Keira Laura y yo entramos al salón de Jay. Era un salón de alta gama muy bonito. Todas las paredes eran blancas. Había mostradores de mármol n***o. Las sillas eran negras y tenía espejos en las paredes con marcos plateados. Tan pronto como Jay nos vio, nos hizo un gesto con la cabeza mientras terminaba de atender a una señora mayor frente a él. —Señora Castellano, su esposo la llevará esta noche a una cita cuando la vea, querida —le dijo Jay a la señora. —Oh, tú, somos demasiado viejos para salir en citas —le respondió la señora. —Oh, cállate, nunca eres demasiado viejo para ir en una cita. Además, la mejor parte de una cita es la de besar. Querida, estarás besándote con tu esposo, créeme —le dijo Jay. La señora se rio. —Chico, siempre me haces reír. Eres tan bueno haciéndome sentir