Luego de estar el resto de la tarde junto a Becky, regrese a la casa. Mi madre no se encontraba, así que fui a la cocina y me encontré con una nota que decía.
"Cariño, he salido con Jeremy, el chico del que te conté. Vuelvo tarde, en el horno te he dejado pizza casera, tu favorita. Dulces sueños"
Me alegre por ella, solo espero que ese idiota no lo arruine y me haga feliz a cass. Si no lo mataré y lo serviré de festín para los leones del zoológico. Busque la pizza que dejo mi madre y la serví en un plato, la calenté y comí.
Opte por buscar mi teléfono y llamar a mi papá. No le había ni avisado cuando llegué, debe estar histérico.
Subí a la habitación y saque mi iphone del bolso. Tenia millones de llamadas perdidas y mensajes.
Le marque inmediatamente.
Al segundo pitido respondió.
—¡SAMANTHA ANTONIE DAMLET TERRIE!
—Hola padre, lo siento por...
—Me tenías con el Jesús en la boca, tuve que llamar a Cassy para saber que estabas viva y habías llegado bien. ¿Acaso quieres matarme para deshacerte finalmente de mí?
—No exageres pa, mi teléfono se quedó sin pila.—miento, para tranquilizarlo.—, Después me duche y salí con mamá por el pueblo.
—¡Bien bien, me calmo! ¿Que tal el viaje cielo?
—Todo bajo control, aburrido y largo. Como siempre.
—¿Ya te inscribiste en el instituto?
—Sí, ya mom se encargo de eso. ¿Como estas tú?
—Mejor, ahora que sé de ti. El trabajo cansado como siempre, Laury algo molesta porque olvide nuestro aniversario.
Reí por lo bajo, Laury es la novia de papá. Formal, solo que no vivía con nosotros. Cosa que era un alivio, no es que ella fuera mala persona, solo que era tan estricta y perfeccionista como mi padre.
—Eres terrible, ¿Sabes lo horrible que debe sentirse Laury? Debe creer que no te importa. Cómprale un ramo de rosas y ve por ella.
—¿Que haría yo sin ti? ¡Te echo tanto de menos! No te olvides de este pobre viejo. Recuerda abrirte una cuenta en el banco del pueblo. Te estaré mandando tu mesada para gastos. Ya sabes.
—Sabes que aquí me tendrás para aconsejarte siempre con las chicas. Y vale pa, prometo hacerlo y notificarte. Descansa.
—Vale querida, cuídate. Dulces sueños.
Colgó y solté un suspiro, mi padre es dramático, tan diferente a mi mamá. Eso de que los polos opuestos se atraen es muy cierto. En el reloj de la mesita de noche observo y recién son las 7. ¿Que haré toda la noche? Moriré de aburrimiento.
Rebuscó en mi bolso mi laptop y la colocó a cargar, quizá lea un ratito en w*****d. Saco también mi cajetilla de cigarrillos y tomo uno. Busco mi encendedor y me voy al balcón. Corro la puerta y salgo, para mi sorpresa esta en frente del de mi vecino. Él se encuentra también fumando, ¿como era su nombre?
—¿Que se supone que hace una niña bonita fumando?—pregunta al verme llevar mi cigarrillo a la boca y encenderlo.
—Lo mismo que tú, liberarme del estrés con ayuda de la nicotina.—me encogí de hombros y el sonrió.
—¿Por qué volviste al pueblo, sí estabas en la ciudad?—inquiere a los minutos de haber hecho presencia un silencio tenso.
Vacilo un rato en si pregunta. No es como que esté acostumbrada a que las personas quieran saber de mí.
—Me aburrí del estrés de la ciudad, ya sabes mucho movimiento.—arrastré las palabras y le di una calada a mi cigarrillo.
—¿Estas de joda? ¡Es la ciudad! Todos queremos dejar este aburrido pueblo e irnos a ella.—reprocha y yo solo me encojo de hombros, no es como que me ame hablar de la ciudad.—, ¿Es en serio?
—Créeme no te pierdes de nada.
