Keira Agarré el brazo de Jamie justo cuando estábamos a punto de salir de la casa de la piscina. —¿Voleibol? —dije. —Está bien, solo quédate en la parte trasera de la piscina y si la pelota llega, dale. Fácil como pastel. —Encogió los hombros. Respiré profundamente. —De acuerdo —respondí. Nos acercamos a la piscina donde se estaban formando los equipos. —Tengo a Jamie —gritó Kevin. —Y tengo a Keira, ¡todos al agua! —gritó Adam. —Realmente no sé jugar —le dije a Adam. —No te preocupes, si la pelota viene hacia ti, solo intenta golpearla hacia arriba; alguno de nosotros intentará saltar sobre la red, ¿ok? —me dijo él. —De acuerdo —dije. Luego me metí en el agua con el resto de mi equipo. Comenzó el juego, ambos lados se turnaban para golpear la pelota de un lado a otro sobre la