Que aburrida estoy, Demetry apenas y me deja salir al jardín y recibir a mis amigas; no veo el día de salir de este pueblo, pasear con mis amigos, los centros comerciales.
- Voy a la hacienda hacer unos trabajos, vengo ahora.
- Bien, no tardes – me mira con curiosidad - ¿Qué?
- Es la primera vez que te digo que me voy y dices eso - ¿en serio? Ni lo note – ¿no estarás tramando ver a alguien si salgo?
- Demetry ya hemos hablado de eso, no vere a nadie, ya te expliqué lo sucedido y es molesto estar diciéndolo a cada momento; pensé que habíamos hecho una tregua.
- Lo hicimos, pero no significa que confié en ti y mucho menos quiero que me vean la cara de idiota por culpa de mi esposa, no quiero ser el cuernudo hazme reír del pueblo – le doblo los ojos, si supiera que el dicho hombre es su hermano, con él es quien debería estar casada.
- Estás de pésimo humor desde ayer ¿Por qué?
- Tengo asuntos que resolver en mi cabeza.
- ¿Puedo salir a casa ayudar a mi mamá y a Liah con los preparativos de la boda? - me mira enojado.
- ¿Me lo estas preguntando o me lo estas informando?
- Que yo sepa esto no es una cárcel, aunque lo parezca y yo soy libre.
- Libre no eres, por desgracia estas casada conmigo.
- Deja el tonito y la cara, hablas como si te hubieran obligado a casarte conmigo y te recuerdo que no fue así, estabas muy feliz con este matrimonio
- Mira Kira…
- ¡No! escúchame, se que te afecto lo que sucedió; te dije mi verdad y no me crees. Bien, fue tu decisión, pero no actúes como si fueras la pobre victima a quien lo obligaron a casarse porque aquí nadie te puso una pistola, tu fuiste quien insistió.
Ya me arte de su actitud de victima y luego con su carácter pesado de troglodita.
- Si hubiera sabido que eras tan machista como los que viven aquí jamás me hubiera casado contigo.
- No debiste, pero lo hiciste.
- Porque me gustas, porque hiciste que me enamorara de ti, pero eres… - respiro profundo – no voy a discutir contigo pero tampoco voy a tolerar tu comportamiento.
- ¿Te parece poco lo que hiciste? Deje a tu hermana…
- ¿Y yo te lo pedí? ¿Te dije o hice algo para que no fuera así? No. Tú decidiste dejarla y casarte conmigo ahora no cambies los papeles, asume las consecuencias de tus actos a mi no me culpes.
Me mira molesto, y se termina de cambiar.
- Esa boda no se realizará – comenta después de unos minutos, que arrogante, guapo y arrogante como su hermano.
- Estás muy seguro - ¿Por qué lo dirá? - papá es muy estricto cuando toma una decisión y en este caso debe hacerlo para que nadie se entere de lo que ella hizo.
- ¿De qué hablas? - me mira enojado, mejor me cayó, no vaya a atar cabos y se dé cuenta que hablaban de mí y no de ella.
- Hablo de que papá sabe que Líah está enamorada de ti, y por lo tanto puede inventar cualquier cosa para separarnos. Ella es buena en eso, detrás de esa carita inocente es capaz de encender el mundo y como ya tiene edad para casarse. Se casará.
- Si insistes tanto que está enamorada de mi ¿Por qué va a aceptar ese matrimonio sin sentido?
- Liah jamás se revelará a mi papá, es muy sumisa
- ¿Quién te entiende? Dices que Líah es sumisa, que no se defiende y jamás desobedece una orden, pero luego dices que es mentirosa, vengativa y capaz de hablar mal de ti y de quién sea para conseguir su objetivo. ¿Te das cuenta de que eso no tiene sentido?
- Con mis padres es así, pero con los demás es diferente. No lo entenderías.
- Lo único que entiendo es que por alguna razón no te cae bien tú propia hermana, no desaprovechas ninguna oportunidad para hablar mal de ella.
