Tres meses después

2249 Words
3 meses después… Necesitaba un tiempo para mi, necesitaba encontrarme y saber que es lo que quería, el destino nos pone piedras en el camino para que caigamos y nos levantemos, pero creo que esta vez ninguno de los dos ha podido esquivar esa enorme piedra en nuestro camino. Aún recuerdo lo último que me dijo Blake antes de irme de su casa, sus palabras textuales fueron”Lo siento”, pero la pregunta es¿Qué es lo que sentía? Durante el trayecto hacia Chicago esas palabras se repetían una y otra vez, pero a mi ahora no me servía de nada que él me dijera que lo sentía, por que nadie me iba a quitar ese dolor del pecho, nadie me iba a devolver esas lágrimas derramadas por la persona que más quise, sí quizás sienta haberme hecho daño, pero el problema es que el daño ya estaba hecho, no había vuelta atrás.Las cosas no se quedaron tan bien como me hubiera gustado, pero al menos tomamos una decisión de no hacernos más daño, que era mejor que cada uno se fuera por su lado, no he sabido nada de él después de tres meses y creo que tampoco querré saber nada de él en una larga temporada, la última vez que le vi fue cuando fui a su casa a por mis cosas, desde ahí cero contacto.En cuanto a Jason, con él hablo todos los días como le prometí, hace poco me contó que estaba saliendo con una chica, me alegré tanto por él, creo que se merece ser feliz,se merece enamorarse, la chica que esté con él será una afortunada, por que Jason vale millones, y no lo digo por que sea su amiga, sino por que es la verdad, gente como el no se encuentran todos los días.Me costó tanto dejar NY, por que ese lugar era mi hogar, era donde mi madre y yo decidimos formar una nueva vida, pero no pudo ser. Antes de mudarme busqué una Universidad  para poder terminar mi último año de Derecho aquí,después de tantas búsquedas encontré la Universidad a la cual iría, que era la de “Universidad Chicago” tenía claro que no iba a dejar mis estudios por nada del mundo.En cuanto a la casa, aún no había encontrado ninguna, miré algunas por encima pero todas se pasaban de mi presupuesto, por lo que decidí quedarme en un hotel.Antes de venir aquí decidí enviarle un mensaje a Matthew avisando de que iba a venir para quedarme por una larga temporada, este se alegró mucho, hacía tiempo que no sabía nada de él, pero en verdad me alegraba saber que no estaba sola en esta ciudad.Decidimos quedar para ir a tomar algo y que así me enseñara un poco Chicago.Miré el reloj y me di cuenta que llegaba tarde a nuestra cita, no es que me conozca este lugar, pero un chico me ayudó a llegar al restaurante en el cual habíamos quedado. Tenía mis maletas cargadas, como comenté anteriormente, no he encontrado ninguna casa y si pasaba por el hotel a dejarlas llegaría tarde a mi cita con él y no quería hacerle esperar o que pensara que le había dejado plantada. —Hola, lo siento por llegar tarde—dejé las maletas al lado de la mesa. —Podrías haberme dicho que llevabas las maletas y habríamos pasado por mi casa a dejarlas. —No quiero ser una molestia, no importa, tampoco pesan mucho. —¿Y a qué se debe este cambio? —indagó un poco más. —Un cambio de aires—mentí. No se creyó para nada mi mentira, pero ahora mismo no quería contar mis problemas y revivir otra vez todo. —¿Tienes pensado donde te vas a quedar? Es decir, si quieres puedes quedarte en mi casa, es bastante grande y yo no tengo ningún problema—me estaba empezando a sonrojar. —No quiero ser una carga y a menos que me tengas compasión, no te preocupes, me quedaré a dormir en un hotel. —De ninguna manera, tu te quedas conmigo¿si? no me vale un no por respuesta. —¿Y dónde está ese Mathew arrogante y frío que conozco? —bromeé , sonriendo. —Sigo siendo ese Matthew arrogante y frío—dijo con sinceridad. —Es que no quiero que sientas que me estoy aprovechando