El Viaje A La Cabaña; Yukari Y Aya

1916 Words
- Ya mismo llegamos, es feo estar aquí, da miedo.- dijo Aya em voz casi como susurro. - Todavía nos falta un kilometro.- dijo Yukari, muy optimista. - Bueno.- dijo Aya, con el mismo tono de antes. - Mmm... Bueno veamos que frutas hay por aquí, oye sabes, tengo un aparato que le pones a los arboles y saca agua, probemos.- dijo Yukari.  - Mmm... Bueno.- dijo Aya; siempre hablando con baja voz, como si fuese un susurro. Yukari saco de su mochila, un aparato pequeño, el aparato se parecía a un tubo en forma de "L", lo clavo en el árbol, y de ahí, comenzó a salir agua, las dos sacaron sus botellas y las llenaron de agua, aunque el agua no sabia rico, pero era refrescante y natural. - Ahj, que agua refrescante, no sabe como las purificadas, pero refresca.- dijo Yukari. - Es cierto.- dijo Aya. - Continuemos, tal vez en unos treinta minutos lleguemos a la cabaña, había oído que esta embrujada, y que tiene espíritus malignos.- dijo Yukari, muy alegre y con una sonrisa terrorífica para darle miedo a su amiga Aya. - Bueno... Yo, cuando lleguemos yo me quedare a fuera.- dijo Aya. - Oye no seas así, solo era una broma.- dijo Yukari, mientras le daba un codazo amistoso. - Ah, jajajajaja, puede que entre, pero solo un rato jaja.- dijo Aya. - ¡Eso!- grito Yukari, mientras daba un brinco de victoria. - Bueno, sigamos, según el mapa dice que está pasando el hogar de los búhos, dicen que no atacan a los humanos, así que no debe de haber problema, pero según yo, si habría un problema. Los búhos habitan en lugares oscuros, como viven en lo bosques, esa parte debe ser mas oscuro que las otras partes y el problema seria... Que yo le tengo miedo a la oscuridad.- dijo Yukari. - Mmm... Bueno yo también le tengo miedo a la oscuridad, podemos utilizar las linternas, como es de mañana no creo que este tan oscuro.- dijo Aya. - Tienes razón, pero debe de haber neblina, así que va a ser pesado.- dijo Yukari. - Ya te rindes.- dijo Aya riéndose de Yukari. - No dije que me rendiría.- dijo Yukari con una sonrisa. - Ja, eso pensé.- dijo Aya orgullosa. - ¡Vamos!- exclamo Yukari.´ Las dos siguieron su camino, hacia el bosque de búhos; así lo llamaron ya que es la casa de los búhos. De pronto, Yukari se paro para ver algo que creyó oír. - Aya, ven, creo que algo se movió por aquí.- dijo Yukari en voz baja. Aya se acerco a donde estaba Yukari. - Yo no veo nada.- susurro Aya. - Ya veremos, yo creo que si hay algo.- dijo Yukari señalando a un pequeño arbusto. Del arbusto salió un armadillo y las dos se asustaron. - Uhg, a sido un armadillo, jajajaaja, bueno, vámonos.- dijo Yukari. - Ummm... Bueno, chao pequeño armadillo.- dijo Aya. - ¡No soy pequeño!- dijo el armadillo. - Aya, dime que fuiste tu la que fijo eso.- dijo Yukari temblorosa. - No, yo no fui la que dijo eso.- dijo Aya, en voz baja, mas que la normal, mientras se le trizaba del miedo. - Si no fuiste tu, entonces...- dijo Yukari mirando al armadillo. - Creo que... Mejor me voy.- dijo el armadillo e intento correr, pero fue tarde, ya que una salamandra la detuvo y le grito alto, pero... -¡Aaaaaaah...!- gritaron Aya y Yukari. - Deja de gritar, me duelen los oídos.- dijo la salamandra, pero ellas siguieron gritando, que parecía que eran las únicas ahí, y que estaban locas, ya que se les podría espantar a los lobos con esos gritos muy agudos y fuertes que lanzaban. - Cálmense, se que es raro que unos animales hablen, pero no somos animales, todo tiene una explicación.