- No es cierto.
- Eso no habla bien de ti, si eres así con tu hermana ¿que quedará de los demás?
- No hablo mal de ella, digo la verdad y lo comento en voz alta con la familia no con extraños.
- Como sea. Haz lo que quieras, pero no me avergüences y no se te ocurra salir de los alrededores del pueblo.
Se va dejándome sola en este pueblo, aunque es mejor que estar en la hacienda. Me tiene tan vigilada que es imposible hacer algo sin que alguien se entere. Bajo a desayunar y el señor Nelio esta callado, Guille se fue con Demetry y Aaron salió muy temprano, al parecer hay cambios de pales será que…
- ¿No se supone que Guille y Aaron se iban hoy con Leandro a la ciudad? – pregunto inocentemente.
- Leandro cambio de idea y decidió quedarse en la ciudad a resolver un asunto. - se quedó, seguro es por mí; por más enojado que este aun me quiere.
- ¿Y qué razones dio? Estaba muy decidido a irse.
- Mm, la más descabelladas de todas las que existen. – se levanta de la mesa y nos deja solas, miro a la tía, su mente también está en otro lado.
- Voy a ir con mi madre y mi hermana para ayudarla con lo que necesiten para la boda con Liam.
- Por lo que sé…- se queda callada – sí, mejor ve, tampoco es que hagas mucho encerrada aquí y para estar pegada a ese celular todo el tiempo mejor ve hacer algo útil.
- Mi celular es mi fuente de comunicación con el mundo, además trabajo desde ahí aunque no lo crea.
- Lo creo, pero no pareces la típica niña que trabaja.
- La gente es experta en juzgar por lo poco que ven, pero descuide que no pierdo mi tiempo.
Voy camino a casa de mis padres y encuentro todo silencioso.
- Señorita Kira, digo señora. No esperaba verla – dice Yuli
- Es evidente por tu expresión ¿Dónde están todos?
- Su madre está en el jardín desde muy temprano, su tía Miriam aun no se levanta, su padre en el despacho y la niña Liah en su habitación.
- Mmm, bien. Tráeme una taza de café.
- Si señora – se retira y veo al despacho ¿será que papá aun no supera que su niña inocente, sea una cualquiera? miro hacia el camino que va a la habitación de Liah.
Entro sin tocar, la habitación esta vacía; miro alrededor y veo el perfume que me regalo Elías, pensando que era algo de un chico corriente, mira resulto que era de un hombre poderoso y que huele divino.
- ¿Qué haces aquí? – la observo salir del baño – ya te he dicho que no entres sin tocar y no toques mis cosas.
- En realidad, es mío, me lo dieron a mí.
- Y tú lo botaste a la basura, luego me lo regalaste, es mío.
- Te encanta recoger mis sobras como cuando éramos niñas, te encantaba quedarte con mi ropa, mis muñecas, mis objetos ¿que seguirá?
- Querías botar vestidos nuevos porque ya los habías usado una vez o simplemente no estaban a la moda, tus muñecas las tenias llenas de polvo porque no te gustaba jugar con ellas y tus objetos lo mismo, nunca has sabido apreciar las cosas que te dan, hay personas que si lo hacen. Como ese perfume.
- Igual son mis sobras.
- ¿Qué quieres Kira? – me quita el perfume y lo guarda.
- Vine a felicitarte por tu boda – me mira sin creerme – papá esta decidido a casarte y Liam es un buen partido – sonríe con burla y se empieza a peinar, estúpido cabello.
- Gracias por tus felicitaciones, pero no son necesarias además no me voy a casar con Liam.
- No puedes desobedecer a mi papá, no evitaras esta boda, papá quiere tapar tu falta por desvergonzada.
- Un buen truco, echarme la culpa de tus actos, te quedo muy bien el teatro – se acerca a mi – papá te creyó cada palabra al punto que no dudo ni porque me conoce.
