Durante los días siguientes, Rick pone en marcha su investigación sobre los lobos rebeldes y yo me tomo un tiempo muy necesario para mí. Tengo que seguir echando siestas a causa de mis dolores de cabeza, pero sigo mejorando. Contemplo mucho el futuro mientras me recupero, concretamente cómo vamos a hacer que esto funcione Rick y yo y la situación de mi lugar en el aquelarre si intentamos estar juntos. Estoy abajo, en el salón formal, cuando llaman a la puerta y me sacan de mi ensoñación. La abro y me encuentro con Moira de pie ante mí, con aspecto un poco contrariado. —Hola, Raven —dice en voz baja. —¡Moira! Me alegro mucho de verte. ¿Cómo está Rowena? —Está bien, solo necesita más tiempo. ¿Cómo estás tú? Siento no haber venido antes, pero quería asegurarme de que Rowena estaba bien