Me miro con curiosidad y luego desvió su mirada. Miré al enorme vacío que había al fondo, donde se esparcían enormes montañas. Otra calada. Una exhalación. Silencio, solo escuchaba las olas golpear con las rocas. Luego recordé lo dicho por Beck, que mis vecinos son extraños. Lo que me causó curiosidad porque conmigo fueron amables. ¿Pero por qué siento que tiene razón?
—¿Qué harás mañana? Deberías venir a la fiesta en el bosque, todos iremos.—suelta de pronto luego de una exhalación. Volteó a mirarlo y ahí esta él observándome con esas esmeraldas enormes. Pero oscuras, indescifrables, vacilo un poco.
—Nada creo, supongo que iré.—digo y volteo a mirar nuevamente el mar.
—Perfecto, te veo ahí. —suelta y tan rápido como lo dijo volvió dentro.
Quedé abismada, atónita de la profundidad de su mirar. Hay algo que no encaja, no me termina de convencer. ¿Por qué tiene una mirada tan vacía? Sí según veo tiene una personalidad bastante simpática. ¿Serán solo ideas mías o...?
Dejo de pensar en eso cuando escucho mi teléfono sonar.
Entro rápidamente y contesto sin mirar la pantalla.
—¿Hola?
—¡Hey, Sam!—saluda mi rubia amiga.
—¿Ya tan rápido me extrañas?—bromeo un poco.
—Algo así, es que Darry acaba de textearme invitándome a una fiesta y...¡no puedo ir sin ti!
—¿La del bosque?
—¡Sí esa misma! Espera, ¿como lo sabes?
—Acabó de ser invitada por el espía. Lo encontré en el balcón fumando y me aviso.
—ríe—, Oh, se me ha adelantado. En fin, ¿iremos verdad?
—¡Pero claro que yes! Mi bote esta oxidado, tenemos que renovarlo.
—risas—, Pero claro que sí, bien paso a tu casa a eso de las 7 para arreglarnos juntas.
—Perfecto, rubia. Adiós.
—Adiós, rojita.
Me recuesto en la enorme cama y caigo en profundo sueño.
******
Despierto al escuchar el volumen tan alto de la música. Me levantó al baño y luego de ducharme y cepillar mis dientes entro al armario. Cass a dejado todo perfectamente acomodado, le agradezco internamente.
Buscó que usar y me decido por un pantalón ajustado n***o y un suéter de Lana rosa, con agujeros. Me coloco las converse blancas, recojo mi cabello en un moño de bailarina y estoy lista.
Salgo al pasillo y busco de donde proviene el ruido, hasta llegar a la otra habitación. Entro y encuentro a mi madre meneando su cabeza y cantando, frente a una hermosa pintura, un bien diseñado y hermoso retrato de una familia numerosa. El arte siempre a sido lo de mamá, tanto así que herede su amor por el arte. Desde niña me encanta dibujar y pintar.
—Buenos días, bella durmiente—saluda al percatarse de mi presencia. —, ¿te gusta?
—Buen día, ma—la saludo y beso su mejilla.—, ¡Está increíble!
—¿Tú crees? Es un encargo, la familia Hidalgo me la pidió.
—Esta muy bien hecho, amo tus trazos y técnicas. Esa de claro oscuro es mi favorita.— digo admirando su obra.
Mamá vende muchas de sus pinturas, es una de las artistas mas reconocidas del pueblo e incluso de la ciudad.
—Quiero enseñarte todo lo que sé, que perfecciones tus técnicas. —besa mi cabello.
Le sonrió y asiento encantada.
—¿Tienes hambre?—me pregunta y asiento. Realmente siempre tengo hambre.
Bajamos y mamá sirve un bol para cada una, cereal y yogurt. Comemos en silencio.
—¿Que tal tú cita?—preguntó luego de engullir una cucharada de cereal.
—Encantadora, Jeremy me ha llevado a la feria de arte del pueblo vecino. ¡Hubieses visto! Terribles pinturas, sin gracia, sin pasión. Sentí algo de pena.