- Soy una buena actriz, debí estudiar eso en vez de diseño.
- Sí, serias muy buena, hasta maestra llegarías hacer. Papá no quiere ni verme y me ha ofendido.
- Ya veo – le miro la mejilla – te ha pegado, tienes inflamada la mejilla y un poco morada ¿No saldrás así a la calle?
- Si tú puedes salir con tu altivez de niña buena, casta, la esposa perfecta y presumir ante todos sabiendo que eres una arpía descarada sinvergüenza ¿por qué yo no lo haría? No hecho nada que me avergüence.
- Pondrás en ridículo a mi papá y a la familia, no puedes salir con la cara de esa manera.
- Kira, deja de molestar; yo vere que resuelvo. Solo te aconsejo que respires y recuerda que cada acto tiene una consecuencia; esta no es la excepción – veo que se deja su cabello suelto.
- ¿No te atreverás a salir con ese cabello suelto?
- ¿Por qué no? – ni muerta.
- Liah, sabes que ese cabello es feo, largo, descuidado y la gente cuando l ve te mira raro y hace criticas horribles.
- Alguien me dijo que eso era porque hay gente que se sorprende admirando las cosas que no son comunes.
- Bueno, si quieres salir con el cabello suelto ese es tu problema; linda quedaras, la niña rara, de piel blanca como la leche y manchada con el cabello fuego siendo vista y criticada por todos y con accesorio nuevo, la mejilla morada.
- ¿A eso viniste? A molestarme tan temprano; es más ¿qué haces tu despierta a esta hora si tu nunca sales de la cama antes de las once de la mañana?
- Para que veas, soy una esposa abnegada que tiene obligaciones maritales que cumplir y por partida doble.
- No me interesa escuchar tu vida de casada, bien por ti y Demetry; veo que se arreglaron.
- Eso es obvio, te dije que yo sé cómo contentar a los hombres y hacer que me perdonen como Elías – veo su expresión y se le quito la sonrisita.
- El no te perdonaría, jamás aceptara que lo hayas engañado y menos con su hermano; mientes. - ¿Quién se cree para decir eso?
- Si no me crees, no me importa. El caso es que tengo a los dos hermanos Koller junto a mí, es agotador cumplir con los dos, pero extrañaba esos besos, esas caricias y esa manera apasionada que tienen Elías para hacer que una mujer se vuelva loca dentro y fuera de la cama.
- ¡Eres una desvergonzada! ¿Cómo puedes hablar de esa manera?
- Eres mi hermana y la única que sabe la verdad, ¿Con quien me voy a desahogar sino es contigo? Pero si te soy sincera, Demetry no se queda atrás, también tiene lo suyo, es delicado, tierno pero posesivo, sabe exactamente donde y como tocar una dama para hacerte arder; los hermanitos Koller tienen fuego en la sangre, de eso no hay duda.
- Te escucho y me da asco, son hermanos ¿Cómo puedes saltar de una cama a la otra? Además, no te creo.
- Bien, no me creas; mejor para mí; pero piensa. Se iba a la ciudad hoy, pero cuando se entero que Demetry se iría a la hacienda y me dejaría aquí, cambio de parecer. – se sienta en su escritorio y le quito el cepillo, la empiezo a peinar.
- ¿En que momento perdiste la decencia si es que un día la tuviste?
- Liah, la vida es una sola, uno no puedo estar viviéndola acosta de lo que digan los demás; por algo Dios te la dio, si quieres algo ve por ello, si no lo quieres simplemente deséchalo, ten visión de grandeza, no puedes ser un títere todo el tiempo y mucho menos reprimirte por el que dirán. La gente habla por lo que sea, lo que no saben lo inventan, así que de nada sirve que seas una niña bien portada porque a nadie le importa.
- Una cosa es vivir y luchar por lo que quieres y otra muy distinta es ser una descarda, hipócrita que va haciendo daño por la vida, para luego jugar hacer un ángel; eso está mal – le jalo el cabello - ¡Auch!
