónde está Liah?
- Aquí estoy. Me sorprende verte aquí – sale de su oficina y llega donde estamos.
- ¿Qué tiene de malo que venga a ver a mi hermana? - mira a mi tía.
- Las voy a dejar sola, cuidado con matarse.
- Si ella no me mata yo no lo pienso hacer soy muy cuidadosa – es verdad, no me rebajaría a tanto.
- La asesina soy yo - el sarcasmo de mi hermanita es insoportable, mi tía nos deja solas - te escucho, ¿qué haces aquí?
Le entregó el diseño, lo miró y lo guardó.
- ¿Cuándo tendrás el nuevo?
- Para que sepas yo no sé lo robé, Erika me lo dio porque me escucho diciendo que iba hacer un dibujo y me pidió sé que se lo mostrará a mi papá eso hice, hasta que me reclamaste. Vengo de su casa, le reclamé y me dijo que lo tomó de ella.
- Erika. Ya le diré a ella para que lo resuelva.
- Hay algo que me llama la atención ¿Por qué tanto drama por un dibujo? Es decir, sé que es de ella y tiene derecho de estar molesta, pero el escándalo fue exagerado.
- Si no tuviste nada que ver, dejemos que ella lo resuelva, es mejor no interferir. La próxima vez ten cuidado con lo que pides y con lo que te den.
- Si, señorita perfecta.
- No sé trata de ser perfecta Kira, debes ser cuidadosa; te hubieras metido en graves problemas no puedes ser tan impulsiva y confiada - lo que menos soy es confiada, señorita perfección.
- ¿Terminaste con el regaño?
- No es regaño, contigo no se puede. Ni un consejo se te puede dar, mejor ve hacer tus propios diseños que papá está esperando.
- No me digas que hacer, no me gusta.
- ¿Qué es lo que te gusta a ti?
- Ya me voy.
Me deja sola en la tienda viendo los vestidos, son bonitos debo admitir.
- Tía nos vemos en la casa, no lleguen tarde.
- Tu ten cuidado por ahí.
Al salir me tropiezo con alguien, gente descuidada.
- ¿No te fijas por dónde caminas?
- Usted es quien está saliendo, debería fijarse. - qué atrevimiento lo observó y es el chico de la tienda.
- Vaya, pero si eres tú. Me habían dicho que estabas de repartidor de mi hermana, creí que mentían.
- Ya ve que no es así, no todos son mentirosos en este pueblo como alguien que conozco - sentí su reclamo.
- ¿Lo dices por mí? - no dice nada - no te mentí, éramos jóvenes y hacíamos locuras; pero eres un simple repartidor y no te has superado, aunque estás más guapo y maduro.
- La gente cambia señorita, espero este bien puede darme un permiso mi jefa me espera.
- ¿Sigues molesto por lo que pasó cuando me fui? Te dije que eres un hombre guapo, inteligente; pero muy ingenuo, ¿cómo una niña como yo podría dejar mi gran vida por lo poco que tú me brindabas? Eso es una tontería.
- Eso es cosas del pasado, una tontería de niños como usted dice y es mejor no mencionar esa parte tan desagradable de nuestras vidas.
- ¿Desagradable? ¿Ahora soy un desagradable recuerdo? Eso es nuevo.
- Es el único recuerdo que usted puede dejar señorita Meser - ¿Cómo se atreve a decir eso?
- Estás dolido por eso dices esas cosas, lo entiendo.
- No creo que usted pueda entender nada que no la beneficie, con permiso.
Me deja planteada en la puerta ¿Quién se cree que es? No porque esté más guapo cambia su origen, estos muertos de hambre. Llegó a la casa y veo a mi papá leyendo el periódico, mientras mi mamá lee un libro.
- ¿No estaban leyendo eso está mañana?
- Hola, hija, ¿Cómo te fue?
- Bien madre, vengo de la tienda de mi tía. Es muy bonita y elegante.
- Hacen diseños muy lindos a tú medida, Miriam es buena haciendo sus cosas; y las que trae de la ciudad también; no digan que se lo dije después se burla.
- Esa relación amor y odio entre mi hermana y tú son raras.
- Lois, cariño; entre tú hermana y yo no hay odio, nos encanta molestarnos hace nuestra vida interesante y divertida - me río – pero al final ella es mi confidente y yo la de ella.
- Kira - escucho a mi papá - Liah me dijo que querías hacer un diseño diferente para el café - entrometida.
- Si papá, la creatividad me está volando y se me ocurrió hacer algo mejor apenas lo tenga listo te lo envío o te lo muestro.
- Muy bien hija, si es tan bueno como el primero no dudo de ti.
- Oye papá, sobre tú viaje a la ciudad ¿Cuándo es?
- Dentro de unos días ¿Por qué?
- Es que pensaba que podía acompañarte.
- Mm, acabas de llegar de la ciudad ¿Ya quieres regresar?
- Quiero acompañarte para que no vayas solo.
- Gracias por preocuparte, pero no iré solo, tu hermana me va a acompañar y tú le harás compañía a tu madre.
- Pero ¿por qué con ella? - siempre ella.
- Porque tú vienes de la ciudad y ella apenas ha ido.
- Yo quiero ir.
- Y yo digo que no y punto; te quedas con tu mamá, no quiero quejas, ni malcriadez.
- Solo digo que ella no sabe nada de la ciudad, ¿cómo te va a ayudar con lo que tengas que hacer?
- Primero, no necesito ayuda para lo que voy a hacer; segundo si la necesitara ella es la indicada porque es la que estudio administración de empresas y la que va a manejar tu patrimonio.
- ¿Me menosprecias por qué ella estudió administración y yo diseño?