de ti, te prometo que te pagaré todo. —Se cuando la gente se aprovecha de mi, y tu no eres una de ellas, estate tranquila¿Quieres algo de tomar? —asentí con la cabeza, pedimos un café doble con un croissant relleno de mermelada por dentro. —Por cierto me gustaría seguir haciendo las prácticas en el buffet de tu padre, si no te parece mal—me mordí el labio por nerviosismo. —A mi padre le va a hacer mucha alegría verte y más escuchar eso, tienes un gran potencial—el teléfono le empezó a sonar, en la pantalla ponía”Megan” no sabía quién era pero me daba un poco igual también. —¿No lo vas a coger? Puede ser algo importante. —Luego la llamaré, ahora estoy contigo, y dime¿Todo bien por NY?¿Qué tal con tu novio? No quería hablar de eso, pero al final tarde o temprano tenía que decírselo y cuanto antes lo haga mejor. —Me dejó, él estaba enamorado de su secretaría, por lo visto yo no fui lo suficiente para él, pero no quiero hablar de él, no estoy aún lista¿Y tu que, hay alguien ocupando tu corazón de hielo? —niega con la cabeza. —Vamos, no puede ser¿Es enserio?  Podría pasar horas y horas hablando con Matthew, me sentía a gusto con él, pero no tanto como con Jason, lo echaba de menos, con él todo era risas. Terminamos de tomarnos el café , este p**o las dos cosas, me sentí mal porque  no quería que pensara que me estoy aprovechando de él. Nos levantamos de la mesa y pusimos rumbo a su coche, el cual estaba aparcado a unas cuantas manzanas del restaurante en el cual nos encontrábamos. Mientras nos dirigimos a su coche yo decidí sacar mi teléfono móvil del bolsillo del pantalón y entrar en i********: para mirar las historias y las nuevas publicaciones, en una de esas me di cuenta de que Catherin había subido una foto con Blake, se les veía tan felices, pero me regañé mentalmente por estar viendo su historia, parecía una ex novia celosa y no quería eso. —Llegamos—dijo—Déjame tus maletas, ya las subo yo—se lo agradecí en un susurro. Me monté en el asiento del copiloto y me puse el cinturón para luego esperar a Matthew. Este se puso sus gafas de sol para luego poner las llaves de contacto y arrancar el coche y poner rumbo a su casa, ahora que lo pienso, creo que nunca he estado en su casa, y si lo he estado alguna vez no me acuerdo. Con esas gafas de sol se le veía tan guapo, le daba un toque de malo, tenía unos cuantos mechones cayéndole por la frente, de vez en cuando le miraba de reojo. —Si quieres puedes hacerme una foto, así te durará más—dijo con sarcasmo. Y ahí estaba él Matthew que yo conocía. —Egocéntrico. El camino hacia su casa fue cómodo, no me sentía incómoda ni nada por el estilo, era agradable la sensación. Llegamos en unos diez minutos ya que estaba bastante lejos su casa, nada más parar el coche me desabroché el cinturón y decidí ir al maletero a por mis maletas, antes de bajar la última maleta giré mi cabeza para mirar su casa, mi mandíbula casi se cae al suelo, esto más que una casa parecía la casa real, tenía tres pisos y ocupaba casi todo el terreno. —Waw—eso fue lo único que salió de mi boca—¿Todo esto es tuyo? —asintió con la cabeza—Es preciosa. —Tu primero—puso su mano en mi espalda para entrar detrás mía. Nada más entrar una señora vino hacia mí para ayudarme con las maletas. —No hace falta, de verdad. —No es ninguna molestia—le entregué las maletas para que las llevara a la habitación. —Hay algo que tengo que decirte. —¿Hay fantasmas? —bromeé—Porque si es así que sepas que les tengo miedo, creo en esas cosas. —Dime que no me lo estás diciendo enserio, eso no existe. —Claro que existen¿Nunca has tenido una experiencia con fantasmas? —¿Te estás escuchando? Bueno, dejemos ese tema, el caso es que esta noche habrá una fiesta. Nada más venir a Chicago ya tendría una fiesta, eso sí que era una gran bienvenida. —¿Y cuál es el problema? —Pensé