- Lo tenías enredado, puede que en eso tengas razón, pero en este pueblo eso es lo que toca – odio que sea tan boba e ingenua – Liah, ¿de verdad piensas que todos son buenos? No niña. Mira a Erika y a Ruth son envidiosas, pretenciosas y chismosas, armando problema por todo; de algo pequeño hacen algo grande solo para llamar la atención, y en vez de alegrarse por las cosas buenas de sus amigas buscan la manera de opacar o lo malo.
- Son tus amigas, ¿si piensas asi de ellas ¿Por qué las tratas?
- Porque se manejarlas. Soleth no se queda atrás, puede que no sea como las otras dos, pero las usa para poder salir de casa, conocer gente y vivir porque sus padres son peores que los nuestros. Y los caballeros son aun peor, seducen a chicas de baja categoría para sus bajas pasiones, engañan a jovencitas para tenerlas y luego vienen con su cara de hombres respetables a querer casarse con una de sociedad. Todos usan la vida a su conveniencia, deberías aprender.
- Se como es la vida Kira, pero se que engañar a todos no es una de ellas – me quita el cepillo – aun no te das cuenta de tus actos, el daño que haces, cree que esta bien.
- No digo que este bien, pero es mi vida, nadie tiene derecho a meterse, ni decidir en ella, y la he disfrutado hasta que llegue a este pueblo y ahora parece una prisión.
- ¿Si es tu vida porque me tienes que involucrar en tus cosas? Dile a papá la verdad, que de quien hablaban era de ti, como dices es tu vida y nadie tiene derecho a meterse. – siempre volteando las cosas – La vida se puede vivir alegremente, disfrutarla, aprender de ella, pero no haciéndole daño a otros porque la vida te regresa el golpe y mucho peor de lo que esperas.
- Eso es patrañas.
- ¿Lo es? Despreciaste a un hombre que te quería inocentemente y en vez de ser sincera lo humillaste haciéndolo sentir que no valía nada porque no tenía dinero – habla de Carlos.
- Sigues haciéndole caso a Carlos con lo …
- No lo niegues, y el no me ha dicho nada. Pero el no es el único, también engañaste y despreciaste a Elías, un hombre que te quería, que te propuso el mundo y lo trataste como un juguete solo porque creías que no tenía dinero y por último tienes a Demetry, bueno, caballero, con dinero y reputación como te gusta, que quedo enamorado de ti y de tu carisma, también te ofreció el mundo. Ahora mira resulta que uno de los hombres que despreciaste porque no tenia dinero es un hombre con un futuro brillante, honesto y ya no pasa necesidades. El otro resulto ser un hombre poderoso, respetado y el hermano de tu esposo, quien no confía en ti, no te admira y ya no te ve como antes, aunque uses tus dotes.
- Ya te volviste filosófica, eres molesta.
- Soy sincera, deberías probarlo de vez en cuando.
- ¿Quieres mi sinceridad? Tu boda me hace la mujer más feliz del mundo y cuando estes en el altar seré la primera en felicitarte y echarte flores, porque te lo mereces.
- Espero que tengas razón y no te arrepientas después.
- No lo hare, te conseguí un buen partido, hombre guapo, inteligente, con dinero, respetado y que le gustas, no te considera algo raro y feo, es lo máximo que puede lograr a obtener, con lo simple y poca cosa que eres.
- Yo no soy poca cosa y guarda tu veneno. Aunque tienes razón, me conseguiste un buen esposo ahora sal de aquí que tengo cosas que hacer que estar aguantando a una envidiosa como tú.
- Yo no te envidio ¿Qué tienes tu para que yo te envidie? Nada, no puedes quitarme nada Liah, siempre serás quien recoja mis sobras; mira para que no veas que soy mala. Cuando me aburra de Koller te lo dejo para ti solita, aunque creo que tendrás que prender arreglarte, seducirlo y tendrás que hacer milagros para complacerlo después de tenerme a mí.