- No, cada una es buena en lo que hace, pero me llevo a tu hermana porque así lo decidí y bien lo has dicho ella no conoce tanto la ciudad como tú. Así que te quedas aquí con tu madre y tu tía, basta de discusión.
Subo a mi habitación molesta, no es justo ella debe quedarse en este pueblo y yo irme a la ciudad, ella le encanta este aburrido lugar.
- ¡No la soporto! Siempre me tiene que buscar la manera de fastidiarme la vida.
Seguro fue su idea de traerme a este pueblo, porque no soporto que estuviera viajando, conociendo el mundo y ella no.
- No merece a Demetry, ni a Emma, ni la confianza que le tiene mi papá.
Odio este lugar, porque mi tío tenía que obligarme a venir debería estar en alguna parte del mundo; necesito un hombre rico que pueda sacarme de aquí. Recuerdo a Carlos y lo que me dijo sobre que soy un mal recuerdo, pobre tonto; puedo ser lo que sea menos un mal recuerdo si fuera de esa manera aun no estaría dolido.
- Elías no pensaría lo mismo.
No es justo que Elías tuviera que ser un pobretón inmigrante que deportaron después de llevarlo a la cárcel. ¿Por qué los hombres que tienen sangre en las venas deben ser pobres?
Voy a la habitación de Líah, y empiezo a ver sus cosas, es tan simple, aburrida, gris; uno que otro adorno que le da luz a esta habitación; veo encima de su peinadora cubierta de papeles y dibujos; y está el perfume que me regaló Elías. Lo observó, se parece tanto a ella, simple, pequeño y seguro vuele a pobre.
FLASHBACK
- ¿A Dónde quisieras ir? – estoy en la cama mientras Elías esta viendo por la ventana del departamento.
- A muchos lugares espectaculares, que brillen, que sea glamuroso y llamativos; he visto muchos sitios por televisión y por internet.
- Yo te llevaré a conocer todos esos lugares, claro cuando tenga vacaciones porque el deber llama - que lindo cree que con su sueldo puede llevarme a todos esos lugares y darme la vida que estoy acostumbrada.
- Eso es lindo, tendríamos muchas vivencias, pero los tours son caros - o por lo menos los buenos y para ti el doble de caro.
- La mejor manera de conocer esos lugares es con mochila en mano, son grandes aventuras, los tours tienen tiempo limitado y no logras ver bien los grandes lugares, aunque son buenos para contarte las historias sobre el país, nada mejor que el tiempo a tu disposición - mente de pobre.
- ¿Me llevarás a la aventura caminando y a la deriva?
- No es caminando, es… - se ve frustrado.
- Te ves guapo cuando estas molesto.
- ¿Te encanta hacerme molestar? – decir la verdad irrita a las personas, sonreímos
- Tal vez – en lo absoluto, las veces que lo he visto molesto, ha sido hablando por teléfono y no es nada agradable, es mejor no hablarle, se vuelve salvaje y da miedo.
- Ven acá que te lo haré pagar – a besos y caricias me gusta que él me castigue.
- Das miedo cuando te enojas, no me atrevería a desafiarte.
- Nadie lo hace y quien se atreve paga muy caro esa osadía, mucho menos mi mujer.
FLASHBACK
Elías ¿Qué será de ti? ¿En dónde estarás? Lástima que nuestra vida fuera tan diferente para que pudiéramos tener una vida juntos, pero yo no sirvo para tener una vida de pobre. Tú no eres para mí, cada uno con quién le corresponde y la mía no es contigo.
- ¿Qué haces en mi habitación? - me sorprende Liah.
- Vine a buscar algo, pero me encontré con esto - le enseño el perfume.
- Me lo regalaste ¿Te arrepentiste?
- No, yo no pienso usar eso, lo barato es para ti, yo soy más de cosas caras.
- Sí; la sofisticada de la familia y yo la corriente. Siempre lo has dicho.
- ¿No te cansas de seguir siempre las reglas? Siempre aburrida y obediente.
- Para los problemas estás tú, ¿para qué más?
- Siempre tan pesada ¿Estás feliz porque mi papá te va a llevar a la ciudad?
- No tan feliz como tú molesta porque me llevan a mí.
- No tienes nada que ver en la ciudad ¿Que vas a ir hacer?
- Mi papá me quiere llevar y yo quiero ir con él, así pasas más tiempo con mamá ¿No te gusta la idea?
- Eres una arpía, sabías que yo quería ir, le dijiste a papá que te llevará.
- Yo no hice nada, él fue quien me dijo y yo no iba a negarme, sabes que no desobedecería.
- ¿Demetry le gustará que te vayas?
- Él es mi novio, hasta no estar casado obedezco a mis padres y aun así después que eso ocurra me entenderé con él.
- Sabes que no eres para él, le gustan las mujeres con más sangre en las venas y de ciudad, no tan simples como tú.
- Eso el tiempo lo dirá.
- Ganas de seguir ilusionándote con él, porque a simple vista se nota que te tiene enamorada; te va a doler cuando se de cuenta de quien eres y de mande a china.
- Dicen que China es un país muy lindo y de tradiciones, quizás me guste – insoportable.
- No te hagas tantas ilusiones, los hombres como él te ilusionan y después que consiguen lo que quieren te ignoran; lo vi muchas veces en otras chicas.
- No soy una tonta que se deja engatusar aun cuando soy de este pueblo, pero gracias por el consejo. Ya puedes salir de mi habitación.
- Nunca vas a cambiar.
- No vuelvas a entrar sin mi permiso.
Salgo molesta no puedo creer que me gane está vez, no es justo pero este viaje le va a salir muy caro, va a lamentar no haberse quedado aquí, ese viaje debería ir yo.