que estarías cansada y querías descansar, por eso te lo digo. —¿Cansada, yo? Estoy deseando que sea ya de noche para disfrutar de esa fiesta. Me encantan las fiestas. No se como serían las fiestas de Matthew pero tengo claro que aquí todos los tíos estarán buenos. Me subí arriba y me fui a la habitación que me habían asignado, nada más entrar en esta me di cuenta que la habitación era tres veces más grande que la mía, toda la habitación era como mi salón y sin exagerar, me adentré en la ducha para darme una ducha rápida ya que necesitaba desestresarme un poco y relajarme, encendí el agua y empecé a llenar la bañera, mientras la bañera se llenaba yo decidí ir a por algo de ropa, me decanté por unos pantalones de chándal de color crema y una camiseta corta para estar por la casa hasta que llegara la noche. Cerré el grifo y me metí dentro, se agradece tanto.Empecé a enjabonarme para no estar tanto tiempo ahí dentro, además yo tiendo a arrugarme muy pronto no se el por que. Nada más terminar de enjabonarme y enjuagarme decidí quedarme un poco más hasta arrugarme del todo y salir de ahí, al salir me enrollé en una toalla blanca, está olía a un suavizante muy familiar, mi madre utilizaba el mismo suavizante de mimosín. Al terminar de secarme decidí empezar a vestirme para luego peinarme y bajar las escaleras para ir al salón. —¿Y Matheew? —pregunté a la chica—Perdón , fui una maleducada no le pregunté por su nombre, lo siento. —No te preocupes, soy Ross, un placer. —El placer es mío, soy Chloe Blue—me dio una sonrisa tímida. —El señorito Matthew está en su despacho, me dijo que no entrara nadie. Le di una sonrisa para luego ir a investigar un poco la casa, esta era como un laberinto,  que en cualquier momento te podías perder, en eso que entré en una librería, pasé mi mano derecha por los libros, soy una fanática de los libros, pero últimamente no he tenido el tiempo suficiente para leer, entre la Universidad y todo no tengo horas. —¿Me buscabas? —su voz gruesa me sacó de mis pensamientos, este llevaba una camiseta blanca con un pico en V que le dejaba ver su tatuaje de las dos alas, me acerqué a él, me sentí intimidada por su mirada mientras me acercaba a él. —¿Qué significa tu tatuaje?  —Me las tatué por mi hermana, ella era mi ángel de la guarda, por eso las alas. —¿Estaban muy unidos? —Demasiado, por ella tenía locura. —Oye, lo he estado pensando y me quedaré unos cuantos días aquí hasta que encuentre un piso y pueda irme, no te enfades conmigo. —¿Por qué me iba a enfadar? Es tu decisión, y lo aceptaré, me hubiera gustado que te hubieras quedado conmigo por mucho tiempo, ya te lo dije la última vez—se acercó a mi, me puso un mechón del pelo detrás de mi oreja—¿Te han dicho alguna vez lo preciosa que eres? Mis mejillas estaban empezando a tomar un color rojizo, aquí dentro hacía mucho calor, la ropa me sobraba. —¿Así es como ligas tu? Les dices lo mismo a todas  y caen a tus pies¿Verdad? —me aparté de él quedando a unos cuantos centímetros de él. —Siéntete afortunada por que eres la primera que le he dicho eso. —No me lo creo. —Ese es tu puto problema—cambió su actitud para luego irse de mi lado y dejarme ahí. No es que no me lo crea, solo que se como son los tíos y todos dicen y hacen lo mismo para conseguir a una tía. En cuanto a mi bienvenida aquí en Chicago no ha sido tan mala y además con una fiesta incluida¿Qué más puedo pedir? En cuanto a Matthew este tiene una actitud muy fría y aveces es muy borde con la gente, pero se que tiene una coraza, como la gran mayoría de la gente,  me incluyo, pero a mi no me ha servido de nada, debido a que bajé la guardia y al final me hicieron daño, llevaba tanto tiempo preparándome para que nada me hiciera daño y cuando menos te lo esperas, ¡pum! te lo hacen. 
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