Río por su expresión, pero también sé que la ha pasado bien.
—Luego fuimos a cenar, justo en restaurante en el que pinte un mural. Fue fantástico. Jeremy es un amor, tengo que presentartelo.
Asiento quedadamente, claro que tengo que conocerlo. Afilare mis cuchillos, bueno solo decía.
—Me alegra que todo haya sido interesante. Hoy tengo una fiesta.
Le cuento, ella abre sus ojos con sorpresa.
—¿Tan rápido? No llevas ni un día de haber llegado y ya tienes fiestas.
Ríe sorprendida, la miro con intriga. Instandola a que continúe.
—Vaya, mi sam es toda una fiestera. ¡estoy contenta! Estas en la flor de la juventud, a tú edad yo no podía salir por cuidar de ti.
—Lo sé, me tuviste bastante jóven.—recuerdo, ella sonríe.—, Iré con Becky.
—De acuerdo, ¿le enviaste mis saludos a Nat ayer?
—Sí, pero no se encontraba.—le informó ella asiente y luego
—Oh, bueno. ¿Que tal si pasamos la tarde pintando?
—¡Pensé que no me dirías nunca!—bromeó, ella sonríe y nos encaminamos al estudio.
La habitación de huéspedes fue remodelada. Ya no había una cama, ni nada parecido. Era un estudio de arte, tenia una enorme lona negra que cubría todo el piso para evitar que la pintura manchará el piso. Las paredes que eran blancas, ya no tenían rastro de nunca haber sido de ese color. Todas estaban llenas de pinturas, eran lienzos. En una un paisaje del pueblo espectacular lucía limpio. Habían pinturas por doquier, lienzos en blanco. Las bases de los lienzos reposaban en una esquina, en la otra habían regadas las paletas donde se coloca la pintura o se mezcla. Y en un estante habían pinceles y brochas. Tome un lienzo pequeño y lo coloque en la base para sostenerlo. Una paleta y vertí en ella algunos colores, tome pinceles y me encamine a donde estaba mamá ya pintando.
Me enseño una técnica que ame, se basaba en combinar texturas y colores para lograr un efecto 3D. Simplemente ideal, pasamos toda la mañana y parte de la tarde pintando, aprendiendo nuevas técnicas y mejorando otras. Mamá no quería cocinar por lo que pidió sushi, hicimos un pequeño descanso cuando el pedido llego y comimos nuestros rollos californianos. Luego seguimos en lo nuestro hasta haber pintado unos 2 lienzos. Luego mamá me pidió que la ayudará a terminar sus encargos y eso hice. Sacamos 4 pedidos que tenía pautado entregar en una semana.
—¡Vaya, no sabes cuántas veces necesite tú ayuda para acabar encargos!—dice satisfecha luego de terminar el retrato de una señora mayor, terminé por firmarlo en una esquina y colocar la fecha.
—Amo pintar, siempre que lo hacía te recordaba—digo.
—¡Dios el tiempo voló! Hoy también saldré, tengo una junta.
Mi mamá es profesora de arte para la universidad. ¡Súper genial!
—¡Cierto, iré a ducharme para esperar a beck!
Mi madre me da un beso en la mejilla y deja su overol desgastado. En la esquina de la habitación. Hago lo mismo deshaciéndome del mío.
Me ducho y espero paciente a Becky, porque no se que ponerme. ¿Que se pone uno para una fiesta en el bosque? Mi madre hace rato se fue, se veía deslumbrante en un vestido n***o corto.
Tocan el timbre y bajo corriendo. Le abro y me topo con la rubia. Nos saludamos y subimos a mi habitación.
—Bien, no tengo ni la menor idea que usar.— le digo mientras abro el armario. —, Ayúdame.
—¡Es una fiesta! Pero no puedes ir en vestido, te comerían viva los mosquitos. Y...la mirada de los chicos ya sabes.
—Por eso mismo no tengo idea de que usar.—digo mientras desenredo mi cabello húmedo. —, ¿Que usarás tú?