- dijo la salamandra. Cuando se calmaron pidieron explicaciones. - Veras, estábamos en un lago, luego el agua comenzó a brillar el agua y luego nos convertimos en animales.- dijo la salamandra. - Ah, y como volverán a ser humanos.- susurro Aya. - No se, estamos investigando, pero nada.- dijo la salamandra. - Bueno, nosotras los ayudaremos.- dijo Aya. - ¡Enserio!- dijo Yukari. - Si.- dijo Aya bien seria. - Gracias.- dijo la salamandra. - ¿Y como se llaman?- pregunto Yukari. - Yo soy Davis y el es mi amigo Lorenzo.- dijo la salamandra. - Ella es mi amiga Aya y yo soy Yukari.- dijo Yukari. - Bueno, nos tenemos que ir, vengan con nosotras y luego voy a pedir permiso para explorar mas, y los ayudaremos en su problema.- dijo Yukari. - Bueno, gracias.- dijeron David y Lorenzo. Todos caminaron, hasta que llegaron, a la casa de los búhos, o, el bosque oscuro... - Esta muy oscuro, Aya, coge a uno de ellos y llévalo, se puede perder, yo cogeré al otro.- dijo Yukari. - Y como vamos a pasar.- dijo David. - Tenemos linternas, aunque no creo que sirva mucho en esta oscuridad, si se va a ver un poco, pero no creo que será como queremos.- dijo Yukari. - Bien, yo cogeré... A... David.- dijo Aya. - Bien, entonces yo cogeré a Lorenzo.- dijo Yukari. Los cuatro iniciaron su pasada, por el bosque de búhos. Ambas parejas comenzaron a conversar, Aya estaba un poco mas atrás de Yukari, y sus conversaciones a penas se oía. - ¿Oye, hay mas como tú?- pregunto Aya en voz muy baja. - Que si hay mas animales parlanchines, pues si, pero cada animal es distinto, por ejemplo yo soy una salamandra, y no va ha ver mas salamandras que hablen, cada uno se convirtió en un animal distinto.- dijo David. - Ooh.- dijo Aya. Mientras tanto la otra pareja también se puso a conversar. - ¿Hay mas animales... Parlanchines aquí?- pregunto Yukari. - Si, que yo sepa si, eran de cinco a siete niños y niñas.- dijo Lorenzo. - ¿Ooh, y hay posibilidades de que a los demás, también hayan presenciado algo igual a esto?- pregunto Yukari. - Lo mas probable, si.- dijo Lorenzo. Luego entraron mucho mas a lo profundo del bosque, mientras mas avanzaban, mas espesa la neblina mesclada con la oscuridad. - Ya mismo salimos.- dijo Yukari. - Oooh... Que bien, por que ya no aguanto este lugar.- dijo Aya. - No te preocupes, ya mismo salimos, a demás yo tampoco aguanto este lugar.- dijo Yukari. Mientras, los amigos de ellas estaban bien cómodos en los hombros de ellas y no se quejaban, mas bien estaban muy contentos. Llegaron casi al final del bosque, y desde la penumbra, se podía ver el rio. Pasaron toda la penumbra, y por fin podían descansar. - Ay, por fin, por fi hay luz, te extrañe mucho sol.- dijo Yukari; que es muy exagerada y dramática. - Emmm... Por que exageras.- dijo Lorenzo en hombro y muy cerca dl oído, que hacia cosquilleo, Yukari se asusto y le reclamo por hacer eso, Lorenzo prometió no verlo hacer, pero ella no le creyó. - Por favor, te lo prometo, perdóname por favor.- suplico Lorenzo. - Cuando lo demuestres te perdono.- dijo Yukari, muy seria. - Okey, lo demostrare.- dijo Lorenzo muy confiado. - Por qué estas muy confiando, ni que te lo dejara muy fácil.- dijo Yukari. - No esperaba que me lo pusieras fácil, pero te lo demostré.- dijo Lorenzo. Mientras ellos discutían, Aya y David murmuraban. - Si que se llevan muy bien estos dos.- murmuro Aya. - Aja, así jamás van a trabajar juntos.- dijo David. - Lo mejor será separarlos.- susurro Aya. - Ok.- dijo David. - Ya vuelvo.