- Descuida, el me enseñara a como complacerlo, si ya no tienes nada más que decir. Adiós.
La muy desgraciada me cierra la puerta en la cara ¿Quién se cree que es? Al rato veo a mi papá en el jardín viendo a mi madre a lo lejos.
- Esa es la forma en que un hombre enamorado ve a su mayor tesoro – papá me mira y sonríe, me siento a su lado y lo abrazo.
- Tu madre, Liah y tu son mi mayor tesoro, aunque en estos momentos solo soy amado por la menor de ellos – lo miro y se ve triste.
- ¿Estas triste por lo de Liah? No te preocupes, ella no es tan loca como crees.
- Siempre fue voluntarioso, arriesgada y sin miedo a nada, le encantaba desafiar a todo el mundo, se metía en cada problema que válgame, Dios. Creí que todo eso había quedado atrás cuando tuvo el accidente; me equivoqué, solo necesitaba su otra mitad para que volviera a renacer.
- ¿De que hablas papá? – se queda pensativo.
- De nada mi amor, es que a veces las veo y no puedo evitar pensar que se parecen a su tía Cecilia.
- Nunca hablas de ella, es la primera vez que la mencionas – me sorprende, después que murió su nombre ni se mencionaba y pobre de aquel que lo hiciera.
- No hablar de ella no significa que no existió – mira a mi madre con melancolía
- ¿Te peleaste con mamá? – siempre se pone melancólico cuando esta peleado con ella aunque trata de disimularlo como todo machista, troglodita de este pueblo. – no es necesario que respondas, ya te perdonara, no puede vivir sin ti.
- Lo sé, pero esta vez me pase un poco, le toque a uno de sus tesoros y esta enfurecida – debe hablar de la cachetada que le dio a Liah, otra vez Liah.
- Eso no debería ser un motivo de pelea entre ustedes, si le pegaste a Liah es porque se lo merecía; mamá me pego a mi y yo no he dicho nada.
- ¿Cómo que te pego? ¿Cuándo? ¿Por qué? tu mamá jamás le levantaría la mano a ninguna de ustedes. – eso pensaba yo.
- Pero lo hizo – la mira enojado a mi madre – está bien, me moleste al principio, sin embargo, ella tenia razón, le falte, la ofendí y recibí mi merecido. Ya todo esta olvidado, Liah también lo hará.
- No se que haré con tu hermana. - ¿Cómo que va a hacer? Casarla.
- Casarla papá no tienes de otra, no podemos dejar que sepan lo que hizo, que pensara la gente de nosotros, los Koller, que vergüenza.
- No se quiere casar con Liam.
- ¿Y que importa lo que ella quiere? En este momento el honor de la familia Meser está en juego.
- Tu escogiste con quien casarte, ella también tiene ese derecho; no puedo quitárselo, aunque odie la idea.
- Papá, siempre nos has consentido, pero todo tiene un límite; Liah debe casarse por el bien de la familia.
- Ella no se quiere casar con Liam si no con ese tipo que siempre está metiéndola en problemas desde que era un niño. - ¿un niño?
- No entiendo, ¿se quiere casar con otro? ¿con quién?
- Con un amigo de la infancia, algo que pensé que quedaría ahí, pero ese hombre no me agrada.
- Papá no importa si no te agrada, lo importante es cubrir el honor de la familia y si se quiere casar con el barrendero del hostal, que lo haga.
- ¡Kira! Es tu hermana, no se casará con cualquiera.
- Es un decir papá, obviamente Liah no escogerá a cualquiera que se le atraviese, ella sabe que tiene un apellido que cuidar. Aunque no lo hizo cuando se acostó con un tipo en la ciudad que de seguro era un don nadie, desvergonzada.
