Capítulo 5. Dexter ya murió

1202 Words
—Despierta, hermanita rebelde —Rouse quita el cobertor enredado en el cuerpo de su hermana antes de ir a correr las cortinas de su cuarto, un gruñido amenazante es la respuesta de Selene cuando el sol le da en la cara—. Ya te están esperando en el despacho. Vamos, apúrate, es la tercera vez que me mandan a buscarte. —¡Déjame en paz, Rouse! Tengo sueño —se queja ella tapando su cara con una almohada—. Diles que no voy a ir. Apenas está amaneciendo. —No, Selene. No te dejaré en paz porque papá dijo que vendría por ti si no bajabas en los próximos quince minutos. Además, ya es medio día. —¿Papá ya volvió? —Selene se sienta en la cama bruscamente mientras se frota los ojos y bosteza. —Sí, llegó esta madrugada. El alfa Connor y su beta están reunidos con él desde hace dos horas. —No voy a ir. No me importa lo que tienen que decirme, ya lo decidí, no me van a hacer cambiar de opinión. Selene vuelve a acostarse y Rouse resopla al oír a su hermana. No importa todo lo que le hayan hablado, ella es muy testaruda y no tiene ganas de lidiar con ella esta mañana. —Bien, entonces ve a decirles eso tú misma. Iré a ocuparme de mis asuntos. Rouse sale de la habitación de su hermana y en par de minutos entra su prima Morelia, la hija de su tía Rubí. Selene bufa al inhalar su perfume que invade la habitación en un nanosegundo. Morelia tiene casi la misma edad que Rouse, está estudiando derecho, además de ser supermodelo para una muy conocida marca internacional de alta moda. Selene no tiene que levantar la vista para saber que ella está espectacular como todos los malditos días, seguramente vestida con un coqueto y elegante vestido rojo que resalta todavía más sus intensos ojos azules y su cabellera rubia, un maquillaje exquisito, pero discreto y su pelo tan brillante como la luz del sol. —¿Qué quieres? No estoy para tus tonterías, prima —dice de mala gana. Se levanta de la cama y camina a pasos pausados hacia el sanitario para lavarse la cara y cepillarse los dientes. —¿Entonces es cierto? —Morelia la sigue hasta allí y se queda parada en la puerta mirándola con asombro— ¿Vas a rechazarlo? ¿A ese monumento de hombre? —Mmmm —¿Mmmm? ¿Es todo lo que dirás? Ese hombre es el sueño húmedo de 9 de cada 10 lobas, Selene, y es tu mate. Debes estar loca para hacer tal cosa. Selene desestima lo dicho por Morelia y se cambia su amplio y anticuado camisón por una de sus camisolas que es igualmente grande. Se peina su largo y alborotado cabello con los dedos sin mucho éxito y sale del sanitario. —Bueno, si lo vas a rechazar, puedo pedir a papá que llegue a un acuerdo de alfas con él. Yo puedo ser su pareja elegida —añade Morelia con entusiasmo captando ahora toda la atención de su prima quien voltea a mirarla fijamente—. Yo tampoco he hallado a mi compañero y supongo que no te va a molestar, ya que vas a rechazarlo. Cuando nos marquemos mutuamente el vínculo se formará entre nosotros como si fuéramos elegidos por la luna. Haremos una hermosa pareja, ya puedo imaginar a muchos cachorros pelirrojos corriendo por toda la casa. Será bello. Saya gruñe en la mente de Selene y ella siente una opresión en su pecho al imaginar la escena. La puerta se abre bruscamente justo cuando Selene abre la boca para contestar. Ella se queda con una amargura en la boca que no sabe de dónde proviene y una duda implantada en su cabeza. ¿Será capaz de ver al señor Zanahoria con su prima? ¿Cachorros pelirrojos? Morelia le tira un beso al aire antes de salir de la habitación, aumentando el malestar de Saya que lo único que desea es saltar encima de ella y clavar sus afilados colmillos en su yugular para enseñarle a respetar lo que no es suyo. Claro, el señor Zanahoria es suyo, su compañero, no de su prima. «Es nuestro mate. Debe aprender a respetarnos» confirma Saya en su mente y Selene está de acuerdo. —Hermanita —Ethan camina hasta ella y la abraza antes de dejar varios besos en sus mejillas. —¿Te enviaron para persuadirme con tu aura? —pregunta ella con la mirada brillosa, Ethan asiente— No tienes que hacerlo, ya me iba. —Todo va a estar bien, Selene. Confía en la diosa Luna, ella sabe lo que es bueno para nosotros. No lo tomes como si fuera un castigo. —Es un castigo, me quieren obligar a aceptarlo para librarse de mí. —No es así, hermana, esto es una oportunidad para ti. Tómalo, mereces ser feliz, la vida sigue allá afuera, Dexter ya murió. Una gran bola se forma en la garganta de Selene que pronto se transforma en dolor dentro de su pecho. Cuando él la marque, todo el recuerdo de Dexter desaparecerá para siempre, los momentos vividos con él, su vínculo que fue breve, pero intenso. Ethan le ofrece la mano y ella tras unos segundos de pensarlo, la toma, dejándose guiar hasta el despacho que se encuentra en la planta baja. *** Connor no ha dormido en toda la noche pensando en Selene, debatiéndose en lo que pasará esta mañana entre ellos. Se levanta muy temprano y tras una ducha larga, elige uno de sus mejores trajes y se alista para ir hasta el castillo tal como le había pedido a la alfa Katrina. Jackson envió un mensaje diciendo que estaba todo bien y confía en su palabra, pero necesita verla, hablar con ella, saber lo que piensa de ellos dos. Tras un breve desayuno, Beltrán lo lleva hasta el castillo. Para su suerte, Ragnar y Katrina parecen estar felices por el emparejamiento entre él y su hija, pero dejando en claro varios puntos a tener en cuenta en caso de que Selene decida ir a Redwood Wolves con él esta misma noche. Algunos puntos con los que no está muy de acuerdo y otros con los que sí, pero teniendo en cuenta que ella no es una joven muy dócil, no tiene de otra que ceder un poco. Luego de más de dos horas esperando por ella y que los nervios lo estuvieran consumiendo por dentro en todo ese tiempo, la puerta finalmente se abre y su aroma acaricia las fosas nasales de Connor al punto de dejarlo extasiado. La mirada del hombre se suaviza al instante cuando Selene entra en su campo de visión y Ragnar tiene la plena seguridad de que su hija será muy amada. Selene recorre con la vista la amplia habitación. Allí están sus tíos con Morelia, el pelirrojo que es el beta del señor Zanahoria y sus padres. Ella hace un asentimiento breve hacia ellos, quienes corresponden a su saludo con una sonrisa, antes de que finalmente sus ojos se encuentren con los de él, su mate.
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