—Traje algunas cosas, ya te enseño.
Dice y rebusca en sus bolsos, porque sí trajo dos. Luego de dudarlo nos decidimos finalmente. Ella lucirá una falda de cuero negra con unas medias de malla por debajo. Unas botas trenzadas negras y una blusa brillante blanca. Yo me decido por un short n***o. Unos botines de terciopelo negros también, una blusa sin mangas blanca y una blusa manga larga de cuadros roja con gris abierta. Nos maquillamos y perfumamos.
Salimos de la casa y nos subimos en mi auto, becky esta encantada, dice que es un clásico muy vintage. Con sus direcciones llegamos hasta donde termina la carretera y hay varios autos estacionados. Me aparco y bajamos. Seguimos el sendero hasta ver luces.
—¡Es por ahí, vamos!
La sigo y caminamos hasta llegar al centro. Hay un todo terreno estacionado a un lado con música a todo volúmen, una mesa que tiene todo tipo de bebidas y una fogata en medio. Todos bailan y sacuden sus cuerpos a compás de la música mientras beben en vasos verdes.
Con la rubia nos unimos hasta ver donde se encuentra el famoso Darry, el mejor amigo de beck. Llegamos a él.
—¿Que hay, Dar?—saluda la rubia mientras le besa la mejilla. —, Ella es de quién te hablaba todos los dias, mi mejor amiga, sam.
—Un gusto—le sonrió y estrechamos las manos.
—El gusto es mío, soy Darry.— me mira y sonríe, dios ¿en este pueblo solo hay chicos lindos?
¡Basta de castigarme! Sabes que estoy retirada oficialmente de esas cosas.
—¿Quieren algo de beber?—pregunta amablemente.
—¡Eso no se pregunta, por supuesto que sí!—digo animandolo, el me guiña un ojo y se va por las bebidas.—, ¡Dios Beck, debiste decirme lo bueno que está!
—¡Lo se, es un caramelo!—dice ella sonriente.—, Pero mira esos chocolatitos.
Me señala con su barbilla, miro sorprendida viendo como llegan mis vecinos. Entonces recuerdo que ella muere por conocer a uno de ellos. Sonrió maliciosamente.
—¡Ven, vamos!—la tomo del brazo y jalo para caminar hacía ellos.
—¡No, no,no! Sam rayos, espérate. —se inmuta y no camina. La jalo mas fuerte.
—¡Hola chicos!—saludo llegando hacía donde están.
Se giran hacía mi y me sonríen.
—Oh, ¡Hola sam!—saluda Halsey, los chicos solo me dan una sonrisa sin despegar los labios.—, Ella es Rebecca, mi mejor amiga.
La presento y todos entienden sus manos sonriéndole.
—Pero, ¿que es este pastelito tan tentador?—sorprende Harvey, justo cuando ella estrecha su mano. Mi amiga tiembla, río por lo bajo.
—Ah...ho-hola, mu-mucho gus-to.—reacciona entrecortada.
—¿Y que tal, la pasan?—zanjo a mi amiga y le doy una mirada confortante.
—Recién llegamos, ¿Que tal te parece? Seguro que nada parecido a las fiestas de ciudad.—responde Halsey.
—Calmado, en realidad me gusta. Odio el estrés de la ciudad.—afirmó, ella asiente.
Entonces Darry llega con las bebidas, nos las ofrece y las tomamos. Su ceño se frunce al vernos con los hermanos.
—¿Que hacen con ellos?—susurra muy bajito.
Le voy a responder cuándo entonces uno de ellos habla.
—Esto me aburre, ¿Que tal si jugamos?—propone el menor de ellos, el vecino del balcón. Harry es su nombre.
—¿Qu-que tipo d-de jue...?—responde nerviosa mi rubia amiga, me doy otra facepalm.
—¡Claro! ¿Que tienes en mente?—le salvo el rabo por segunda vez.
—Verdad o reto.—propone y nos mira con diversión. Todos asienten y yo lo vacilo por un momento.
Bueno, ¿Que podría salir mal?
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