Keira Me desperté con el olor de tocino cocinándose. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que me desperté con el olor de alguien cocinando el desayuno. Rápidamente me puse las pantuflas y bajé las escaleras para comer un poco de ese tocino que seguía oliendo. Cuando entré en la cocina, esperaba ver a Dean cocinando, pero no era él. —¿Tú cocinas? —le dije a Laura. Laura se rio y dijo: —Sí, sé cocinar. Solo lo hago los fines de semana. No puedo hacer que Dean trabaje todos los días, también necesita una vida. —¿Suelen desayunar mucho? —le pregunté. —Sí, los domingos. Los domingos son días familiares, así que desayuno grande. Hoy estoy pensando en hacer pancakes con tocino y salchicha —me dijo Laura. —Rara vez tenemos un desayuno familiar casero. Mamá suele estar demasiado c