- dijo Aya. Aya fue a donde estaba Yukari, le quito al armadillo y les dijo que se calmen. - Así jamás llegarán a nada, okey, yo llevare a Lorenzo y tu David, de acuerdo Yukari.- dijo Aya. - Por mi está bien.- dijo Yukari muy enojada. - Ja, por mi también.- dijo Lorenzo, sacándole la lengua. - Llévatelo, que si no lo voy a dejar amarrado.- dijo Yukari, ignorando a Lorenzo. - Vámonos Lorenzo, David ve con Yukari.- dijo Aya. David hizo lo que le dijo Aya. Después de descansar, se prepararon para cruzar el puente, a todos les dio miedo, ya que si se resbalaban, caerían al rio y se los llevaría muy lejos. Quien sabe a donde. - Aya, por que Yukari se enojo por susúrrale al oído.- dijo Lorenzo. - Mmm... Pues... Ella le tenia miedo a todo cuando era pequeña, mientras iba creciendo fue perdiendo el miedo, pero jamás le dejo el miedo a ala oscuridad, a los insectos, y peor a los espíritus, los que pasa es que ella y su hermana podían ver entidades diferentes, su hermana se acostumbro, pero ella nunca se acostumbro, y que le hayas susurrado al oído no ayuda a que se acostumbre, de seguro ella pensó que fue la sombra que ellas siempre ven, entonces si le susurraste, ella obviamente se asustaría, y no le ayudaría nada perder el miedo.- dijo Aya. - Aaah... Ya veo, ósea una disculpa una disculpa no basta con ella, cierto.- dijo Lorenzo. - Pues no, a ella le gusta que le demuestren, unas simples palabras no serviría con ella, ni siquiera con su hermana.- dijo Aya. - Ooo... Ella y su hermana son unidas, por lo que dices se parecen.- dijo Lorenzo. - Pues si.- dijo Aya. - Cuantos hermanos o hermanas son.- dijo Lorenzo. - En total, son cuatro.- dijo Aya. - Y los conoceré.- dijo Lorenzo. - Puede ser, si nos encontramos con ellos si.- dijo Aya. Mientras tanto Yukari y David estaban pasando el puente. - Aya, que pasa si Yukari ve el montón de mariposas que viene.- dijo Lorenzo. Aya miro a Yukari y le dijo a Lorenzo: - Lo mas probable es que se asuste, y aun avisándole se va a asustar mas.- dijo Aya. - Entonces, solo esperaremos para ver lo que pasa.- dijo Lorenzo un poco molesto por la idea de esperar. - Es la única opción... Si le avisamos, va a tartar de correr hacia el otro lado y seria peligroso, o, en cambio si las mariposas ya están ahí, ella se va a agachar. Y no pasaría nada mas.- dijo Aya. Mientras tanto, Yukari que pasaba el puente comenzó a sentir las alas de las mariposas, grito y se agacho, luego de que se fueron las mariposas, ella paso al otro lado del puente, pero estuvo temblando del miedo. - Debes conocer muy bien a tu amiga, para poder ese análisis en unos segundos.- dijo Lorenzo Aya solo sonrío, y les toco pasar el puente a ellos, pasaron y se fueron a donde estaba Yukari. - Si vieron, hay que miedo, justo cuando me toca a mi pasar el puente, justo ahí pasas esas mariposas, por que no otra cosa.- dijo Yukari temblando. - Que, querías que se caiga el puente.- dijo David. - ¡Claro que no! ¡Al menos no quería insectos, otra cosa!- dijo Yukari. - Okey, okey. Ya lo entendí. Jaja, eres muy graciosa.- dijo David. - Ja, bueno ya e unos diez minutos llegaríamos a la cabaña, luego pediré permiso para poder ayudarlos, claro que no diré que hay animales parlanchines, dirían que estoy loca y que vuelva, les dire que quiero explorar mas.- dijo Yukari. Llegaron a la cabaña, exploraron un poco, luego llamaron y les dio un montón de explicaciones, pero... - Mas después hablamos.-
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