- No repitas eso – me dice molesto – prohibido mencionar algo de eso de nuevo, y respeta a tu hermana, es la mayor y jamás a dado que decir en este pueblo ni a mí, siempre ha sido una niña ejemplar, respetada e intocable, así seguirá siendo. La verdad entre más lo pienso más me cuesta creer que era ella de quien hablaba – no puede, pensara que soy yo y si le menciona algo a Demetry lo descubrira.
- Papá sé que es difícil entenderlo, mucho más aceptarlo, pero es la verdad ¿si no de quien hablaríamos? Papá déjala que se case con quien ella quiera, pero que se case – necesito que se case, que desaparezca y se ocupe de su marido y me deje a mi y a los Koller en paz – tiene derecho hacer feliz.
- Pero no con él, me rehusó – se levanta todo engurecido – voy al viñedo, hay mucho que hacer con el lanzamiento, dile a tu madre, pasare a ver a Liah.
- Se fue, la vi salir hace unos minutos.
- Esta niña, si le prohibí que pisara la calle.
- Déjala, papá, esta en el pueblo aquí no hará nada.
- Con permiso – nos interrumpe Julio que es el guardaespalda de mi papá – el señor Liam llamo que espera reunirse con usted para hablar de un tema
- Dile que vamos camino al viñedo que ahí lo espero – me toma el rostro y meda un beso - ¡Baile me voy! – le grita y mi mamá lo ignora, eso si es nuevo, respira y e va.
Camino hacia ella y cuando me ve parece que hubiera visto al mismo demonio.
- ¿Qué quieres? ¿qué haces aquí? Seguir armando problemas.
- Mamá no me hables así, no me gusta estar molesta contigo – es verdad, amo cuando es cariñosa.
- Kira, mentiste cuando llegaste, mentiste cuando te casaste y aun sigues con las mentiras.
- No miento, solo que tu le crees a todo el mundo menos a mí.
-
- ¿Es decir que tu padre mintió? - ¿Qué? – ¿es mentira que le dijiste que Liah era la mujer de todas las fechorías que escucho que hiciste? – no se cómo responder a eso.
- Él lo dedujo, yo no le dije nada.
- Pero no lo sacaste de su error.
- No me creyó cuando le dije que no era ella – me mira molesta
- Mejor cállate que le creo más a un preso que a ti, que vergüenza me da decir que eres mi hija. Ve a tu casa, atiende a tu marido en vez de enredar a tu hermana en más problema.
- Eso lo dice porque no me quieres, nunca lo has hecho.
- ¡Dame paciencia contigo!
- Liah igual se debe casar.
- Pero no con Liam y mucho menos con ese hombre. – dicho hombre.
- Si es su novio de la infancia que bien escondido lo tenía ¿Por qué no? – me mira y no dice nada.
- ¿No te importa que se case con él? – no me importa con quien se case, pero que se case y se la lleven lejos. – ay, Kira, tú no sabes ni lo que haces mucho menos lo que dices. Mejor cállate, si te vas a quedar por lo menos ayuda hacer algo.
No dijimos más nada en las próximas horas, la ayude con las flores, luego fui a mi habitación y me concentre en mi teléfono, le mande un mensaje a Demetry, el muy insensato ni siquiera me dijo si llego bien o no a la hacienda. Antes lo hacía, ¿le cuesta mandar un mensaje? Después pienso como hacer para ver a Elías, necesito hablar con él, que vuelva conmigo; es que es un orgulloso y terco.
Al pasar la tarde, nos dedicamos al té, mis tía estaba hablando de mi madre de la dichosa boda de Liah, estaban buscando la manera de evitar ese matrimonio pero no lo iba a permitir; así que llame a mi papá y me entere que estaba en la empresa, fui hasta allá y entre a su oficina. El mal justifica los medios.
- Papá ¿te molesto?
- No hija pasa, ¿Qué deseas?
- Hablar de la boda de Liah, estuve pensando que si ella no se quiere casar con Liam no te opongas a su matrimonio con este hombre que escogió.
