Emily seguía recostada en la cama de hospital con suero debido a que había perdido demasiados líquidos. La pobre niña aún se sentía mareada. Desafortunadamente la experiencia tan desagradable en la tienda de novias debido a ese bastardo Edward junto con la comida de la tarde le jugó una mala pasada. Emily terminó con una infección estomacal agravada con gastritis marca diablo. O así oyó que describió sus síntomas el joven y entusiasta médico que la atendió. "Cómo te sientes ahora Emily?" Cuestionó Flora acercándose a ella. "Mejor hermanita." "Mejor ahora." "Esa fue una terrible experiencia." "Jamás en mi vida quiero volver a probarme un vestido de novia." Declaró Emily con voz trémula mientras ponía una mano en su frente. La niña cerró los ojos para descansar. "Estaré afuera."