- Ya habíamos hablado de eso, no se casará con él.
- Papá – bueno, hare que se moleste, pero ya casada no hay de otra – no sé cómo decirte esto.
- ¿He de decirme que?
- Resulta que escuché una conversación entre mi madre y mi tía, pero si se enteran de que te lo dije se molestaran conmigo.
- ¡Kira habla!
- Escuché que este hombre es el sujeto con quien Liah tuvo su enredo en la ciudad – ya lo dije, ya la casa porque la casa, veo que se pone rojo. papá respira, por favor, no te vaya a dar algo.
Termina lanzando un objeto a la puerta, empieza decir incoherencias, de que él lo sabía, que se lo había negado, que ese hombre no era de rodeos, que lo iba matar.
- Papá no mataras a nadie, la rabia no te deja pensar bien, escúchame. Si Liah hizo esto con este hombre sin importarle la familia aun conociendo la consecuencia es porque lo quiere y si esta dispuesta a casarse con él, nadie lo va a evitar.
- ¡No se puede casar con él! – seguro es un muerto de hambre de los que le gusta ayudar
- Papá, si se lo impides quien te dice que no se ira con él, que este hombre no dirá en todo el pueblo que la hizo suya
- El muy desgraciado es capaz de eso. Ese niño solo ha traído problemas a esta casa desde que nació, ahora crece y se lleva a mi hija entre el medio.
- ¿Ves? Papá déjalos que se casen, significan que se aman y si no, después buscamos la manera de separarlo, pero ya no podrán hablar mal de ella y deshonrar a la familia.
Lo dejo pensando, sé que lo convencí. Kira uno, Liah cero. Ay hermanita, aunque no quieras te casas y no digas que no te ayude, escogiste a tu maridito.
- Prefiero matarlo por degenerado, meterse con mi hija.
Se levanta furioso.
- ¿Papá a dónde vas?
- A matar a Leandro Koller, debí hacerlo anoche. - ¡¿Qué?!
- ¡Ya va! ¿Qué tiene que ver Leandro en esto?
- Ese es el hombre con el que se quiere casar tu hermana, el que tuvo el descaro de decirme anoche que era su prometida y amenazarme, lo matare ahora que se que fue el quien se atrevió a deshonrarla.
- ¡No! no, no, ¡no eso es mentira! Ellos no…
- Pero si tu misma lo acabas de decir. Ya quiero que me lo niegue en mi cara.
Sale de su oficina enojado. Es una víbora, una arpía desgraciada, se quiere quedar con Leandro, ¿Cómo demonios se le ocurrió decir eso? la voy a matar. Salgo furiosa de la empresa y llego a su dichosa tienda, me llevo por delante a la insípida de Myla.
- ¡¿Dónde esta tu jefa?!
- Se pide disculpa, y se ve por donde camina.
- No te atrevas a contestarme ¿Dónde está esa víbora?
- ¿Qué quieres ahora y por qué gritas?
- ¿Cómo te atreves a decir que te casaras con él?
- Pasa a la oficina Myla ve por un té y cierra la tienda, mientras vuelves.
Entramos a su oficina y la cacheteo, la muy atrevida esta vez se atrevió a devolverme el golpe.
- ¿Cómo te atreves?
- Que sea la última vez que me alzas la mano porque la próxima vez que solo lo pienses te dejo manca.
- Eres una perra, zorra desgraciada – me vuelve a pegar – te voy a…
- ¡Nada! De vuelves hablar de esa manera y te dejo muda, ya me canse de ti, tu comportamiento y tu manera de tratarme, no dijiste que me defendiera, que tuviera deseos de grandeza. Lo hice y quien mejor que Leandro Koller.
- ¡No te casaras con el sobre mi cadáver!
- Ya escuche eso antes, y aun así me caso, pero te llevare flores y mi esposo también aunque seguro se rehusara ir a perder su tiempo contigo aun muerta.
- Te matare Liah Meser.